El Internet desde el cielo avanza un paso más
Google continúa con su proyecto para disponer de una red de acceso a internet que estaría formada por nodos situados en globos. El proyecto Loon ha iniciado una nueva etapa experimental con el lanzamiento este mes de marzo de un nuevo grupo de globos desde Timaru, en Nueva Zelanda.
Este proyecto de Google comenzó su fase de pruebas en junio del año pasado y quiere colocar un anillo de globos en las capas altas de la atmósfera, entre 10 y 60 km de altitud, que servirán como nodos de acceso a Internet ofreciendo velocidades de conexión próximas a las que se consigue con la telefonía móvil 3G.
Google busca ofrecer Internet en zonas que aún no disponen de acceso. Facebook con Internet.org busca un objetivo similar.
Google está estudiando los desplazamientos de los globos que estarán a merced de los vientos, que a las altitudes de operación son constantes. Los globos ajustarán su posición ascendiendo o descendiendo a la corriente que se mueva en la dirección deseada. Los usuarios conectarán con los globos con una antena dedicada. Los globos pasarán la conexión de uno a otro hasta que consigan llegar a una pasarela conectada a Internet.
Cada uno de estos globos tiene una vida útil de 100 días. En las pruebas anteriores tardaron doce días en alcanzar Sudamérica.
Facebook podría usar drones
Facebook parece que podría estar buscando una solución parecida pero basada en aviones no tripulados que volarían a altitudes similares a las de los globos del proyecto Loon. Mark Zuckergerg comentó en el pasado Mobile World Congress que está decidido a llevar INternet a todas las zonas del mundo en las que aún no hay infraestructura para poder conectar.
Diversas fuentes informan de que Facebook estaría en conversaciones para adquirir Titan Aerospace que trabaja en la producción de aviones no tripulados propulsados por motores eléctricos y energía solar. Estos aviones que trabajan a muy gran altitud forman parte del concepto que han bautizado como "satélites atmosféricos". Los aviones no tripulados que desarrolla Titan Aerospace pueden operar, teóricamente, hasta cinco años seguidos sin necesidad de aterrizar.