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Buscan el apoyo de Europa para mantener su modelo

Las rurales buscan hacerse con la cuota de mercado de las cajas de ahorros

El presidente de la Asociación Española de Cajas Rurales, Ernesto Moronta (i), durante su discurso de inauguración del EFE-Fórum "Grupo Caja Rural: un modelo de futuro", unas jornadas convocadas para analizar los distintos modelos de estas entidades en Europa y sus retos de futuro
El presidente de la Asociación Española de Cajas Rurales, Ernesto Moronta (i), durante su discurso de inauguración del EFE-Fórum "Grupo Caja Rural: un modelo de futuro", unas jornadas convocadas para analizar los distintos modelos de estas entidades en Europa y sus retos de futuroEmilio Naranjo (EFE)

Las 28 cajas rurales asociadas recurren a Europa para defender su modelo y rechazar su bancarización. Reniegan del proyecto de crear un único grupo rural con su posible fusión con Cajamar. Quieren copar el hueco dejado por las cajas de ahorros y ser una alternativa para el cliente a la gran banca española.

Las cajas rurales se hacen valer. Quieren dejar de ser el patito feo del sistema financiero, y, en general, lo están consiguiendo. También pretenden evitar a toda costa que el Gobierno les obligue a bancarizarse y fusionarse para crear un único grupo. Antes, incluso, prefieren ser vendidas. Desde la desaparición de las cajas de ahorros, estas entidades, que apenas representan el 5% de los activos totales del sistema financiero, han comenzado a ganar cuota de mercado, según reconoció ayer el secretario general de la Asociación Española de Cajas Rurales (AECR), Raúl Lorenzo. “En conjunto, su tamaño y cuota de mercado no es importante, pero por separado en sus regiones de origen cada vez ganan más peso y nos hacen más la competencia”, explica un directivo de un importante banco. “Sus claves son la cercanía con el cliente, su sencillez y su trato personalizado. Operan como la banca personal”, reconoce otro ejecutivo de una excaja de ahorros.

El presidente de la AECR, Ernesto Moronta, explicó ayer que tras la desaparición de las cajas de ahorros estas entidades “han demostrado que son la única alternativa viable en España a la gran banca”. Moronta fue más lejos en su comparativa. “Grande no es sinónimo de bueno”, añadió este directivo, que como el resto de los ponentes españoles presentes ayer en unas jornadas organizadas por Efe y la AECR para analizar los distintos modelos de las rurales en Europa, rechazaron la tendencia actual a la concentración bancaria. Argumentó que “tendría consecuencias negativas”, y defendió otras alternativas, “con entidades de proximidad que se rijan por criterios de rentabilidad distintos a los de un banco, caso de las rurales”.

Lorenzo amplió los argumentos del presidente en defensa del mantenimiento de los actuales estatutos de las cajas rurales. La práctica desaparición de las cajas de ahorros abre la posibilidad de que las rurales tengan una mayor presencia en el sector financiero español, reiteró. Este directivo, de cualquier forma, no quiso pasar la ocasión para lanzar un mensaje velado a la estrategia emprendida hace años por otra rural, Cajamar, la más grande del sector que decidió también hace varios años dejar la AECR y emprender una fuerte expansión.

Lorenzo, así, puntualizó que el crecimiento de las rurales asociadas será “prudente y racional y se realizará igual que estas entidades hacen todo lo demás: con esfuerzo y estando abiertas a mejorar. Somos distintos, pero necesarios”, insistió, para añadir que este “parece un buen momento para conocer a los diferentes, a los más humildes, y valorar el esfuerzo y la calidad de nuestro trabajo”. Para la banca cooperativa –excepto el Grupo Cajamar, que no estuvo presente ni representado en este acto– una de las causas de los problemas del sistema financiero español fue que la normativa permitió que las cajas de ahorros, que nacieron bajo un modelo regional de banca minorista, se convirtieran en entidades con proyección nacional.

Las jornadas pasaron de puntillas por la futura reforma del sector que tiene previsto anunciar el Gobierno en las próximas semanas. José Luis García Palacios, presidente del Banco Cooperativo Español, hizo alguna mención al defender la existencia de dos grandes grupos de rurales con estrategias muy diferentes en España, el formado por las 28 entidades asociadas y el encabezado por Cajamar, que prefiere tender a la bancarización. “Nosotros queremos seguir como hasta ahora, aunque entendemos que éstos son nuevos tiempos, con nuevas necesidades y tenemos que adecuarnos a ellos”, explicó. Palacios pidió a las rurales que se unan para formar parte del lobby con el que los cooperativistas europeos defienden sus intereses en Bruselas.

Crédit Agricole pide un frente común

Los máximos representantes de la banca cooperativa europea también tuvieron oportunidad ayer de defender este sector y de explicar cuál es su modelo, y por qué es tan importante en Alemania o Francia, entre otros países. Sus argumentos coincidieron con los expuestos por los representantes españoles. Ante ello, el director general de Crédit Agricole, Jean Philippe, pidió a los bancos cooperativos o cajas rurales que trabajen juntos y presenten un frente común en Europa para hacer valer su singularidad y su contribución al desarrollo de la economía. “No hablamos bastante de nuestra singularidad”, para que las autoridades “entiendan que no somos monstruos prehistóricos, sino una forma distinta de hacer banca”, dijo, para añadir “somos un modelo de futuro”. El director general de la Asociación Europea de Banca Cooperativa, Hervé Guider, reclamó, por su parte, que reguladores y supervisores europeos defiendan los distintos modelos de entidades que operan en Europa para que puedan seguir financiando la economía real europea. “La armonización de los modelos bancarios irá en contra de la financiación de la economía real”, ya que el coste del cumplimiento de requerimientos como los de capital es cada vez mayor para las entidades más pequeñas, recalcó.

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