España, agradecida al primer presidente de la democracia
El inminente desenlace lo deja todo “en las manos de Dios”. Con estas palabras y muy emocionado, Adolfo Suárez Illana anunció el viernes ante los medios que su padre, el que fuera presidente del Gobierno en los más duros años de la Transición democrática, afronta los últimos momentos de su vida.
Desde ese momento, la atención de toda España se concentró en la clínica Cemtro, donde Adolfo Suárez, de 81 años de edad, fue ingresado el pasado lunes por una neumonía, un problema respiratorio frecuente en los casos de alzhéimer, la enfermedad que se abatió sobre el expresidente hace 11 años.
Los familiares, que por deseo de Suárez informaron de la situación al Rey y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, agradecieron que no se produjeran visitas a la clínica durante su estancia “por respeto de su intimidad”. Aun así, las muestras de cariño se han multiplicado en toda España y desde el extranjero. La Reina expresaba su tristeza por la noticia desde Guatemala, donde se encontraba de visita oficial. También el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presente el viernes en el Consejo Europeo en Bruselas, transmitió el apoyo del Gobierno y de la “inmensa mayoría del pueblo español” a la familia. “Solo quiero decirles que estamos con ellos”, manifestó.
Sentimientos muy parecidos expresó el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba: “Estamos profundamente entristecidos todos los socialistas, algo que compartimos todos los españoles, y lo único que quiero, en este momento, es enviar un abrazo muy cariñoso a su familia y que sepan que estamos a su lado”, subrayó.
Junto al cariño de la clase política y de las máximas autoridades, también se ha sumado al dolor de la familia Suárez el mundo de la cultura. “Prácticamente obligó a todos los herederos del franquismo a aceptar a regañadientes la Transición”, declaró el escritor peruano Mario Vargas Llosa. “Suárez va a quedar en el recuerdo como una persona clave en la Transición democrática”, añadió.
El 5 de julio de 1976 Adolfo Suárez, exministro-secretario general del Movimiento, juró la presidencia del Gobierno ante el rey Juan Carlos. El nombramiento se interpretó como un intento de que la Monarquía fuese una continuidad maquillada de la dictadura franquista, lo que el tiempo y la acción política del Rey y de Suárez se encargaron de desmentir.
La Ley de Reforma Política, la legalización del PCE, las primeras elecciones democráticas y la Constitución fueron las etapas más destacadas de una carrera a la que España estará siempre agradecida. Después vino el golpe de Estado de Tejero en 1981. Tras unos años de fuerte declive del partido que había fundado, la UCD, Suárez se retiró de la vida política activa. En 2003, se dio a conocer su enfermedad.