¿Y si nos montamos una Sicav?
Las Sicav españolas son conocidas como los vehículos de inversión para los ricos. Pero ese concepto puede cambiar en los próximos meses. Un grupo de particulares se ha propuesto crear la primera Sicav popular, surgida en las redes sociales y, para más inri, encabezada por un gestor no profesional. El germen de la idea fue la Incubadora de Gestores: un concurso organizado en la red social de inversores Unience, que buscaba premiar el talento en el ámbito de los gestores amateur.
Un vehículo reservado, hasta ahora, a las grandes fortunas
Crear una Sicav no es un proceso sencillo. En primer lugar, porque hay que reunir 2,4 millones de euros, una cifra que hasta la fecha ha estado tan solo al alcance a las grandes fortunas españolas: los March, Abelló o Del Pino. En segundo lugar, porque hay que contar con un centenar de socios.Desde la Incubadora de Gestores se han propuesto la meta de franquear esas barreras y constituir la primera Sicav auténticamente popular, para poder demostrar que un pequeño grupo de inversores también puede dar el salto a la gestión profesional de activos.
Las ventajas vinculadas a este tipo de vehículo de inversión son evidentes. Su tributación es la misma que la de los fondos de inversión, dado que gozan del régimen de institución de inversión colectiva. Las operaciones realizadas por la Sicav tributan al 1% en el Impuesto de Sociedades, mientras que los accionistas tributan por las plusvalías obtenidas, vía reparto de dividendos o vía venta de las acciones, al tipo establecido para las rentas de capital en España.
El año pasado, con la amnistía fiscal para la repatriación de patrimonios y el castigo tributario a las plusvalías de menos de un año en el IRPF, la constitución de nuevas Sicav batió récords. 124 nuevos vehículos registrados a lo largo de 2013, frente a las 36 del ejercicio anterior.De las más de 3.000 Sicav registradas, tan solo una veintena tienen más de 500 socios, lo que las asimila a un fondo de inversión y permite realizar traspasos hacia y desde este vehículo como si de un fondo se tratara.
A partir de ahí, un ganador, un mecenas y 400 socios que en cinco meses se han comprometido a aportar un total de 3,4 millones de euros. Dado que el vehículo aún no se ha inscrito en la CNMV, no ha habido ningún desembolso, pero sus promotores creen que la Sicav echará a andar este año.
El alma máter del proyecto es José Sánchez, un abogado barcelonés muy activo en la comunidad de inversores Unience, bajo el apodo de Andrés Llorente. “Queríamos dar una oportunidad a gestores no profesionales que estaban haciéndose cargo de carteras propias, para que demostraran su pericia”, explica.
¿Y cuál era el premio para el ganador del concurso? Ni más ni menos que dar el salto a la profesionalización. Mientras se desarrollaba el concurso, José Sánchez hizo pública su intención de contribuir con 100.000 euros para que el gestor ganador pudiera demostrar, por medio de un vehículo de inversión, su capacidad para batir a gestores profesionales y a los índices de referencia.
Desde comienzos de 2011, 40 traders aficionados fueron reportando a José Sánchez sus resultados mensuales. Éste ejerció como auditor, para comprobar que los movimientos de sus carteras eran los que comunicaban a la organización.
Al cabo de dos años, la Incubadora de Gestores eligió al vencedor: Antoni Fernández. Durante 2011 su cartera había logrado una revalorización del 10,58% (mientras que el Ibex 35 cayó un 13,11%). El año siguiente su cartera subió un 23,69% (frente al 5,36% del Eurostoxx 50).
Tras ser seleccionado por la Incubadora, el bróker de Fernández (GVC Gaesco) remitió sus resultados entre 2003 y 2011: entre un 15% y un 20% de rendimiento anual, y tan solo un ejercicio en números rojos. ¿Su secreto? Análisis técnico y algoritmos matemáticos.
“Hace 15 años que gestiono mi cuenta personal y me veo capacitado para asumir el reto”, explica Antoni Fernández. Su estilo de inversión se basará en la búsqueda de rentabilidades absolutas, con independencia de lo que hagan los mercados. Tomando posiciones en las Bolsas más líquidas de Europa y Estados Unidos, intentará ganar dinero tanto cuando suben como cuando bajan. “Cuando gestionas tu patrimonio es más difícil, porque no tienes capacidad de apalancarte”, apunta. “Si el proyecto sale adelante tendré mayor responsabilidad, pero también más facilidades porque tendré unas cuentas bien capitalizadas”.
El proyecto toma forma
A partir de la designación del ganador del concurso de gestores, la iniciativa empezó a tomar cuerpo. En febrero de 2014, otros cinco socios se sumaban a José Sánchez y dos meses después la Incubadora rebasaba los 100 socios (el mínimo para constituir una Sicav), con un compromiso verbal de aportar 1,3 millones de euros. En abril, alcanzaban la última barrera: 2,4 millones euros comprometidos, el nivel exigido para formar una Sicav.
¿Cómo se dio a conocer el proyecto? Por el boca a boca del siglo XXI: las redes sociales. Unience sirvió como plataforma para publicitar el concurso y el compromiso público de José Sánchez de poner los 100.000 primeros euros. A partir de ahí, las charlas en Twitter hicieron el resto. “Hemos sido muy cautos con la difusión, porque el vehículo aún no está constituido y no podemos captar dinero, tan solo recabar compromisos verbales de inversión”, apunta Sánchez.
La Incubadora tiene ya los socios suficientes para constituir una Sicav, el mismo vehículo que utilizan para gestionar su patrimonio Alicia Koplowitz o Rafael del Pino. El siguiente paso es cerrar un acuerdo con una sociedad gestora para que acoja en su seno a la nueva Sicav. Los promotores de la incitativa ya se han reunido con gestoras independientes y otras dependientes de bancos españoles y han encontrado una gran receptividad.
El grupo con el que se cierre el acuerdo ofrecerá el soporte legal y técnico necesario para recabar las aportaciones y, probablemente, acogerá en su plantilla a Antoni Fernández. Si todo marcha de acuerdo con lo previsto, la Sicav echará a andar durante 2014, cotizará en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), lo que facilitará que inversores minoristas puedan entrar en la Sicav.