¿Qué es el “Fondo Juncker” y en qué nos beneficiará?
Hace apenas dos semanas se hicieron público los últimos datos de crecimiento del PIB de la Unión Europea -1,3%- y de la Eurozona -0,8%-, que mostraron la debilidad del crecimiento económico Europeo. Es más, las previsiones para los siguientes años, aunque alejan el fantasma de la recesión, tampoco muestran un crecimiento económico suficiente (Un 1,1% en el 2015 para la zona euro, y un 1,7% para el 2016). Ante esta situación de estancamiento e inflación negativa, el Banco Central Europeo (BCE) lleva meses desarrollando una política monetaria expansiva, es decir dinero más barato que bonifique el crecimiento económico facilitando los préstamos y penalizando el ahorro (ya hay tasas negativas para depósitos de gran volumen).
Con todo ello, hace falta apuntalar este crecimiento para los próximos años, especialmente en el lado del incremento de empleo y además de la labor del BCE se va a unir la Comisión Europea a través del ya denominado por muchos “Fondo Juncker” por el que se invertirán 300.000 millones de euros para apuntalar la recuperación económica.
Empleo directo y recuperación económica
Este tipo de iniciativa no son nuevas, sino una aplicación de políticas keynesianas (estímulo con dinero público de economías en crisis) y por eso es especialmente peor visto por países más favorables a ortodoxias más clásicas (Alemania, que además de no solicitar fondos para ningún proyecto está pidiendo a cambio que se apliquen nuevas medidas de ajuste, especialmente a Francia).
El principal riesgo es que estas medidas de estímulo no consigan apuntalar el crecimiento y el empleo y tan sólo consigan aumentar el déficit público. Un ejemplo cercano lo tenemos en España, con el Plan E, puesto en marcha por el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Hubo distintas causas que llevaron al fracaso de estas medidas, una primera, que se aplicó cuando la economía no había tocado fondo, estaba en plena caída, perdiéndose el efecto de estímulo, y por otro lado hubo deficiencias en el análisis económico de muchos proyectos, creando empleo sólo a corto plazo y no de forma sostenida.
Ahora se busca crecimiento mucho más sostenido, con inversiones más medidas y duraderas y en un momento en el que el problema no es la caída económica, si no el estancamiento. Por ello, es lógico que entre los países demandantes de fondos estén los que más han sufrido las consecuencias (Italia es el primer país por fondos solicitados y España el tercero). En el caso de nuestro país serían hasta 60 proyectos de infraestructuras: redes de transporte, energía y tecnologías de la información (entre los que destaca llevar Internet de alta velocidad a zonas rurales).
Con ellos, más allá del empleo que se cree en el proceso de desarrollo, se mejora la eficiencia económica y ayuda a crear un mejor clima económico para el crecimiento económico futuro, necesario en una Zona Euro estancada y falta de estímulos. Si se consigue, y se aleja el riesgo de estancamiento y delación, poco a poco volverá el alza en los tipos de interés para bien de los ahorradores pero no tanto para los que tengan un préstamo o hipoteca.