Argentina estudia apelar al Tribunal de La Haya contra los 'fondos buitre'
El Gobierno argentino reclamó hoy medidas para que el mundo no funcione como un “anarcocapitalismo”, bajo la “espada de Damocles” de “grupos minúsculos” como los fondos buitre, y aseguró que existen instancias de apelación en el Tribunal de La Haya para buscar el desbloqueo del conflicto de la deuda.
“Nos parece que el mundo no puede estar en la existencia de un anarcocapitalismo”, dijo hoy el jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, durante su rueda de prensa diaria.
“El mundo no puede estar con la espada de Damocles de grupos minúsculos oligárquicos” que “conspiran contra la estabilidad del sistema económico y financiero internacional” y vulneran “la condición de un país soberano” con un “nivel de usura inaceptable”, reiteró el funcionario, en referencia al conflicto con los fondos buitre.
El Ejecutivo de Cristina Fernández estudia apelar al Tribunal Internacional de La Haya para desbloquear los pagos a los tenedores de bonos reestructurados, que permanecen bloqueados en Estados Unidos por la sentencia del juez neoyorquino Thomas Griesa favorable al 1 % de los acreedores que denunciaron a Argentina para cobrar el importe íntegro de la deuda.
“Frente a una controversia de carácter internacional que implica una disputa entre estados obviamente hay instancias de carácter internacional que puedan ser utilizadas para la resolución”, apuntó el jefe de Gabinete.
“El sistema económico internacional está reclamando la cobertura de un vacío jurídico y legal” respecto a la aplicación de una regla “de las mayorías” en los “procesos de reestructuración de deuda de países soberanos”, continuó.
Capitanich pidió medidas que actúen como “desincentivos” para los fondos buitre que se aprovechan de “un sistema judicial perverso”, que “está absolutamente corrompido por la incidencia de este tipo de intereses”.
Además, explicó que Argentina puede recurrir a mecanismos como el “método de opinión consultiva” o el proceso de “introducción a instancias con o sin medida cautelar” que ofrece el Tribunal Internacional de La Haya. Sin embargo, el exfiscal en la Corte Penal Internacional Luis Moreno Ocampo había advertido ayer que no hay posibilidades de que esa vía judicial prospere.
Capitanich criticó también la decisión de Griesa de ratificar al mediador, Daniel Pollack, y le acusó de “mala comprensión, por un lado, incapacidad manifiesta por el otro, clara parcialidad respecto a la posición de los fondos buitre y marcada incompetencia para resolver un problema”.
Para el funcionario argentino ratificar al mediador supone insistir en “la misma posición por parte del juez”, quien “no entiende adecuadamente las dificultades de este proceso”.
“Es tan simple la solución de esta cuestión que precisamente llama la atención de por qué no se instrumenta”, señaló, respecto al reclamo del Ejecutivo argentino para que la Justicia estadounidense emita una cautelar que permita el pago a los tenedores de títulos que aceptaron los canjes de 2005 y 2010.
Las agencias calificadoras de riesgo internacionales han declarado al país en cese de pagos, pero el Gobierno argentino niega la situación de impago, sostiene que ha cumplido sus obligaciones financieras y responsabiliza a la Justicia estadounidense de congelar los fondos destinados a los acreedores de deuda reestructurada (92,4 % del total).