Incubadoras, viveros… ¿Dónde alojar nuestro negocio?
La ubicación física de una empresa puede ser determinante para su buen funcionamiento. El centro de trabajo ideal dependerá del tipo de compañía y del momento en que esta se encuentre.
Aunque los avances tecnológicos parecen ir restando cada vez más importancia al lugar en el que se encuentran físicamente las empresas, el emplazamiento sigue siendo importante para el rendimiento de las compañías.
Sin embargo, el precio suele limitar las opciones a las que tienen acceso las pymes, especialmente en sus inicios.
Esa es la principal razón que impulsó iniciativas como los centros de negocios, conformados por oficinas equipadas que los empresarios pueden alquilar. Suelen estar dotados también de otras facilidades como salas de reuniones o servicios de limpieza. Instalarse en ellos requiere una inversión menor que poner en marcha una oficina propia y, además, tiene la ventaja de que permite unificar los pagos (electricidad, conexión a internet y otros servicios están incluidos en el precio).
Una opción similar son las incubadoras empresariales. Impulsadas por asociaciones corporativas, fundaciones o instituciones como las Cámaras de Comercio, estas estructuras disponen igualmente de oficinas con todo lo necesario para iniciar una actividad, normalmente a precios reducidos gracias a ayudas y subvenciones, pero su principal característica es que ofrecen también asesoramiento a las pymes que se instalan en ellas.
Los viveros son la mejor alternativa para proyectos en sus fases iniciales
Por este motivo, los viveros de empresas se convierten en la mejor alternativa para aquellos proyectos que se encuentran en sus fases iniciales.
Un concepto que en los últimos tiempos se ha ido extendiendo entre las pequeñas compañías es el del trabajo colaborativo, lo que ha impulsado un gran número de centros de coworking(ya son más de 700 los que están repartidos por toda España, según el registro de la web Coworking Spain). En ellos, profesionales independientes como autónomos y negocios de reducido tamaño comparten un mismo espacio (así como los gastos derivados de su puesta en marcha), pero también ideas y experiencias con el objetivo de facilitar el desarrollo de las organizaciones.
Pese a las múltiples posibilidades que existen en la actualidad, la oficina o centro de trabajo tradicional sigue siendo una buena solución, especialmente en los casos de empresas con un cierto nivel de crecimiento, a las que las opciones anteriores pueden quedárseles algo pequeñas.
En caso de decidirse a poner en marcha un local propio, es recomendable tener en cuenta aspectos como las posibilidades que tiene el área elegida para la empresa (no será lo mismo ubicarse en el centro de una ciudad o en un polígono cerca de otras compañías) o la situación de la competencia.
Sea cual sea la fórmula elegida, son muchos los empresarios, especialmente pequeños, que optan en la actualidad por aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías y promueven el teletrabajo en su plantilla. Y es que esta modalidad, que convierte los domicilios en pequeñas sedes, permite ahorrar costes a las corporaciones al no tener que disponer de grandes espacios en los que dar cabida a todo su equipo.
En definitiva, para decantarse por la opción más adecuada para cada compañía hay que analizar previamente sus necesidades, así como sus posibilidades económicas. De esta forma, se conseguirá encontrar el lugar más adecuado para el desarrollo de un proyecto empresarial.