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Cómo debe aplicar un emprendedor la regla de las 10.000 horas

Para convertirte en un experto no basta con practicar una actividad durante mucho tiempo, es necesario que desempeñes una "práctica reflexiva" si deseas perfeccionar tus habilidades.

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La teoría de K. Anders Ericsson no sugiere que para llegar a ser un experto en cualquier materia haya que dedicarse simplemente a practicar esa actividad durante 10.000 horas. No recomienda nada de eso. De hecho, una las mejores citas de Ericsson es "El hecho de que hayas estado caminando hasta los 55 años, no significa que te hayas ido perfeccionando en ello". Y solo porque te hayas dedicado a las ventas durante muchos años, no asegura tampoco que estés mejorando tu técnica.

Según la regla de las 10.000 horas de Ericsson, lo que se debe hacer es lo que él llama una "práctica reflexiva" durante todas esas horas. La práctica reflexiva es algo muy diferente a estar repitiendo la misma actividad de forma automática una y otra vez. Por el contrario, es necesario concentrarse y fijar la atención en mejorar tu técnica, tu habilidad, y centrarte en el rendimiento. A este intenso nivel de práctica es donde el experto consigue superar los obstáculos en los cuales quedan estancados los aficionados.

Ericsson recomienda a algunos maestros echar una siesta después de haber pasado una hora de práctica reflexiva. Así de agotador resulta este sistema.

Ese es el motivo cuando no funciona la regla de las 10.000 horas. No porque no se haya dedicado ese tiempo a practicar una actividad, sino porque no se ha realizado una práctica reflexiva durante dichas horas. Pero, afortunadamente, no es necesario tener que esperar a acumular todas esas horas para poder ir mejorando tus habilidades.

Es posible ir progresando poco a poco, día a día, centrándote, por ejemplo, en esa llamada que tienes que hacer y que forma parte de tu plan de ventas. Durante 20 minutos podrías aplicar la práctica reflexiva a la capacidad de escucha, cuando te encuentras atendiendo a un cliente, o con tu equipo de trabajo o con tu pareja. Se puede llevar a cabo la práctica reflexiva redactando durante 20 minutos al día y, con el tiempo, te convertirás en un escritor mejor (no importa que no seas Hemingway).

Nunca está de más tratar de conseguir el primer puesto. En verdad, merece la pena perseguir el dominio técnico. Pero este dominio no se consigue con las 10.000 horas. Se alcanza con la práctica reflexiva. Uno consigue perfeccionarse cuando enfoca su esfuerzo en lograrlo. La práctica no hace la perfección. La práctica perfecta sí.

Este artículo es una adaptación del texto original publicado por S. Anthony Iannarino en Thesalesblog.

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