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Vicepresidente internacional de Swatch y director general en España

Gonzalo de Cevallos: “Antes había un reloj para toda la vida”

"El arte de la relojería debe llegar a los jóvenes” "Hay que cambiar de reloj según el estado de ánimo"

Gonzalo de Cevallos.
Gonzalo de Cevallos.Pablo Monge

Disfruta hablando de relojería. Tras el primer apretón de manos y los saludos de presentación, Gonzalo de Cevallos, vicepresidente internacional de Swatch y director general del grupo en España, se fija en el reloj de la persona con la que charla para contarle las curiosidades correspondientes a su artilugio. Este madrileño, de 46 años y licenciado en Derecho, es el mejor embajador de la marca relojera. Lleva 16 años en la compañía, que ha presentado recientemente la colección Sistem51, su primer modelo con mecanismo de movimiento automático. La tienda, en la madrileña y céntrica calle de Preciados, especialmente decorada para la ocasión, se une a otras sedes de Swatch en las que se ha presentado la citada colección bajo un concepto pop-up. Entre ellas, París, Roma, Nueva York, Moscú y Barcelona. En España estará hasta final deNavidad.

 Pregunta. ¿Qué novedades presenta esta colección?

Respuesta. Para nosotros es una revolución en el mundo de la relojería. Es una innovación tecnológica que ha hecho posible que, en menos de dos años, hayamos desarrollado un movimiento automático con tan solo 51 piezas repartidas en cinco módulos. Cualquiera que entienda de relojería comprenderá el avance técnico que este reloj representa.

P. ¿Cómo se lo explicaría a alguien que no esté puesto en este mundillo?

R. Haría hincapié en lo complicado que es obtener un mecanismo con 90 horas de reserva de marcha. En Swatch lo hemos conseguido con un reloj formado por 51 elementos unidos entre sí por un solo tornillo. Y fabricado absolutamente en Suiza.

P. ¿Qué han buscado con este modelo?

R. Es la manera que tenemos de mostrar que queremos hacer llegar a cualquier persona el reloj automático. Lo hemos democratizado. Este modelo, con todo lo que contiene, cuesta tan solo 130 euros, un precio que solo Swatch es capaz de ofrecer. Tener un buen reloj ya no es una cuestión de precios.

P. ¿Antes sí lo era?

R. La crisis nos ha afectado a todos, tanto a la empresa como a los compradores. Como somos una compañía que opera a nivel global, la situación ha sido diferente entre los diferentes países. En el caso de España, tuvimos algunas dificultades en 2009, cuando el mercado estuvo más complicado. Se vendían menos relojes y además la gente los buscaba con un diseño concreto, más austero y apagado. Eran diferentes. Tenían menos colores y un diseño mucho más clásico, acorde con la situación.

P. Entonces se puede percibir el ánimo de alguien en función del reloj que lleve...

R. Por supuesto que sí. Antes, la gente tenía un reloj para toda la vida. Cuando Swatch apareció hace 30 años revolucionó el concepto de la relojería. Desde el primer momento lanzamos el concepto de Second Swatch: queríamos que la gente cambiase de reloj por su estado de ánimo, porque le apeteciese llevar un modelo diferente en una ocasión especial, para combinarlo con ropa o porque quisiese llevar una pieza de arte.

P. ¿Cómo se consigue esto?

R. Trabajando en los conceptos. Cada reloj que lanzamos tiene un concepto detrás. Si alguien está muy contento, lo más lógico es que lleve colores más fuertes y vistosos que si está triste. Pero no es solo un juego de colores. Se trata de asociar ideas con un modelo concreto. Ideas como el mundo del arte, la moda, el deporte o la estación del año. Lanzamos la colección Scubalibre, con la que podías llevarte una pieza de arte a la playa o a la piscina sin tener que preocuparte de nada, ya que el reloj estaba preparado para ello. Perseguimos eso, que cada cual tenga su reloj.

P. ¿Cuál es el suyo?

R. Tengo una colección bastante interesante de estos relojes. Llevo 16 años trabajando en la empresa, pero 25 años enamorado de la marca. No sé realmente cuántos ejemplares tengo, pero podría tener uno para cada día del año. De hecho, cambio de reloj todos los días. Muchas veces dependiendo de mi estado de ánimo.

P. Y lleva uno en cada mano.

R. Bueno... tampoco es raro. Tengo dos muñecas.

P. ¿Planes de futuro para Swatch?

R. Claramente son planes de crecimiento. Tenemos más de 1.000 tiendas monomarca y sacamos una media de 200 colecciones cada año. Así queremos seguir. En los últimos dos y tres años hemos crecido mucho en Asia, aunque Europa sigue siendo nuestro mercado más importante. España, en concreto, es uno de los más valiosos, porque aquí comulgamos mucho con los valores de la marca.

P. ¿Por qué el concepto de tiendas pop-up?

R Creemos que es una forma original y distinta de hacer conocer un producto nuevo. La gente que quiera comprar estos relojes los tiene en exclusiva en muy pocas tiendas, que además son temporales. En España solo hay dos, una en Madrid y otra en Barcelona. Es una forma de darle importancia al producto.

P. No todo el mundo entiende esta idea...

R. Ni todo el mundo está familiarizado con los relojes automáticos. La idea pop-up encaja mucho con los clientes jóvenes. A ellos les encanta nuestro concepto de marca, pero nunca han tenido un reloj automático. Como relojeros, queremos transmitir este arte entre los más jóvenes.

P. ¿Swatch es para todos los públicos?

R.Y para todas las tendencias.Tenemos desde los relojes más clásicos a los más modernos.

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