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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El nuevo paso adelante de Vodafone

La compra de la compañía de cable Ono por Vodafone es, antes que nada, la confirmación de la extraordinaria apuesta del grupo británico de telefonía móvil por el mercado español, ya demostrada a principios de este siglo con la compra de Airtel. A esta siguió entonces la adquisición de Amena por Orange (antes France Télécom). Ahora, la historia se repite y Vodafone –inundada de liquidez tras vender su 45% en la estadounidense Verizon Wireless por 93.500 millones de euros– se adelanta pagando 7.200 millones por Ono, mientras el grupo francés aparece, de nuevo detrás, como favorito para otra gran compra en la que Jazztel figura como principal objetivo. La diferencia está en que estas operaciones se están gestando tras una durísima crisis económica y en un momento de efervescencia y transformación de las telecomunicaciones.

El sector europeo de telecos se dirige a una consolidación en la que van a participar, so pena de quedar fuera de juego, todas las grandes operadoras continentales y muchas extraeuropeas. Es un escenario paralelo a la estrategia de convergencia en la que se mueve el propio negocio. Vodafone, como ya hizo en Alemania con la compra de Kabel Deutschland, se refuerza con este movimiento en España en el campo de las ofertas convergentes, donde la competencia es cada vez más dura con grupos como el líder Telefónica o la misma Orange. El sector, que no se ha tomado un descanso ni en los duros años de crisis y escasa y cara financiación, sabe que el extraordinario desarrollo del tráfico de datos es un multiplicador en el valor de las compañías de cable que aumenta el interés de los inversores. Operaciones como la compra de la holandesa Ziggo por Liberty o las salidas a Bolsa de las francesas Altice y Numericable solo confirman ese interés. Los Gobiernos europeos en general, y el español en particular, han dado un apoyo inequívoco a esa consolidación del mercado que, no obstante, está pendiente de la Comisión Europea para el visto bueno a operaciones tan importantes como la compra por parte de Telefónica de E-Plus, filial alemana de KPN.

La evolución del modelo de industria es uno de los exámenes a pasar por el sector, como el aumento de la seguridad, el fin del roaming o el avance hacia una mayor democratización tecnológica y de servicio al cliente. En cualquier caso, el proceso de consolidación de las telecos europeas –en Europa existen más de 80 operadores de telefonía móvil frente a un mercado de EE UU en el hay poco más que un par–, puede y debe llevarse a cabo sin vulnerar las normas de competencia y con el lógico abaratamiento de tarifas que esta debe traer. El apetito inversor de las empresas es mayor ahora que hace solo un año. Una mayor capacidad de compra y la urgencia por tomar posiciones son importantes incentivos a los que se suma la presión de los mercados.

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