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Falleció ayer de una crisis cardiaca

Fallece Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés

Isidoro Alvarez, presidente de El Corte InglŽs, momentos antes de la junta de accionistas.
Isidoro Alvarez, presidente de El Corte InglŽs, momentos antes de la junta de accionistas.El Pais (EL PAÍS)
Fernando Sanz Sánchez de Rojas

El presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, murió este domingo a los 79 años de edad como consecuencia de una insuficiencia respiratoria que derivó en una crisis cardiaca inesperada. Estaba ingresado en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) desde el miércoles, cuando llegó a las cuatro de la madrugada para ser tratado de forma urgente. 

Los médicos explicaron el viernes que el presidente de El Corte Inglés había experimentado una mejoría, pero su estado de salud se agravó al día siguiente y hoy domingo falleció como consecuencia de una crisis cardiaca inesperada. La empresa decidió que su capilla ardiente se instalara desde el lunes en la sede de la Fundación Ramón Areces. Estará abierta de 10 a 14 horas.

Se da la trágica circunstancia de que su ingreso hospitalario de urgencia el pasado miércoles coincidió con el fallecimiento del presidente de Banco Santander, Emilio Botín, también de 79 años de edad, a causa de un infarto.

De inmediato, justo después de que se conociera la noticia del fallecimiento y desde los más variados ámbitos se comenzaron a suceder las reacciones ante la desaparición de la que sin duda es una de personalidades más reconocidas y respetadas del mundo empresarial español. La empresa a través de su cuenta en Twitter ha agradecido las muestras de cariño y respeto que “le están llegando en estos difíciles momentos”, dijo. “Los empleados de El Corte Inglés nos sumamos a las condolencias recibidas por la muerte de Isidoro Álvarez”, añadió. La cuenta de El Corte Inglés en la red social aparece con un crespón negro en su perfil como señal de duelo.

Era presidente de El Corte Inglés desde el 2 de agosto de 1989. Y autor desde esa fecha de la gran diversificación puesta en marcha por la cadena de grandes almacenes a todos los nichos de mercado de la distribución organizada en nuestro país.

Bajo su mandato los españoles hemos podido ir a comprar a una red de hipermercados como Hipercor, adquirir cualquier cosa de forma urgente en Opencor y convertirnos en manitas expertos en las tiendas de bricolaje Bricor. Además, de sus manos se desarrollaron conceptos comerciales como, Supercor, Sfera, Telecor, Óptica 2000, Informática El Corte Inglés, Viajes El Corte Inglés o su correduría de seguros.

Fue además quien decidió llevar la marca al extranjero e internacionalizar la empresa. Paradójicamente, a pesar de que el Corte Inglés es una de las marcas españolas más conocidas en el exterior, la palabra internacionalización es la que más ha costado cuajar en la esencia de la compañía. 

Suya es la iniciativa que llevó a la empresa a instalarse en Portugal en 2001. Aunque entonces uno de sus ejecutivos parafraseándole aseguró que cuando alguien le pidió una valoración de lo que suponía abrir allí, contestó que para cualquier empresa española, desde el punto de vista logístico y de organización, era más sencillo y barato abrir en Portugal que en las Islas Canarias. También intentó colocar la marca en Italia pero finalmente la empresa lo desestimó.

Sin embargo, su muerte llega trágicamente cuando el grupo que construyó y que heredó de manos de Ramón Areces, iniciaba un nuevo camino de diversificación y cambio. Será inevitable quedarse con la impresión de que con su desaparición la empresa queda huérfana de una cabeza privilegiada en un momento en el que la empezaba a moverse de nuevo obligada por los enormes zarpazos que ha dado la crisis económica y de consumo en todos los niveles de la distribución española. Y como un guiño del destino su muerte se produce justo solo cinco días después de la desaparición del socio con el que decidió comenzar a mover el timón de El Corte Inglés.

Su acuerdo con Emilio Botín para que el Banco Santander entrara en el capital de Financiera El Corte Inglés y coordinara la emisión de bonos en el mercado irlandés dio, el año pasado, el pistoletazo de salida de su cambio.

Sin embargo, a diferencia de Emilio Botín, Isidoro Álvarez era enormemente reservado. Solo sus colaboradores más cercanos, conocían su talante y su personalidad. Hace solo tres semanas, con ocasión de la presentación de sus resultados del año 2013, contaba una de las personas que más le ha tratado últimamente desde un punto de vista profesional, que a pesar de esa personalidad tan discreta para lo público, “manda y lo hace mucho”. “Si ante cualquier comentario que se le haga su respuesta inmediata es el silencio, uno nunca puede estar seguro de lo que puede opinar, pero al menos sabe que tiene en cuenta el consejo, que no ha caído en saco roto. Si por el contrario contestaba de inmediato sabías que no podías insistir, ya estaba todo decidido, y no había marcha atrás”.

De costumbres y hábitos poco más que espartanos, no era amigo de apariciones públicas y menos partidario de intervenciones y discursos. Eso sí, le gustaba plantarse por sorpresa en las tiendas y testar directamente el aspecto de los centros y la reacción de la clientela. Escuchaba a los clientes con educación diplomática y hacía temblar con la misma determinación y estilo a los jefes de tienda o planta en las que había detectado fallos o defectos. Sin embargo, esa personalidad tan reservada, la combinaba con un extraordinario olfato y pragmatismo para anticiparse a los cambios que desde hace años ha experimentado la distribución comercial en nuestro país. 

En su última intervención pública en la junta de accionistas a finales de agosto se mostró muy preocupado por la calidad y la innovación como factores para que el grupo empresarial hiciera frente a las dificultades que plantea el futuro. Puso entonces de manifiesto que continúan existiendo dificultades, pero se mostró confiado en que se pueden superar “con dedicación, con una oferta dinámica y competitiva, con atención esmerada al cliente y con la identificación de nuestro grupo con la calidad”.

Sobre la firma

Fernando Sanz Sánchez de Rojas
(Madrid, 1964). Estudió periodismo en Madrid. Comenzó su trayectoria profesional en la revista Aral. En 1991 se incorporó como redactor a la sección de Empresas de Cinco Días. Ha sido redactor jefe de la sección de Empresas, jefe de la sección de Especiales y actualmente redactor jefe de la edición impresa del diario.

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