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A solo 24 kilómetros de Tijuana (México), en la ciudad se respira ambiente latino

San Diego, frontera entre dos mundos

Edificio en el parque Balboa.
Edificio en el parque Balboa.

Origen del estado de California y primer asentamiento español en esta zona, allá por 1769, San Diego es un polo de atracción tanto para inmigrantes del sur del continente americano que buscan una vida mejor como para estadounidenses atraídos por su calidad de vida, clima templado y menor congestión que en otras ciudades del conocido sunny state.

Recaban turistas, muchos en invierno, sobre todo procedentes de los estados gélidos del norte del país o europeos que deciden descubrir una ciudad, eclipsada por el relumbre de Los Ángeles-Hollywood o la fama de San Francisco, que, sin embargo, ofrece magníficas playas y otros muchos atractivos. Es punto de partida para descubrir rincones del condado que esconden naturaleza y fauna sorprendentes.

Por su cercanía con México, la separan apenas 24 kilómetros de Tijuana, se respira ambiente latino en la segunda ciudad más importante de California. No en vano, la frontera terrestre entre ambas ciudades es la más transitada del mundo: por el puesto de San Ysidro pasan diariamente, en dirección al norte, más de 50.000 vehículos, y por el área peatonal, más de 25.000 personas. En suma, es transitada hacia Estados Unidos por unos 37 millones de personas cada año. Es la línea fronteriza que registra la mayor diferencia entre el desarrollo y el subdesarrollo. No existe contraste mayor en el mundo entre dos países. El impacto es evidente: casi el 33% de la población de San Diego es latina, la mayoría procedente de México.

San Diego tiene la suerte de poseer un inmenso puerto natural que dibuja su perfil y le aporta riqueza. El centro ha sido objeto de sucesivas rehabilitaciones y actualmente es una zona muy concurrida. Este proceso comenzó con la apertura de Horton Plaza, un centro comercial al aire libre, reconocido por su colorido y peculiar arquitectura, que ha seguido con el desarrollo de modernos edificios frente al mar, hoteles, cafés, restaurantes y boutiques.

En esta zona se encuentra también el gaslight district, un barrio, ahora de moda, que empezó a desarrollarse en 1867 y que mantiene el nombre de las lámparas de gas utilizadas por aquel entonces para alumbrar sus calles.

Asimismo, la ciudad vieja merece un paseo. Es un conjunto de edificios coloniales de clara influencia española. La misión de San Diego de Alcalá es uno de ellos. Fue la primera iglesia franciscana establecida en la Alta California del virreinato de Nueva España, fundada en 1769 por fray Junípero Serra. La misión y los territorios circundantes recibieron el nombre de San Diego. Aquí nació California.

También en el centro, el parque Balboa, nombrado así en honor del explorador español Vasco Núñez de Balboa, es una visita imprescindible. Con más de dos kilómetros de extensión, es un espacio para uso recreativo público de los más antiguos de Estados Unidos. Además de vegetación exuberante y edificios de estilo colonial, hay museos, teatros, tiendas, restaurantes, el zoo...

Si queremos salir de la ciudad, una opción es cruzar el puente de la bahía o subir al ferry para ir a la Isla del Coronado, un lugar refinado que parece anclado en otra época, con playas de arena blanca y hoteles de lujo, donde se han alojado personajes relevantes. Aquí se rodaron escenas de la película Con faldas y a lo loco con Marilyn Monroe.

CÓMO IR. Varias compañías aéreas americanas y europeas tienen conexión diaria con San Diego. El precio oscila entre 700-800 euros, en temporada baja, y 1.000-1.200, en temporada alta. No hay vuelos directos desde España, es necesario hacer escala en París, Londres o, ya en Estados Unidos, en Atlanta, Los Ángeles o en alguna otra ciudad de la Costa Este. No obstante, es aconsejable hacer la conexión en Europa y emprender el vuelo seguido, de unas 12 horas, hasta el destino final. Es mucho más cómodo.

DÓNDE COMER. Como destino turístico en auge, en San Diego se ha eliminado cierta reputación de mediocridad culinaria para convertirse en un imán para restauradores y cocineros de casi todo el mundo. Por ejemplo, en gaslight district se pueden encontrar restaurantes desde lo más chic hasta lo más tradicional. En la Quinta Avenida hay una amplia muestra de cocina, además de la americana, hay italiana, francesa, china e incluso locales de tapas… Lo más socorrido y fácil de encontrar en cualquier zona es comida mexicana.

DÓNDE DORMIR. También gaslight district es una de las mejores ubicaciones para alojarse, por la cercanía de los lugares de interés que ofrece la ciudad y porque hay distintas opciones de restaurantes, tiendas y bares para tomar una copa. En la Isla del Coronado se puede pernoctar en buenos hoteles a precios no inferiores a los 150 euros. Eso sí, tranquilidad garantizada. Además, en zonas residenciales de la costa, como La Jolla, se pueden encontrar los típicos moteles a precios asequibles y hoteles de conocidas cadenas.

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