Seis valores del Ibex con dividendos superiores a sus bonos (y uno que no)
El mercado ha devorado la rentabilidad del mercado español de deuda, tanto de la pública como de la privada. La rentabilidad del bono a 10 años en empresas tan sólidas como Iberdrola se disparó en el peor momento de la crisis hasta el 8%; ahora paga el 2,6% gracias a la avalancha compradora, especialmente de inversores extranjeros. El retorno de la confianza a España ha sentado las bases para un boom de la deuda de empresas y bancos. El interés de la deuda pública está también en mínimos históricos. Incluso 17 firmas que nunca habían vendido bonos se han atrevido a salir al mercado mayorista desde que arrancó 2013.
La Bolsa también se ha recuperado, pero no con el mismo entusiasmo. El Ibex aún debe subir un 50% para alcanzar su récord histórico de casi 16.000 puntos que marcó en noviembre de 2007. La rentabilidad media por dividendo de los valores del índice se sitúa en el 4,3%, según Bloomberg, y el mercado ya prevé mejoras en la retribución a los accionistas de las grandes cotizadas.
Llegados a este punto, algunos expertos comienzan a hablar de “burbuja”, como Miguel Paz, director de unidad de gestión de Unicorp Patrimonios. “No hay depósitos que ofrezcan rentabilidades atractivas, y los inversores optan por los bonos, que en muchos casos tienen un perfil de riesgo similar al de la renta variable”, advierte.
Hay que analizar por tanto qué compensa más a largo plazo: si la acción con su correspondiente dividendo o el bono por el pago del cupón. La retribución por dividendo llega a triplicar en Enagás y también en Santander el interés del bono a 10 años. Y, aunque la renta variable siempre implica más riesgo y más volatilidad que la fija, tendrían que alinearse multitud de factores para que en la mayoría de los valores examinados sea más rentable a largo plazo comprar la deuda en lugar de las acciones. Existe el riesgo, eso sí, de que la empresa reduzca o cancele el dividendo, como se ha comprobado en la reciente crisis. El peligro de un impago de la deuda es muy inferior.
Santander
Banco Santander es uno de los valores más generosos a la hora de retribuir a sus accionistas y cuenta con una de las rentabilidades por dividendo más altas del selectivo, un 7,8% estimado para 2014. Esta elevada rentabilidad hace muy difícil que la compra de bonos sea más rentable que invertir en acciones en un plazo de 10 años. Si un inversor decide comprar un bono a diez años de Santander, la rentabilidad al vencimiento va a ser del 2,6% anual. Los títulos tendrían que caer más de un 50% en este periodo de tiempo para que el rendimiento de las acciones se iguale al ofrecido por el bono, algo que no es improbable, pero un poco difícil que suceda en un peso pesado del Ibex.
Telefónica
Más del doble que el bono público a 10 años:la rentabilidad por dividendo de Telefónica supera el 6%, frente al 3% de la deuda estatal a 10 años. La operadora que preside César Alierta, tras cancelar el dividendo en julio de 2012, volvió a retomarlo a finales del año pasado, y el mercado confía en que lo refuerce en el futuro inmediato. “Ofrece una mayor rentabilidad por dividendo que el sector (4,5%) y creemos que debería cotizar con prima por la mayor diversificación”, señala en un informe Andrés Bolumburu, de Sabadell. Mientras, uno de los bonos de Telefónica a nueve años paga un 2,6%. Es decir, para que comprar el bono sea mejor que las acciones es necesario que en una década estas caigan más del 30% frente a su precio actual.
Iberdrola
La rentabilidad por dividendo de la eléctrica española es el doble que el rendimiento que ofrece un bono de la compañía con vencimiento en 2023. “La sustancial diferencia está en que, en los bonos, sabemos que esa es la ganancia (2,60%), siempre que no haya un impago (default) mientras que en la renta variable se añade la incertidumbre positiva o negativa de comprar en Bolsa”, explica Miguel Paz, director de unidad de gestión de Unicorp Patrimonio. Las acciones de Iberdrola tendría que caer cerca de un 30% en los próximos nueve años para que la rentabilidad de las acciones se iguale a la del bono. Pese a que rentabilidades pasadas no garantizan las futuras, Iberdrola se ha revalorizado un 176% en diez años.
Repsol
El bono de la petrolera que vence en julio de 2023 ofrece un rendimiento del 3,5%, por debajo del casi 5% que supone la rentabilidad por dividendo de sus acciones. Eso sí, la diferencia es relativamente pequeña en comparación con otras grandes firmas. Al cabo de 10 años y si su precio en Bolsa se mantiene en los niveles actuales, los dueños de las acciones de Repsol se embolsarán un 40% más que los que hayan comprado hoy sus bonos. La empresa que preside Antonio Brufau es un valor para conservar en cartera: cerca del 60% de los analistas que lo cubren es partidario de quedarse con sus títulos. Pese a los momentos complicados para su negocio, a que ha recortado el dividendo algún año por la crisis y ha puesto en marcha el scrip, Repsol siempre ha seguido pagando a sus socios puntualmente.
Enagás
Su elevada rentabilidad por dividendo (6,10%) siempre ha sido uno de los aspectos más destacados por parte de los analistas y ha convertido a Enagás, tradicionalmente, en uno de los valores más recomendados entre las casas de análisis. Además de eso, triunfa por su carácter defensivo y su cada vez mayor diversificación geográfica y más, después del reciente acuerdo de comprar el 22,38% de Transportadora de Gas del Perú ((TgP). La compañía ofrece un rendimiento del 2% en un bono que vence en 2021, tres veces menos que la rentabilidad por dividendo estimada para 2014. Sus acciones tendrían que caer un 40% hasta que venza al bono para que esta inversión sea igual de rentable.
Gas Natural
La compañía gasista goza de una sólida posición financiera. “El 82% de su deuda neta vence a partir del 2017, y la compañía tiene cubierta todas las necesidades financieras del 2014 al 2016”, explica Ahorro Corporación. De hecho, el coste medio de su financiación se sitúa en un bajo 4,2%. Gas Natural dispone de bonos que expiran en 2021 y que apenas dan un 2%, cuando en su mejor momento –para los inversores en deuda– llegaron a pagar más de un 8%. Es decir, el dividendo más que duplica el rendimiento de su renta fija. Los analistas, además, descartan que la compañía se vea muy afectada por la eventual regulación del déficit de tarifa del sistema gasista.
OHL
Superada la etapa en la que los inversores huían de todo lo que tuviera que ver con el ladrillo, OHL vuelve a estar entre las opciones bursátiles de los inversores. El 52% de los analistas que forma el consenso de Bloomberg aconseja comprar acciones mientras que solo el 5% cree que es momento de salir del valor. Sin embargo, para aquellos inversores que prefieren no correr los riesgos de una inversión en renta variable y tengan 100.000 euros (inversión mínima necesaria para comprar sus bonos) tienen la opción de invertir en OHL a través de su deuda emitida. De hecho, el grupo constructor que preside Villar Mir, es el único de los siete valores analizados en que el rendimiento de su deuda supera con creces la rentabilidad por dividendo. La compañia tiene un bono con vencimiento en marzo de 2022 que ofrece un interés del 4,5%.