La familia Sampedro cede la mayoría de Codere a los acreedores
Tras cerca de un año de negociaciones entre los acreedores –fondos de inversión y hedge funds– y los propietarios de Codere –la familia Martínez Sampedro– las partes han llegado a un acuerdo de reestructuración que supondrá la cesión de la mayoría del capital por parte de la familia fundadora del grupo y la previsible exclusión de Bolsa de la compañía de juego.
Codere ha explicado en un comunicado enviado a la CNMV –el regulador del mercado suspendió la cotización de la compañía al cierre del mercado, pasadas las 17 horas– que ha alcanzado un primer acuerdo con más del 75% de sus acreedores. En la sesión del martes el valor en Bolsa de Codere ha caído un 12,3% cerrando a 0,64 euros por acción. Durante la jornada los títulos de la compañía subían justo hasta pocos minutos antes del cierre de la sesión, cuando se han desplomado. El lunes el valor de Codere se incrementó un 19,67%.
Los términos acordados implican prolongar cinco años los vencimientos de la deuda obteniendo refinanciación. La empresa logra un contrato de préstamo senior por valor de 253 millones de euros, que sustituirá al contrato de financiación ya existente; se efectuará una emisión de nuevos bonos por importe de 675 millones, de los que 200 será suscritos en efectivo y 475 millones canjeados por bonos existentes.
Los cambios en la estructura del capital, explica la compañia en su comunicado, incluyen una conversión de 636 millones de los bonos existentes en nuevas acciones, lo que implica una nueva distribución del capital, de la cual resultará que los accionistas actuales mantendrán el 2,22% y los bonistas alcanzan el 97,78%.
José Antonio Martínez Sampedro y Javier Martínez Sampedro mantendrán, en virtud del acuerdo alcanzado, sus posiciones en el grupo –presidente y consejero, respectivamente–. Además invertirán en acciones de la compañía ya reestructurada, hasta alcanzar, según explicaron fuentes cercanas al grupo, algo menos del 20% del capital.
Los bonistas que hayan participado en la nueva emisión de bonos alcanzarán el 61,2%; las entidades aseguradoras del contrato de préstamo tendrán un 1%; y los tenedores de otros bonos se repartirán un 6%.
Una vez finalizado el proceso de reestructuración Codere lanzará una oferta de exclusión, previa aprobación por parte de la CNMV.
14 standstill
Desde principios del pasado mes de enero Codere, con una deuda de 1.100 millones de euros, viene negogiando con fondos de inversión que adquirieron la titularidad de líneas de crédito de bonos emitidos en 2007 y 2012 por valor cercano a los 1.000 millones de euros en total.
El dos de enero Codere solicitó su entrada en preconcurso, lo que le otorgaba cuatro meses para negociar un convenio de pago con los acreedores y evitar así la declaración de concurso. Desde entonces la compañía española y sus acreedores han estado negociando una alternativa a la declaración de concurso de acreedores, dándose diez días de plazo de negociación que ambas partes han ido ampliando sucesivamente, hasta el pasado día tres de septiembre, comprometiéndose a no ejecutar medidas legales que pudieran desembocar en la declaración de concurso. En total, la compañía ha informado de 14 standstill desde el inicio de las negociaciones.
En el segundo trimestre de este año el grupo controlado por la familia Sampedro ingresó 327,1 millones de euros, un 14,7% menos, y registró pérdidas de 37,1 millones (frente a las pérdidas de 53,8 millones del mismo periodo del año anterior).
La devaluación del peso argentino (el país es su primer mercado) frente al euro ha lastrado fuertemente los últimos resultados del grupo. En el segundo trimestre del año el ebitda de Codere se situó en los 43,8 millones, un 9,9% menos; a tipo de cambio constante, el ebitda del grupo habría subido un 14,2%.
Codere está presente en España, Italia, Argentina, México, Panamá, Colombia, Uruguay y Brasil. Opera 172 salas de juego, 51.664 máquinas de juego, 1.640 establecimientos de apuestas deportivas y participa en la gestión de dos hipódromos.