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Un análisis de más de 760.000 ofertas de empleo

¿Un posgrado ayuda realmente a encontrar empleo?

Las empresas jurídicas son las que más valoran que los candidatos tengan un posgrado En los procesos de selección pesa más el conocimiento de uno o dos idiomas extranjeros

ThinkStock
Manuel G. Pascual

Si hasta hace algunos años se daba por sentado que todo aquél que buscase trabajo cualificado debía tener una carrera, el listón ha subido hasta el posgrado. O al menos esa es la creencia que se ha instalado en institutos y facultades. La creciente especialización exigida en las ofertas de empleo y la poca salud del mercado laboral han impulsado la demanda de estos estudios un 250% en los últimos años. La oferta de programas disponibles también ha crecido: se ha multiplicado por 10 desde 2004 (apenas existían 700 titulaciones de este tipo) y las más de 7.200 que hay hoy.

Y, sin embargo, no está claro que adornar el currículum con un máster pueda mejorar las opciones de un candidato de cara a encontrar trabajo. Al menos esa es la conclusión a la que llega un informe de Adecco basado en el análisis de más de 760.000 ofertas de empleo cualificado. Solo un 5,9% de ellas valoraba el hecho de poseer algún tipo de formación de posgrado. La cifra sube hasta el 13% en el caso de los puestos directivos, la categoría que más los exige. Le siguen los perfiles técnicos, con un 8,5%, mientras que en el caso de los mandos intermedios y los empleados baja hasta el 5,8% y el 3,3%, respectivamente.

¿Ayuda entonces un máster a encontrar trabajo? ¿O solo sirve en el caso de que se busque fortuna en perfiles muy específicos? “Haber estudiado un posgrado revaloriza un currículum, pero no hay que caer en la trampa de la vulgarización, como pasó en su momento con las carreras universitarias”, opina Paloma García, directora de Training de la firma de recursos humanos Randstad. Lo que importa no es tener un máster, sino que sea potente. “En los procesos de selección pesa más el conocimiento de uno o dos idiomas extranjeros y la experiencia internacional, especialmente si se trata de un candidato que se incorpora al mercado laboral, que haber cursado estudios de posgrado”, sentencia.

Las excepciones estarían en los puestos muy técnicos y entre los directivos, para quienes contar con un MBA (del inglés master of business administration) puede suponer la diferencia entre entrar o no en una compañía. Volviendo al informe de Adecco sobre empleabilidad y posgrados, el más exigido en las ofertas de trabajo destinadas a cubrir altos cargos es el MBA, acaparando un 57% del total.

La importancia que se le da a este tipo de titulación no es casual. “El valor añadido de un máster no está tanto en el título en sí mismo, sino en el contenido. Los más validos son los que aportan al estudiante el aprendizaje de habilidades que le permitan luego ejecutar tareas en el trabajo”, reflexiona Santiago Ramón, director general del Centro Internacional de Formación Financiera (CIFF), la escuela de negocios de Banco Santander y la Universidad de Alcalá. Para Ramón, el problema de buena parte de los posgrados que se ofertan en España es su falta de conexión con la realidad que se encontrarán los estudiantes en el mercado laboral.

Servicios jurídicos y consultoría

“Con un máster se consigue una mayor aproximación a la compañía”, coincide García. Las empresas del sector jurídico son, por quinto año consecutivo, las que más valoran que los candidatos tengan formación de posgrado. Incluyen ese requisito en el 11,5% de las ofertas, según el citado estudio de Adecco. Le siguen las consultoras, con un 9,2%, y la sanidad, con el 7,9%.

Entre las ofertas de directivos, son quienes aspiran a director comercial los que tienen más posibilidades de que les pidan haber cursado un máster (sucedió en el 37% de los casos), seguidos de los directores de recursos humanos (36,8%) y directores informáticos (36,5%).

Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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