Calcular el salario neto tras la subida del IRPF de 2012
Para un asalariado que gana 35.000 euros, solo el aumento del IRPF le ha costado 1.000 euros Un soltero sin hijos y con un sueldo medio-alto figurará como 'perdedor' en la reforma fiscal
Los asalariados españoles llevan tres años sufriendo en sus nóminas el efecto de la subida fiscal del impuesto sobre la renta que aprobó el Ejecutivo a partir de 2012. Un trabajador soltero y sin hijos que ha mantenido un sueldo estable de 35.000 euros anuales habrá abonado 1.027,6 euros adicionales entre 2012 y 2014 en el IRPF. 342,54 euros por ejercicio. A la espera de que el Gobierno rebaje el tributo para 12 millones de contribuyentes, compromiso que lanzó el presidente del Gobierno Mariano Rajoy en el debate sobre el estado de la nación, los contribuyentes españoles acumulan tres ejercicios perdiendo poder adquisitivo. Cinco Días ha elaborado un simulador para calcular el coste de aumento del IRPF.
El incremento del IRPF, que en principio debía aplicarse en 2012 y 2013 y que finalmente se prorrogó a 2014, fue la primera medida de calado del actual Ejecutivo y supuso el aumento más drástico del impuesto en democracia. Hacienda justificó la medida por el elevado déficit público, que cerró 2011 en el 9,4% del PIB. El IRPF subió 0,75 puntos hasta el 24,75% para las rentas más bajas (por debajo de 17.707 euros) y siete puntos hasta el 56% para los tramos superiores a 300.000 euros. Esta decisión agudizó la progresividad del impuesto. Así, para un contribuyente que gana 12.000 euros brutos anuales, el aumento fiscal de Rajoy elevó su factura tributaria en 20 euros anuales. Un mileurista habrá pagado 60,17 euros adicionales entre 2012 y 2014. Un importe que aumenta hasta los 465,71 euros para un sueldo de 25.000 euros brutos. La subida fiscal se traduce en una pérdida acumulada de sueldo de 3.180 euros para un asalariado que gana 60.000 euros. Un directivo del Ibex, por ejemplo, cuyo sueldo medio se mueve en torno a 600.000 euros, habrá pagado por IRPF 103.645,12 euros más en tres años. Esta cifra será incluso superior si el contribuyente reside en Cataluña o Andalucía, donde el gravamen máximo alcanza el 56%.
Los asalariados más afortunados que han escapado del desempleo y de los recortes salariales tienen hoy menos dinero en el bolsillo por el aumento fiscal. Ese trasvase de recursos de los hogares hacia el sector público se intensificó en septiembre de 2012, cuando el Ejecutivo elevó del 18% al 21% el tipo general del IVA y del 8% al 10% el tipo reducido. El incremento del IVA ha restado de media 470 euros de renta a las familias españolas. Y otras decisiones como la subida de los impuestos especiales, el aumento del IBI, el copago farmacéutico o las subidas de tasas municipales y autonómicas han ido en la misma dirección.
Las rentas inferiores a 12.000 euros representan el 39,4% de los contribuyentes y aportan el 1,5% de la recaudación
El Ejecutivo defiende que los incrementos impositivos y los recortes del gasto eran “la única vía” para evitar el rescate del conjunto de la economía y la imposición por la troika de medidas de ajuste aún más duras. Ahora, con el PIB avanzando en términos intertrimestrales por primera vez desde 2011, Rajoy anunció que ya es factible cumplir el programa electoral del PP que incluía la promesa de rebajas impositivas. La reforma fiscal que el Ejecutivo llevará en junio al Congreso contemplará reducciones fiscales, pero no para todos los contribuyentes.
La senda de consolidación del déficit público es muy exigente y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya ha anunciado que la reforma tributaria deberá servir para elevar los ingresos públicos. Hoy, la recaudación fiscal de España es más propia de un país de Europa del Este que de un Estado de la Vieja Europa. Rajoy se comprometió en el Congreso a que los asalariados que ganen menos de 12.000 euros brutos al año no pagarían el impuesto sobre la renta a partir del próximo año. Una decisión con unos efectos muy limitados en la medida en que, actualmente, los contribuyentes que ganan menos de 11.000 euros tampoco tributan por el IRPF. En términos presupuestarios es factible rebajar la fiscalidad a los mileuristas, ya que su aportación a la recaudación es menor. Los contribuyentes con bases imponibles inferiores a 12.000 euros –que equivalen a sueldos brutos de hasta 16.000 euros al año–, suman 7,6 millones de declarantes del IRPF, el 39,4% del total. Sin embargo, su contribución a las cuentas públicas no alcanza los 1.000 millones de euros, el 1,5% de la recaudación total del IRPF.
Donde el Ejecutivo deberá ir con mayor cautela es en las rebajas fiscales a las clases medias y medias altas, que son las que soportan la recaudación del impuesto sobre la renta, el tributo más importante del sistema fiscal. Los contribuyentes comprendidos entre bases imponibles de 12.000 y 60.000 euros alcanzan los 11,1 millones de contribuyentes, el 57% del total y aportan el 65,3% de la recaudación del IRPF. Este grupo amplio que incluye desde la clase media-baja y media-alta –aunque estos términos siempre sean difusos– sustentan los ingresos públicos. Por encima de 60.000 euros, se contabilizan 685.500 contribuyentes, que pagan torno a 22.000 millones. Es decir, las rentas altas representan el 3,5% de los declarantes y aportan el 33,2% de la recaudación. Estos porcentajes reflejan el carácter progresivo del impuesto sobre la renta.
Montoro aseguró en 2012 que todos los españoles pagarían menos impuestos al final de la legislatura, una afirmación que ahora matiza
Mínimo exento
De momento, el Gobierno solo ha anunciado que bajará el IRPF a las rentas inferiores a 12.000 euros. Es el único compromiso concreto. Rajoy también anunció, aunque sin detallar las medidas, que la reforma fiscal rebajaría la cuota impositiva a 12 millones de contribuyentes. Según la estructura actual del impuesto, ese número corresponde a los declarantes que presentan una base imponible inferior a 22.000 euros.
Los cambios tributarios que entrarán en vigor en 2015 beneficiarán sobre todo a las rentas bajas y medias-bajas. Junto al sueldo, la otra variable que determinará los ganadores de la reforma fiscal será la situación familiar. Aquellos contribuyentes que tengan hijos recibirán un trato preferente de Hacienda. ¿Cómo? La medida más directa es elevar los mínimos personales y familiares, es decir, la parte de la renta declarada exenta por considerar que sirve para cubrir las necesidades básicas del contribuyente. El Ejecutivo estudia que el mínimo exento, que actualmente se aplica como una deducción en la cuota, vuelva a operar como una reducción de la base imponible. Es la fórmula que se utilizaba antes de 2007 y que se modificó porque el anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero consideró que tenía efectos regresivos.
El Ejecutivo también introducirá nuevas deducciones ligadas al gasto familiar. Los contribuyentes podrán deducirse el importe destinado, por ejemplo, a libros de texto o sanidad. Las familias con ascendientes a cargo (padres o abuelos) también contarán con nuevas ventajas fiscales. Toda reforma fiscal tiene ganadores. Y, por lo tanto, también perdedores, aunque sea en términos relativos. En el bando de los derrotados se encontrarán con toda seguridad los asalariados solteros, sin hijos y con un sueldo medio alto. Si el Ejecutivo de Mariano Rajoy simplemente anulara el incremento tributario que aprobó en 2012, todos los contribuyentes saldrían ganando. Sin embargo, Montoro ya ha indicado que el Gobierno irá un paso más allá y reformará de arriba abajo el impuesto.
El ministro de Hacienda aseguró en los primeros meses al frente del cargo que todos los españoles pagarían al final de esta legislatura menos impuestos que los que abonaban al principio. Un compromiso que a medida que avanzaban los meses fue matizando. Fuentes de Hacienda reconocen abiertamente que los tramos más altos abonarán más impuestos tras la reforma fiscal respecto a noviembre de 2011, cuando se celebraron las elecciones generales. Y los que se encuentran en la parte baja del impuesto verán como a partir de 2015 su factura tributaria es menor que durante la etapa de Zapatero. Esta será una de las bazas electorales que jugará el Gobierno de Mariano Rajoy de cara a las elecciones generales de 2015.
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