Catalunya Banc adjudicará su inmobiliaria a Blackstone y Magic Real Estate
Catalunya Banc está a punto de superar otra de las etapas previas que tiene pendientes antes de que se ponga en marcha su tercer intento de subasta. Dispuesta ya para sacar a la venta una cartera de crédito hipotecario problemático de unos 7.000 millones de euros y en trámites de colocar su red de oficinas fuera de Cataluña, la entidad ya tiene nuevo comprador para CX Inmobiliaria, su plataforma de gestión de activos, cuyo primer acuerdo de venta quedó frustrado en febrero.
El adjudicatario, que podría anunciarse oficialmente mañana, será el consorcio de fondos formado por el gigante del capital riesgo estadounidense Blackstone y la empresa española Magic Real
Estate, según coinciden varias fuentes del mercado, que recuerdan que este tándem ya se hizo el pasado junio con 1.860 viviendas en alquiler social de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) por 128,5 millones.
Esta nueva alianza será más económica para los compradores pues el precio de venta rondará los 40 millones de euros, en la línea del trato inicial firmado con Kennedy Wilson y Värde Partners el pasado julio y que ambas partes rompieron en febrero después de que el consorcio de fondos se hiciera con la plataforma de Popular, Aliseda, de mayor tamaño.
Esos 40 millones, en todo caso, serían la parte alta de la horquilla pues la cifra final quedará condicionada a lo que ocurra con la gestión de los activos traspasados a Sareb, que es la parte mollar. Hay que tener en cuenta que el contrato de gestión de activos que acompañará a la venta de la plataforma solo asegura el manejo de 2.100 millones de euros del balance de la propia entidad mientras que el grueso, casi 6.600 millones, corresponde a la carga que la nacionalizada vendió en su día a Sareb.
De momento, el comprador de la plataforma heredará el contrato, recién renovado, con el banco malo por el que gestionará también estos activos hasta el 31 de diciembre.
La pretensión de Sareb, hecha pública esta misma semana, de abrir un concurso para reasignar a sus proveedores en la gestión de inmuebles pone en duda el nuevo reparto del pastel, pues hasta la fecha la sociedad que preside Belén Romana había subcontratado a Bankia, Novagalicia, Catalunya Banc, Banco de Valencia, BMN, Liberbank, Ceiss y Caja3, para ir saldando los activos que ellos mismos les traspasaron.
Contratos que en 2013, primer ejercicio de actividad de Sareb, supusieron un gasto de 200 millones de euros, lo que incluye tanto el importe fijo a cada gestor como las primas comprometidas por ventas. La sociedad busca ahora “profesionalizar” este servicio y “evitar conflictos de interés” aprovechando el desembarco de grandes fondos internacionales que se han hecho con las plataformas de gestión inmobiliaria de la banca. Así ha ocurrido con la venta de Bankia Habitat a Cerberus; la de Servihabitat (CaixaBank) a TPG; la de Altamira (Santander) a Apollo, la de Aliseda (Popular) a Kennedy Wilson y Värde Partners o, recientemente, la de Inmare (BMN) a Centerbridge, que ya adquirió Aktua a Banesto.
Esta profusión de operaciones fue precisamente uno de los factores que terminó truncando el acuerdo inicial de venta de CX Inmobiliaria, que fue el primero de este tipo y abrió la veda a este tipo de operaciones. La adjudicación posterior a Kennedy Wilson y Värde Partners de la plataforma de Popular, mucho mayor que la de Catalunya Banc con una valoración de 800 millones, terminó tensando la negociación de los flecos pendientes y acabó por romper el acuerdo en febrero.
Uno de los principales flecos pendientes era el futuro de los 200 trabajadores asignados a la plataforma inmobiliaria de Catalunya Banc. Fuentes cercanas al proceso indican que los nuevos compradores podrían quedarse con unos 150 miembros de esta plantilla bajo un acuerdo de mantenimiento del empleo similar al sellado en otras operaciones similares.
CX Inmobiliaria será, junto a Bankia Habitat que fue vendida al fondo Cerberus, una de los principales postores de cara a hacerse con uno de los importantes contratos de gestión que va a poner sobre la mesa Sareb, dado el volumen de la carga que ya vienen gestionando hasta la fecha.