Cuando el cajero es alguien como tú
Estás en medio de la ciudad y has perdido la tarjeta de crédito. Aunque dispongas de dinero en el banco, imposible sacarlo. Un cajero no te serviría de nada. Ahora, imaginemos la misma situación pero con alguien desconocido que puede dártelo en persona. Este es el invento de la start-up Wallabe de un grupo de jovencísimos ingenieros programadores, una aplicación móvil de intercambio de efectivo entre particulares que verá la luz en las próximas semanas.
Su app resultó ganadora en el concurso hackathon organizado por el Banco Sabadell este mes durante el Mobile World Capital de Barcelona. Estos chicos de Wallabe y otro 100 programadores pasaron todo un fin de semana inventando soluciones tecnológicas para innovar en banca digital.
“Nuestra idea es, primero, solucionar un problema: puede que te sobre el dinero y no puedas acceder a él, además de que si estás en el extranjero, las comisiones son muy altas. Después, es una forma de poner cara a quien te deja el dinero, ya no es una máquina, sino una persona”, comenta Diego Andrés, 23 años, dedicado a pensar estrategias de comunicación digital. Completan el equipo Lavid Mirchumanl, de 21 años, desarrollador de negocio, Adur Saizar, 23 años, ingeniero programador, y Santiago Soengas, analista de proyectos de la misma edad.
Para que Wallabe funcione, basta tener un teléfono móvil inteligente, descargar la aplicación y darse de alta. Al solicitar dinero, esta app busca por geolocalización otros usuarios de la misma red que estén cerca para entregar el dinero en persona y descuenta automáticamente el importe solicitado del banco. Es decir, hay que disponer del efectivo que se pide, y abonar una comisión. Cada usuario establece la comisión que quiera, que nunca será superior a la que pediría un banco convencional, una ventaja sobre todo en el extranjero.
Para evitar cualquier fraude, la operación únicamente se confirma cuando las dos personas hayan dado su visto bueno a través de la aplicación, y la entidad de pago, o sea Wallabe, establecerá un máximo de efectivo “para evitar cualquier riesgo de blanqueo de capital”, comentan sus promotores.