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Inversión mínima de 500 euros, para vender 229 millones

Bonos de autopistas que dan más del 5% a particulares

El puente que salva el embalse de Barrios de Luna, en el trazado de la autopista que explota Aucalsa.
El puente que salva el embalse de Barrios de Luna, en el trazado de la autopista que explota Aucalsa.

La demanda de papel español está en máximos históricos. Los mercados se han convertido en un campo de batalla, donde los institucionales extranjeros se pelean por los bonos y rebajan las rentabilidades de la deuda, tanto la soberana como la corporativa.

Pero la fórmula de los pequeños inversores continúa siendo utilizada por algunas empresas para lograr liquidez, entre ellas las concesionarias de autopistas. Autopistas del Atlántico (Audasa) cerró en marzo, y con gran éxito, una emisión de 400 millones de euros. La demanda superó los 582 millones.

Ahora, su hermana, la autopista Astur-Leonesa –ambas controladas por Ena (Itínere)– apela a los minoritarios para captar 229,4 millones con el objetivo de amortizar otra emisión que colocó en 2004. La inversión mínima es de tan solo 500 euros.

Estos bonos no son un producto exento de peligros, pero la rentabilidad que prometen es muy superior a la de los depósitos, que ofrecen en torno a un 1%, o a los fondos de inversión monetarios o de renta fija a corto plazo.

Los bonos de Aucalsa, con vencimiento a cinco años, pagarán un 4,35% –Audasa ofreció un 4,75% en la colocación de hace dos meses–, pero la rentabilidad final que se embolsarán los compradores será superior, gracias a una ventaja fiscal heredada del año 1972.

Así, a los inversores el banco les retendrá el 1,2% del importe de los intereses, frente al 21% habitual. Y no solo eso: los bonistas se podrán deducir en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) el 24% de los intereses.

Esta deuda, igual que la de Audasa, goza de los beneficios tributarios que le concede la Ley de 10 de mayo de 1972 sobre construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión. Los beneficios tributarios se arrastran desde entonces, gracias a una norma aprobada en 1978, en plena Transición. Las sociedades que gozaban de esa prebenda a 1 de enero de 1979 la mantienen actualmente.

La emisión, similar a las realizadas por Audasa durante los últimos ejercicios, pagará un 4,35%, de forma que los compradores recibirán 43,5 euros al año por cada 1.000 invertidos, y el banco les retendrá 0,522 euros. Después, la Agencia Tributaria les devolverá 1,425 euros en el IRPF.

Si los bonos no gozaran de la bonificación, los inversores tendrían que tributar, al menos, por el 21% de los intereses: los impuestos sobre 43,5 euros ascenderían a 9,135 euros.

Los titulares de los bonos se podrán deducir el 24% de esos 43,5 euros (10,44 euros). Los 1,305 euros que Hacienda le devolverá al inversor, siempre que esté sujeto al IRPF, son el resultado de restar 9,135 a 10,44 euros.

Así, la rentabilidad financiero-fiscal será del 5,6% para un tipo impositivo del 21% en la base del ahorro, del 5,67% para uno del 25% y del 5,7% para uno del 27%.

Las órdenes de suscripción pueden cursarse hasta el próximo 3 de junio en Bankia, Bankinter, CaixaBank, Popular, Renta 4, Auriga y Ahorro Corporación, entre otras muchas entidades, incluidas una buena parte de las cooperativas de crédito.

Riesgos

Aucalsa no está bajo la lupa de ninguna agencia de rating, pero ella misma advierte en el folleto que tiene una deuda financiera neta de 280 millones de euros y que su ratio de apalancamiento respecto al beneficio bruto de explotación (ebitda) es muy elevado, de 11,5 veces.

La empresa avisa explícitamente de que, “en la medida en que la evolución de los tráficos y los ingresos descendieran persistente y sustancialmente durante varios años, podría suponer que el flujo de caja no fuese suficiente para atender adecuadamente todos sus compromisos”. Eso sí, añade que considera que este es “un riesgo reducido dadas las características de la concesión de Aucalsa (negocio maduro, ampliamente consolidado y con elevada captación, así como un amplio periodo concesional restante y fuerte generación de flujos de caja)”.

La sociedad perdió el año pasado 1,125 millones de euros y en 2012, 432.000 euros, si bien en ambos ejercicios logró un ebitda positivo, de 24,1 y 25,7 millones de euros, respectivamente. Sus ingresos cayeron un 3,1% en 2013, hasta los 35 millones. La autopista que explota Aucalsa tiene 87 kilómetros, que se extienden desde Campomanes (Asturias) hasta León.

El plazo de la concesión vence en octubre de 2050. La mayor parte de la facturación del año pasado de Aucalsa se debió a los peajes, que supusieron el 98,3% de sus ingresos totales.

Los bonos ofrecen intereses muy superiores a los del Tesoro al mismo plazo –estos abonan un 1,5% a cinco años–, y el pago depende de la solvencia de Aucalsa y de su matriz Ena Infraestructuras, controlada por Itínere. Eso sí, la deuda para particulares emitida hasta el momento por Aucalsa y por Audasa ha pagado lo prometido religiosamente, y, adicionalmente, no es subordinada: no se sitúa en el último lugar de pago en caso de insolvencia del emisor.

Otros productos de alta rentabilidad

Con los depósitos bancarios de capa caída, otros productos financieros han tomado el relevo de la alta rentabilidad.

Al estilo de los superdepósitos de hace un par de años, la cuenta nómina de Bankinter para nuevos clientes ofrece un 5% TAE, si se mantiene una nómina o pensión no inferior a 1.000 euros durante un año. A partir del segundo año, la remuneración es del 2%. Así, esta cuenta nómina se posiciona como la más rentable del mercado.

El saldo máximo remunerado diariamente no puede exceder los 5.000 euros, indica la entidad. No tiene comisiones, pero sí condiciones. Es necesario tener la tarjeta activa y hacer un movimiento de compras al mes o tres al trimestre. Asimismo, se requiere el cargo de al menos un recibo al mes o tres al trimestre.

Por otro lado, las compañías con mayor rentabilidad por dividendo se han convertido en una opción muy jugosa. Según datos recopilados por Bloomberg, entre las cotizadas del selectivo Ibex, Banco Santander, Telefónica y Enagás son las más generosas con sus accionistas. La rentabilidad por dividendo estimada con cargo a los resultados de este ejercicio supera el 7% en el caso de la entidad que preside Emilio Botín. Eso sí, da a elegir entre cobrar en acciones o en efectivo, a través de la fórmula del scrip dividend que inauguró en 2009.

Por su parte, Telefónica y Enagás superan el 6%. Otras nueve empresas pagarán más de un 4%. BME (5,5%), Iberdrola (5,2%), Repsol (4,9%), Mapfre (4,5%), Red Eléctrica de España (4,5%) Gas Natural (4,2), Abengoa (4,1%), Ferrovial (4,1) y CaixaBank (4%).

Asimismo, hay empresas españolas que recientemente han debutado en el mercado de deuda para aprovechar el buen momento que atraviesan los bonos españoles, con una ávida demanda no solo de deuda soberana sino también corporativa.

Desde el arranque de 2013, 17 grupos españoles han dado el salto con la venta de más de 9.000 millones de euros en deuda, según los datos recopilados por Dealogic.

Las rentabilidades ofrecidas son atractivas. La constructora Copasa estrenó el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) el pasado diciembre y ofrece un 7,5% en sus bonos a cinco años. Eso sí, este tipo de bonos se comercializa exclusivamente entre inversores institucionales. El importe mínimo de compra en las colocaciones realizadas asciende a 100.000 euros.

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