Haya se consagra como el mayor gestor de ladrillo de la banca
La necesidad de la banca de replegarse de nuevo a su negocio natural y el hambre que volvió a despertar el ladrillo español entre los grandes fondos internacionales generó un nuevo mercado de servicios el año pasado, el de la gestión de los activos inmobiliarios del sector financiero. Una oportunidad de negocio en la que pugnan por destacar los gigantes de la inversión mundial, que han ido desembarcando en el país a través de las plataformas inmobiliarias externalizadas por la banca.
Haya Real Estate, una empresa española participada por el fondo estadounidense Cerberus, que opera con autonomía propia, se consagraba ayer con una nueva operación como el actual líder de este prometedor mercado al alcanzar un volumen de activos gestionados de 32.700 millones de euros netos.
Este último movimiento, en el que se impuso a Apollo en la puja, fue la adquisición de Cimenta2, la plataforma inmobiliaria de la cooperativa de crédito Cajamar, junto a un contrato para gestionar y comercializar en exclusiva su carga durante 10 años. Se trata de 7.300 millones de euros en inmuebles y créditos a empresas promotoras que seguirán pesando en el balance de Cajamar pero que será Haya quien comercialice o trate de cobrar.
La operación se saldó por un importe de 225 millones de euros, más un variable adicional de unos 20 millones ligado al cumplimiento del plan de ventas previsto, con unas plusvalías similares para la entidad, según informó ésta.
“En la decisión del Grupo Cajamar ha primado, además de la oferta económica, la experiencia de Haya Real Estate en la gestión de activos inmobiliarios”, expuso Antonio de Parellada, director de finanzas e inversiones inmobiliarias de la entidad, en referencia a una firma que ya gestiona los activos de Bankia y una parte importante de los de Sareb.
Estos contratos fueron ganados por Cerberus el pasado septiembre, cuando se hizo con el negocio de Bankia Habitat –la gestión, en términos brutos, de 12.000 millones de euros en activos de la nacionalizada durante 10 años y la de los 36.000 millones brutos que traspasó al banco malo hasta finales de 2014– por un importe que en función de los resultados oscilará entre 40 y 90 millones de euros. Fue entonces cuando el fondo estadounidense capitalizó Haya dejando en sus manos la comercialización de estas carteras.
La sociedad decidió mantener entonces en nómina a los 450 empleados que heredó de Bankia Habitat –con los de Cajamar pasa a sumar 600– y abrir 20 centros por todo el país. En los últimos seis meses, Haya ha amortizado 1.200 millones de euros en activos y tras la operación de ayer, la firma estima que controla ya “el 10% de todos los activos inmobiliarios en venta en el mercado”.
Una posición de liderazgo tras la que, según fuentes del mercado, le siguen el fondo texano TPG, que gestiona activos por 23.992 millones tras comprar el 51%_de Servihabitat a CaixaBank; Apollo, que gestiona 22.600 millones tras adquirir el 85% de Altamira a Santander; Kennedy Wilson y Värde Partners, que compraron el 51% de Aliseda a Popular y manejan 15.850 millones; Blackstone y Magic Real Estate, que asumieron la inmobiliaria de Catalunya Banc, con los 2.100 millones de la entidad y unos 6.600 de Sareb o Centerbridge, que compró Inmare a BMN y Aktua a Banesto. La mayoría aspira ahora a hacerse con 7.500 millones en hipotecas de Catalunya Banc.
De momento, solo Anida, la inmobiliaria de BBVA supera a Haya por volumen gestionado. “Esta transacción”, explicaba ayer el consejero delegado de Haya, Francisco Lamas, en referencia a la compra de la plataforma de Cajamar, “forma parte de nuestra estrategia de crecimiento en el mercado”.
Incrementando su cartera, la firma aspira a sobrevivir a la consolidación que todos los expertos del mercado vaticinan que afectará a estas empresas en cuestión de unos años. Para Haya, consagrar el liderazgo pasa por lograr un nuevo contrato de gestión de activos, al menos tan importante como el actual, en el concurso que ultima Sareb.