El papel de la Princesa Leonor
Leonor de Borbón y Ortiz, primogénita de los nuevos Reyes, se ha convertido en la Princesa de Asturias, junto a los demás títulos vinculados al heredero de la Corona y recibirá así el tratamiento de Alteza Real.
Nacida en Madrid el 31 de octubre de 2005, es la primera en la línea de sucesión de la Corona española, tras el anuncio de abdicación de su abuelo, el Rey Juan Carlos en favor de su padre el pasado 2 de junio.
De acuerdo con la Constitución, Leonor de Borbón y Ortiz asume los títulos vinculados al sucesor en el trono, que son, además de Princesa de Asturias, de Gerona y de Viana, correspondientes a los primogénitos de los reinos de Castilla, Aragón y Navarra, cuya unión formó en el siglo XVI la Monarquía española.
Será también duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer.
Doña Leonor fue bautizada en el Palacio de la Zarzuela el 14 de enero de 2006, en una ceremonia celebrada por el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que le impuso el nombre de Leonor de Todos los Santos, siguiendo la tradición española.
Sus padrinos fueron los Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía, abuelos paternos de la recién nacida.
El 7 de junio de ese año fue presentada por sus padres a la Virgen de Atocha, patrona de la Corte, cumpliendo con una tradición de la Familia Real española que se remonta al siglo XVII.
El 5 de septiembre de 2007 asistió por primera vez al colegio, la escuela infantil que la Guardia Real tiene en el Palacio de El Pardo.
El 16 de junio de 2008 un portavoz de la Casa del Rey anunció que la Infanta Leonor cursaría, a partir de septiembre, primero de educación infantil en el colegio Nuestra Señora de los Rosales de Madrid, el mismo centro donde estudió su padre, y donde podrá cursar hasta el bachillerato. Sigue el sistema español, es laico, aunque imparte religión, y mixto.
Su primer día de colegio fue el 15 de septiembre de ese año.
El 2 de mayo de 2014 la Infanta Leonor apareció en su primer acto oficial junto a sus padres y su hermana Sofía en la tribuna de la ceremonia militar en la base aérea de San Javier (Murcia), lo que reforzaba la imagen de continuidad institucional de la Corona.
Presencia en el acto de juramento
El acto de juramento y proclamación de Felipe VI en el hemiciclo el Congreso de los Diputados ha permitido comprobar las diferentes personalidades de las hijas de los nuevos Reyes de España: mientras la que la recién nombrada Princesa de Asturias, doña Leonor, ha seguido el discurso de Felipe VI sin apenas gesticular, su hermana, la infanta Sofía, se ha mostrado inquieta y curiosa e incluso en algún momento se ha reído mirando las pantallas de televisión en las que se veía a su padre pronunciando su primera discurso como Monarca.
Este comportamiento más 'movido' de la benjamina de la ceremonia --Leonor tiene 8 años, uno más que Sofía-- ha llevado en varias ocasiones a la Reina Letizia a llamar a atención a su hija pequeña y a apercibir a la mayor para que no contestara a los comentarios que le hacía su hermana.
Una vez ha arrancado la ceremonia, la Reina ha dado instrucciones a las niñas sobre como aplaudir -“aplaude bien”, le ha llegado a decir a la infanta-- y ella se ha afanado en hacer bien su tarea y durante los primeros minutos se ha mantenido quieta en su asiento con las manos en el regazo.
Otra Princesa de Asturias niña
La infanta Leonor, con 8 años de edad, se convierte así en la número 36 como Princesa de Asturias, desde 1388, año de la creación del título.
El 20 de junio de 1833 -el viernes hará 181 años- accedía María Isabel de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, que reinaría como Isabel II, hasta hoy la última princesa niña en la historia de España.
Como Isabel, Leonor de Todos los Santos de Borbón y Ortiz nació en Madrid y, como ella, lo hizo en un mes de octubre.
Isabel pudo reinar debido a que en marzo de 1830, meses antes de su nacimiento, se publicó la Pragmática Sanción que establecía que sería la hija mayor del rey quien ocuparía el trono en caso de que no existiera heredero varón, derogando así la Ley Sálica, vigente en España desde 1713 y que excluía completamente a la mujer del acceso a la Corona.
Obviamente, la infanta Leonor se convierte en heredera al trono en unas circunstancias muy distintas, aunque obtiene la condición de Princesa de Asturias, así como los títulos de Princesa de Girona, de Viana, Duquesa de Montblanc, Condesa de Cervera y Señora de Balaguer, con el mismo marco legal que se plasmó en la Constitución de 1837, una vez concluidas las Guerras Carlistas entre los partidarios de Isabel II y de su tío, el infante Don Carlos.
El texto que se incluyó entonces para regular la sucesión a la Corona es prácticamente idéntico al del artículo 57.1 de la vigente Constitución de 1978, salvo el cambio de la palabra “hembra” por “mujer”.
“La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos”, dice el artículo.
No es la primera vez que en democracia se debate sobre la necesidad de una modificación constitucional que destierre definitivamente esa discriminación de la mujer respecto al hombre a la hora de acceder al trono, aunque políticos y expertos constitucionalistas coinciden en que, aún siendo necesario corregirla, esa anomalía no impedirá que Leonor, que hoy con ocho años pasará a ser la princesa heredera más joven de Europa, llegue a ser reina.
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