“La inversión en I+D demuestra el compromiso a largo plazo”
Amadeus opera en la industria mundial del viaje y del turismo, donde se ha ganado una posición de liderazgo. Su tecnología hace posibles cientos de millones de viajes. Pero más allá del crecimiento comercial, la compañía está comprometida con el desarrollo de una actividad socialmente responsable y sostenible a largo plazo. Una política que, desde su cargo de vicepresidente y secretario del consejo de administración de Amadeus le corresponde gestionar a Tomas López Fernebrand (Gotemburgo, Suecia, 1962). Ese compromiso es el que la compañía ha querido reflejar en el primer informe anual integrado.
“Hacer un informe integrado, aparte de tendencias, creo que es un instrumento muy útil tanto para externos como para los empleados de Amadeus. Para una empresa que está tan dispersa geográficamente [opera en 195 países], tener en un solo informe quiénes somos, dónde operamos, actividades de negocio, estrategia, datos financieros, gobierno corporativo… para inversores que pueden conocer poco a Amadeus es muy útil”, afirma López Fernebrand.
Respecto a la sostenibilidad, uno de los componentes fundamentales de Amadeus es la inversión en I+D, que ratifica con el primer puesto de su sector en Europa y el tercero por volúmenes globales en España. “La inversión de I+D, por definición, no es nunca cortoplacista, es a medio y largo plazo. Estamos muy orgullosos de las estadísticas dela UE, es algo que demuestra que la compañía tiene una apuesta a largo plazo”, destaca el vicepresidente de Amadeus.
Amadeus invierte el 16% de los ingresos anuales en I+D. En términos absolutos, el año pasado se destinaron 500 millones de euros. “Aparte de la cifra, es la única manera que una compañía de tecnología como la nuestra puede pretender mantener la posición de liderazgo a futuro. Y esto no es una operación de un año o dos. Es una inversión de mucho tiempo”, recalca López Fernebrand.
Hacer un informe integrado, aparte de tendencias, es un instrumento muy útil para inversores que pueden conocer poco a Amadeus”
La estrategia de RSC de la compañía se basa en dos pilares: el medioambiental y la acción social. “Hace ya cinco años, más o menos, empezamos a definir nuestra estrategia de RSC más allá de iniciativas locales, que no eran de carácter caritativo, pero que sí tenían con un componente de apoyo a comunidades desfavorecidas. Lo que intentamos a partir de 2010 era ver cómo podíamos canalizar el valor añadido que damos a la sociedad hacia programas de RSC”.
“Por ejemplo, en el área educativa, ¿pueden nuestros empleados, en su conocimiento de tecnología y el sector de viajes, ayudar a países que están intentando jugar un papel más importante en turismo? África, Latinoamérica, donde hay países que tienen un potencial de desarrollo turístico muy grande, pero carecen de la infraestructura y de la educación para hacerlo. Ahí es donde Amadeus puede utilizar lo que llamamos el knowledge transfer o programas educativos orientados a que esos países intenten desarrollar su infraestructura turística y el acceso al mercado exterior”. “Es lo que hicimos en Centroamérica con lo que se conoce allí como posadas, pequeños hoteles rurales en lugares pintorescos, con un gran atractivo turístico”.
Una segunda área en la que actúan es la inclusión digital. “Para utilizar nuestro excedente de tecnología creamos, en 2010 el programa PC Bank. El año pasado, enviamos 600 PC a países como Sudáfrica, Kenia, Turquía, Rumanía o Cuba. Desde 2010 llevamos casi 1.800 ordenadores enviados no como una donación per se, sino como parte de un programa educativo de comunidades”, cuenta el ejecutivo de Amadeus.
Y la tercera pata del programa de RSC es el proyecto lanzado el año pasado con Unicef de microdonaciones, mediante el desarrollo de una plataforma tecnológica para que las líneas aéreas o agencias de viajes online u otros operadores turísticos, en sus páginas web, al hacer la reserva, faciliten hacer una donación de entre 3 y 20 euros. El programa está ya operativo con Iberia. “El objetivo este año es tener una segunda línea aérea que participe en el programa y contar el año que viene con muchas más. Tenemos conversaciones con Finnair”.
Pero también hay muchos pequeños proyectos en multitud de países. “Si no recuerdo mal, tenemos más de 130 proyectos en marcha en 53 países”, apunta.
El otro gran pilar es el medio ambiente. “El enfoque que le dimos fue algo que casi lo vimos como un efecto indirecto de desarrollar programas de tecnología”, tanto para las aerolíneas como para los aeropuertos. El programa Altéa Departure Control System, desarrollado con Finnair, calcula la distribución de la carga dentro del avión, también los pasajeros, y, aparte, calcula el queroseno que necesita el avión.
El Airport Sequence Manager, desarrollado conjuntamente con los aeropuertos de Múnich y Copenhague, calcula el momento exacto en el que tienen que desprenderse los fingers y el avión debe ser desplazado hacia atrás y el encendido de motores, “maximizando la eficiencia energética”.
El tercer ejemplo de esta gestión medioambiental es el cálculo de emisiones de CO2, en colaboración conla OACI.“Colaboramos con las agencias de viajes que quieren saber el consumo energético de diferentes alternativas de vuelo. Por ejemplo, para un viaje de Estocolmo a Shanghái, si hay varias alternativas de vuelo, cuáles son las emisiones de CO2 de cada de ellas”, explica.
El reto de los viajes intermodales
Un consorcio encabezado por Amadeus ha obtenido un contrato con la Comisión Europea para evaluar la viabilidad técnica de un sistema de transporte de pasajeros multimodal europeo. El objetivo es, para trayectos de 300 km o menos, favorecer el transporte ferroviario. “Para hacer eso tienes que intentar que la infraestructura tecnológica del transporte por avión y del ferrocarril comunique”, señala López Fernebrand.
Este interés surge a raíz de la crisis de la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull, cuando miles de pasajeros se vieron atrapados en Heathrow sin poder despegar y, en cambio, los trenes del canal de la Mancha iban vacíos, comenta el ejecutivo de Amadeus.
“Hay otros motivos, pero uno de ellos es que con tu billete de avión sí que puedes cambiarte de compañía, es relativamente fácil, porque la infraestructura y la tecnología existe. Y en cambio no lo puedes hacer con un billete de ferrocarril. El billete de avión es muy complicado cambiarlo por un billete Deutsche Bahn, SNFC, etc. ¿Por qué no?, ¿por qué sí lo puedes hacer con una línea aérea? La infraestructura tecnológica no es compatible, no comunica. Como no resuelvan el problema tecnológico de la conectividad… va a ser un canto al sol”, explica López Fernebrand. _“Ahí una compañía como Amadeus puede jugar un papel fundamental, y lo estamos haciendo en la Comisión”, concluye.