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Los nuevos modelosde negocio han obligado a las aerolíneas a reinventarse

Ajustes para volar alto

Las líneas aéreas comerciales se renuevan y viven un momento de continua transformación, algo que parece intrínseco al sector y que no solo afecta a las españolas, sino que es una constante en todo el mundo.

Si echamos la vista atrás, este proceso de cambio se aceleró por los procesos desregulatorios iniciados en Estados Unidos en los años ochenta y posteriormente en Europa, y por la reordenación económica mundial que estamos viviendo, con nuevas zonas de desarrollo en diversas áreas del globo.

Un dato a tener en cuenta es que nunca en la historia se han registrado tantos pasajeros en vuelo en tantas partes del mundo como ahora, y aunque en nuestro mundo occidental el tráfico aéreo ha caído, en términos globales creció por encima del 7% en 2013.

Las compañías españolas no han sido ajenas a esta transformación del mercado. “Algunas no han podido adaptarse al encontrarse con altos niveles de apalancamiento en el momento de la caída del tráficos aéreo en España; otras, como Iberia, están en un proceso de ajuste y cambios del que pueden salir fortalecidas; mientras que otras, como Air Europa, están sorteando la crisis con mucho esfuerzo y aprovechando nuevas oportunidades, o Vueling, que está demostrando ser un modelo muy válido para el entorno competitivo en el que nos encontramos”, según describe Pablo Martínez Cutillas, director del área aeroespacial de la Universidad Europea (UE).

En los últimos años, muchas aerolíneas se han visto obligadas a realizar importantes recortes de plantilla y salarios, reducir rutas, flota y ahorrar combustible. Como en cualquier otro sector, las aerolíneas están obligadas a “mantener políticas de mejora continua, de reducción constante de costes”, opina el experto de la UE.

Solo así podrán “mantenerse competitivas en el mercado y mantener las cuentas saneadas, fundamental para asegurar esa competitividad a largo plazo”, continua Martínez Cubillas.

El mayor coste de una línea aérea está asociado al combustible y en los últimos años las aerolíneas han llevado a cabo diferentes estrategias para minimizar el impacto del precio y del suministro del combustible, entre ellas, la renovación de flota, la compra de nuevos modelos de aviones con motorización más eficiente y actividades para mejorar la gestión del tráfico aéreo que permitan rutas más eficientes.

No hay que olvidar tampoco que las compañías aéreas también compiten con nuevos sistemas de transporte como los trenes de alta velocidad que han cambiado la estructura del sector. Basta con recordar lo que ha pasado con los vuelos a Sevilla o el imprescindible y exitoso puente aéreo Madrid-Barcelona.

En el caso de Iberia, “todas las medidas de reducción de plantilla y salarios, de incremento de la productividad y de mayor flexibilidad, de reducción del consumo de combustible –como la compra de los Airbus A330– han servido para reducir costes, mejorar la competitividad y hacernos más eficientes”, señalan fuentes de la compañía.

En qué medida esa reestructuración ha podido ir en contra del pasajero con pérdida de servicios a bordo o reducción de espacio, en Iberia lo descartan. “Al contrario, toda la inversión en los dos últimos años ha sido para dar un mejor servicio al cliente: nuevos aviones, mejores butacas, uno de los sistemas de entretenimiento a bordo más avanzados del mercado, wifi, una iberia.com más conectada con las redes sociales, nuevas familias de tarifas para adaptarnos mejor a las necesidades de los pasajeros y más destinos en Europa y América Latina”.

Una buena medida para comprobar la recuperación de cualquier sector son los planes de inversión de las empresas.

Iberia, en el último año y junto con la filial Iberia Express, “hemos abierto 9 rutas: Montevideo, Santo Domingo, Estambul, Berlín, Ámsterdam, Atenas, Estocolmo, Stuttgart y Hannover y desde febrero del año pasado, hemos incorporado 8 nuevos aviones Airbus A330, hemos transformado otros 11 Airbus A340-600 con nuestras nuevas cabinas business y turista y acabamos de anunciar la incorporación de 16 nuevos aviones Airbus A330-200 y Airbus A350. Los primeros empezarán a llegar a partir de diciembre de 2015 y, en paralelo, vamos a seguir con la transformación del resto de nuestra flota de Airbus A340-600 para implantar nuevas cabinas y el nuevo sistema de entretenimiento a bordo”.

Desde Air Europa consideran que “la reducción de costes por sí misma no te hace más competitivo. En unos casos más que en otros se ha producido una adecuación de las plantillas al nuevo marco laboral surgido de la crisis económica mundial. En el caso de Air Auropa, la plantilla ha aumentado, si bien es cierto que algunos convenios, como el de pilotos, fueron denunciados y no están en vigor”. En cuanto al combustible, se puede asegurar o no, pero es una lotería: a veces se acierta y a veces sale más caro”, señala la misma fuente.

En cuanto a la flota, “la idea es contar con los aviones más modernos y eficientes, porque son los que menos gastan y los que sufren menos averías. En nuestro caso, la media de edad de la flota es de unos 4 años –una de las más jóvenes de Europa–. Y ha crecido desde el inicio de la crisis. Hemos pasado de 37 a 45 aviones. Además hemos comprado en firme 8 unidades del Boeing 787 Dreamliner y hemos ejecutado opciones de compra sobre otros 8. Comenzarán a llegar en 2016. También hemos adquirido 8 aviones 737-Max. En total, 24 nuevas aeronaves que estarán totalmente operativas en 2022. El aumento de flota nos ha permitido abrir nuevas rutas”.

En los últimos 12 meses han inaugurado 14, entre ellas, Montevideo, Sâo Paulo, Fráncfort, Múnich, Melilla y Oporto. El 27 de noviembre comenzarán a volar a Ouarzazate (Marruecos) y en marzo del 2015, a Tel Aviv.

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