¿Pierde brillo el iPad de Apple?
Apple presentó la noche del miércoles (hora española) sus últimos resultados trimestrales y de nuevo volvió a cuestionarse la capacidad de la compañía tecnológica para mantener el fuerte crecimiento de los últimos años. Hay que decir que los resultados de Apple para nada fueron decepcionantes como había advertido en enero a Wall Street Tim Cook, su consejero delegado. Muy al contrario, las cuentas pueden calificarse de muy buenas, más aún si se comparan con las de Samsung o HTC que han tenido un mal trimestre. Así, las alarmas saltan porque de Apple parece que siempre se espera más, y sí hay ciertas señales que parecen indicar que le va a costar volver a las tasas de crecimiento del pasado.
La compañía ganó 10.220 millones de dólares (7.400 millones de euros), un 7,5% más, tras facturar 45.650 millones de dólares (33.045 millones de euros), casi un 5% más. Las ventas del iPhone, uno de sus productos estrella, crecieron un 17% frente al mismo trimestre del año anterior, pues Apple logró vender 43,7 millones de unidades, y ello pese a la dura competencia de Samsung y de los fabricantes chinos.
El dato, sin embargo, realmente negativo fue el referido a las ventas de la popular tableta iPad. Las estimaciones preveían unas ventas en el trimestre de 19,4 millones de unidades, frente a los 19,5 millones del año anterior, pero Apple terminó vendiendo 16,3 millones de iPads en los últimos tres meses, un 16% menos si se compara con el mismo periodo del año anterior.
Tim Cook explicó en una charla con analistas que esta caída ha obedecido a decisiones relacionadas con el manejo del inventario en el canal de ventas, en las tiendas. En este sentido, el directivo indicó que en el segundo trimestre de 2013 las cifras fueron muy altas porque se acababa de lanzar el nuevo iPad Mini y, por tanto, habían vendido muchas unidades a su red de tiendas y a terceros para tener suficiente inventario. Una situación que no se produjo en los últimos tres meses. Cook insistió en que las ventas finales del iPad a consumidores –no a tiendas– siguen mostrando la misma salud que hace un año.
Para el analista Jaime García Cantero, lo dicho por el consejero delegado es “una justificación que puede tener sentido y que no es nueva en el sector, pues es habitual entre los fabricantes de PC. Pero es un tema que perjudica los resultados de un trimestre pero beneficia a los del siguiente. “Espero que Cook se acuerde de mencionarlo cuando le beneficie y no solo cuando le perjudica”, señala.
De cualquier manera, hay que advertir que Apple sigue siendo líder del mercado de tablets (eso sí con solo seis puntos de ventaja ya sobre Samsung). También conviene poner la lupa sobre otro detalle: el mercado de tabletas en general ha caído un 4,6% en el último trimestre, y todo parece indicar que las tasas de renovación de las tabletas están lejos de las del móvil. “El ciclo de vida se parece más al de los PC (tres años) que al de los smartphones (15-18 meses)”, apunta el citado experto, que recuerda que dos de cada tres iPad vendidos son a nuevos clientes. El experto indica que detrás de la ralentización de las ventas del iPad puede estar también una de las eternas asignaturas pendientes de Apple: el mercado empresarial.
Para los analistas los próximos tres meses –sin anuncios de peso hasta otoño y con la competencia del nuevo S5 de Samsung y otros terminales de gama alta de fabricantes como HTC, Nokia, Sony o LG–, puede ser un trimestre complicado. El alcance de los anuncios tras el verano que pueda hacer la compañía podría decirnos si Apple puede volver o no las tasas de crecimiento del pasado y si puede seguir siendo la compañía que marca las tendencias. Lo que parece claro es que, a medida que mercados como el del smartphone y las tabletas maduran, Apple deberá entrar en nuevas categorías de productos y demostrar que tiene visión y capacidad para inventar o reinventar el escenario tecnológico.
A pesar de la visión negativa de algunos expertos los inversores recibieron con los brazos abiertos las cuentas del segundo trimestre así como la ampliación del programa de recompra de acciones de 60.000 a 90.000 millones de dólares hasta finales de 2015. Los títulos de compañía se revalorizaron un 8,2% en la que ha sido su mejor sesión en dos años.