Egipto quiere recobrar a su turista más valioso, el español
Los visitantes procedentes de España son menos numerosos que rusos o británicos, pero gastan más
Este verano, Egipto ha programado una serie de actividades culturales en España para celebrar los 75 años de relaciones diplomáticas entre ambos países. El programa, que arrancó el 26 de junio con un espectáculo de danza y música en el Templo de Debod de Madrid, forma parte también de los esfuerzos del Gobierno egipcio por recuperar la confianza de los turistas.
La revolución popular de enero de 2011 y sus secuelas posteriores han golpeado duramente a un sector que aporta entre el 10% y 12% del PIB y del que viven casi cuatro millones de personas. Según cifras oficiales, el número de visitantes se ha reducido desde los 14,7 millones de 2010 hasta los 9,5 del año pasado.
La caída ha sido más fuerte aún en el caso de los españoles, que en el mismo periodo han pasado de 180.000 a menos de 30.000.
El embajador de Egipto en España, Aymán Zaineldine, explica que el retroceso ha sido mayor en el caso español porque se trata de un turista que hace turismo cultural, un mercado que se ha visto más afectado que el de sol y playa, al que son más dados alemanes o italianos.
“El gasto del que visita monumentos es mucho mayor que el de costa. Por eso, el turista español es más valioso que el de otros países”, asegura. “De Rusia, por ejemplo, recibimos dos millones de turistas al año, pero todos buscan sol y playa, por lo que son menos rentables”, apunta.
José Ángel Bueno, jefe de contratación de turoperadores de Nautalia, señala que, en efecto, el español “es un turista al que le gusta la cultura, por lo que sus lugares favoritos son el conjunto monumental de las pirámides de Giza, los templos de Lúxor y Abu Simbel, el Valle de los Reyes o los colosos de Memmón”.
Un buen tour, desde 900 euros
Moisés Martínez, de Nubia Tours, advierte que el turista que compra Egipto suele dejarse llevar por el precio, pero una vez allí, se lamenta de no haber contratado un paquete un poco más caro. “Un viaje de calidad media-alta cuesta entre 900 y 1.300 euros”, dice.
En esa línea, las agencias de viajes indican que el paquete más demandado por el cliente nacional interesado en Egipto es el que combina El Cairo con un crucero por el Nilo entre las ciudades de Lúxor y Asuán. “Son ocho días y siete noches, tres en El Cairo y cuatro de paseo en barco o viceversa”, precisa José Segura, director general del área de turoperadores de Barceló Viajes.
Dependiendo de la agencia consultada, el precio de este paquete varía entre los 600 y 800 euros.
Otra opción que venía creciendo en los últimos años era la de añadir a los ocho días básicos una extensión de tres para pasar unos días en las playas del mar Rojo, principalmente en las ciudades de Hurghada y Sharm El Sheikh.
“Para los que disponen de más días se pueden organizar circuitos interesantes que a todo lo anterior añaden una ruta por los oasis occidentales”, comenta Moisés Martínez, director de Nubia Tours.
Pero eso era en los buenos tiempos, porque en los últimos tres años las reservas acumulan una caída del 90%, anota Martínez.
Para revertir esta tendencia, el Gobierno debe lidiar con la imagen de país inestable y convulso que reflejan los medios de comunicación. “Los sucesos se han producido siempre lejos de las zonas turísticas y no han afectado a ningún turista, salvo un caso”, reconoce Zaineldine en referencia al atentado de febrero pasado, en el que murieron tres visitantes surcoreanos en el Sinaí, cerca de la frontera con Israel.
El embajador subraya que a raíz de este hecho se ha reforzado la seguridad en los lugares turísticos y las caravanas de viajeros se mueven por el Nilo y las carreteras con escolta policial. “Misiones de Alemania y otros países nos han visitado para comprobar la seguridad de sus turistas y han regresado a sus países con informes positivos”, concluye.
La ocupación hotelera, en el 60%
Meliá, que tiene dos hoteles en Egipto y hace poco anunció la apertura de dos más en el mar Rojo, corrobora que la seguridad está mejorando, como lo demuestra el hecho de que hasta el mes de junio los resorts registran una ocupación media del 60%.
“La situación del país no es tan mala como a veces se quiere mostrar”, sostienen fuentes del grupo. “El atentado [de febrero] ocurrió lamentablemente en la frontera con Israel, pero el Ejército y la Policía realizan un control exhaustivo de todas las zonas turísticas y la zona de Sinaí está muy controlada”, aseguran.
“Creemos firmemente que Egipto va en la buena dirección para lograr la estabilidad y seguridad deseadas. Actualmente, la zona de Sharm está funcionando al 50%-60% de ocupación, sustentada sobre todo por los mercados británico y ruso, y nuestros dos hoteles (Meliá Sharm y Meliá Sinaí) no han dejado de generar beneficios entre 2011 y 2013”, destacan desde la compañía.