Hospira abre la lucha en fármacos biosimilares
Hospira prepara un hito histórico para la industria farmacéutica mundial. El laboratorio lanzará, a principios de 2015, el primer medicamento biosimilar de anticuerpos monoclonales. En palabras llanas, se trata del primer fármaco copia de un medicamento biotecnológico (aquel realizado a partir de células vivas) complejo (con una estructura molecular de varias decenas de miles de átomos), orientado al tratamiento de enfermedades oncológicas o artitris reumatoide.
La compañía da el pistoletazo de salida a lo que será la próxima carrera de fondo en la industria farmacéutica. Las principales moléculas biotecnológicas que se comercializan en todo el mundo en la actualidad perderán la patente en los próximos cinco años. Su mercado está valorado en 46.000 millones de dólares (33.000 millones de euros). Sólo en España, con una cuota de mercado de un 20% en 2012 (últimas cifras disponibles), este top10 de moléculas mueve un mercado valorado en 1.258 millones de euros.
Remicade, el medicamento al que Hospira va a hacer la competencia a partir de 2015 en el tratamiento de la artritis reumatoide, tiene una facturación en España de unos 120 millones de euros.
Sin embargo, Pablo de Mora, director general para Iberia de Hospira, no tiene claro qué cuota de mercado podrán alcanzar frente al medicamento original cuando se produzca el lanzamiento. “No tenemos el mejor entorno de regulación posible para el desarrollo de los biosimilares”, reconoció De Mora. El directivo resaltó que la cuota de mercado de los biosimilares en España es “muy baja, de un escaso 5%” pese a que ya se comercializan 19 fármacos de este tipo, como la hormona de crecimiento.
De Mora hace hincapié en que los medicamentos biosimilares “no pueden equipararse con los fármacos genéricos”, porque ni el coste ni los plazos de desarrollo de estos compuestos son iguales.
Según los datos facilitados por Hospira, el desarrollo clínico de un biosimilar cuesta entre 50 y 200 millones de dólares (36-144 millones de euros) y se tarda entre ocho y 10 años en tenerlo terminado. Sin embargo, y también según sus datos, los genéricos “necesitan entre 0,5 y tres millones de euros y hasta dos años como mucho de desarrollo”.
Para apuntalar el desarrollo de este tipo de fármacos, se necesitaría un tiempo en el que el biosimilar conviviera con el original a menor precio. “La rebaja de coste no es tan grande como en el caso de los genéricos. La marca enseguida se iguala”, afirmó el directivo.