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Los analistas consultados señalan varias compañías atractivas

Diez empresas ‘opables’ de la Bolsa española

Thinkstock

España vuelve a estar en el mapa. Los inversores extranjeros se han lanzado de lleno a comprar acciones del sector financiero español y Bolsa patria en general. El capital riesgo ha sido el primero en moverse. Los grandes jugadores internacionales de este segmento, Blackstone, KKR o Apollo, entre otros, han comenzado a ver al país como una oportunidad realmente importante. Y en las pequeñas y medianas empresas, por ejemplo, el suizo Springwater Capital ha cerrado compras por más de 50 millones de euros en seis meses.

También la deuda soberana vuelve a estar en la diana de los compradores. A cierre de diciembre, los no residentes tenían cerca de 300.000 millones de deuda estatal, lo que supone un aumento de más del 30% respecto a finales de 2012. La inversión directa en ladrillo o industrias relacionadas, también está en auge, como la gestión de inmuebles, con operaciones de Cerberus, Kennedy Wilson, HIG, Värde Partners, Guggenheim, Centerbridge, Blackstone y KKR

La posibilidad de que las compras lleguen a las empresas cotizadas está encima del tapete bursátil. Orange señaló ayer con el dedo a Jazztel, como una posible adquisición, al calor de la consolidación del sector de las telecomunicaciones en España. Vodafone ha destapado su interés por Ono, que, no obstante, continúa con sus planes para salir a Bolsa. El sector financiero ya ha hecho lo más duro, con una consolidación que ha reducido los grupos financieros a Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular, Sabadell, Bankinter, BMN, Unicaja junto a Ceiss, Liberbank, Ibercaja con Caja3, Novagalicia y Catalunya Banc. Sin embargo, todavía han de cerrarse algunos flecos, según explica Pablo González López, consejero delegado de Abaco Capital.

Además, una vez finalizada la fase más dura del desapalancamiento, las empresas disponen de liquidez. Este puede ser un buen momento para utilizarla, en un entorno de mejoras económica de las condiciones de financiación y de revisión al alza de las perspectivas de resultados, muchas empresas buscan reforzar y diversificar su negocio. A pesar de la escaldada de muchas cotizadas en los últimos meses de 2013 y comienzos de este año todavía existen compañías que cotizan por debajo de su valor en libros. Esta penalización puede convertirse en la excusa perfecta para desencadenar futuros movimientos corporativos.

Los analistas consultados señalan ocho cotizadas que podrían ser susceptibles de recibir una opa.

Jazztel: los rumores que apuntan a la posibilidad de que la operadora sea adquirida por un competidor han sido una constante que ha permitido a sus títulos regresar a niveles de 2005. Sin embargo, estos rumores cobran día a día más fuerza ante el interés de Vodafone en Ono. En un escenario de convergencia como el que atraviesa el mercado de las telecomunicaciones europeo, los expertos creen que la opción más rentable para subirse al carro de la fibra óptica es comprar compañías que ya dispongan de las infraestructuras, en lugar de proceder a un nuevo despliegue. Y Jazztel es una buena candidata después del éxito logrado con el acuerdo que firmó con Telefónica a finales de 2012 para desplegar de manera conjunta las redes de fibra óptica.

En medio de este escenario de consolidación, las firmas de análisis empiezan a revisar sus precios objetivos. A BBVA, Sabadell y N+1 se suma ahora Berenberg. La entidad alemana sube su recomendación a comprar y señala que si finalmente hay un acuerdo con Orange, esta podría llegar a pagar hasta 12 euros por acción. Es decir, considera que la compañía podría revalorizarse un 23%.

Además, de los beneficios derivados de la fibra y del proceso de consolidación, la operadora ha registrado una evolución progresiva en los últimos años y según las estimaciones de Banco Sabadell el ebitda de la compañía podría crecer un 22,7% entre los años 2013 y 2017.

BME: Bolsa y Mercados Españoles es la eterna compañía susceptible de ser opada y más en un mercado como el de los operadores bursátiles que tiende a la integración. “Su posición de monopolio en el mercado español le permite mantener un margen muy elevado en el negocio y es capaz de adaptarse a los cambios”, señala Francisco Sánchez-Matamoros, analista de XTB. En los próximos meses es de esperar que su negocio mejore ante el incremento de los volúmenes que se viene registrando en los últimos tiempos fruto del apetito de los inversores por la renta variable. “Esta situación no pasa inadvertida para otras empresas reguladoras que buscan afianzar su posición e incrementar sus ganancias”, apunta el experto. A ello habría que sumarle el hecho de que “una posible opa sobre BME buscaría la participación que poseen diversos bancos españoles a los que no les importaría conseguir liquidez inmediata para terminar de ajustar sus balances de cara a la nueva normativa de Basilea”, matiza.

En contra de una eventual operación jugaría el fuerte dividendo que ofrece BME, de los más elevados del Ibex, y el precio al que cotiza –29,9 euros–, cuando el consenso de analistas de Bloomberg le da un objetivo de 24 euros. La retribución al accionista precisaría “de una opa a un precio elevado para que los bancos decidan prescindir de este pago anual”, aclara Sánchez-Matamoros.

Por su parte, David Navarro, gestor de renta variable de Inversis Banco, señala que en un negocio de concentración como es en el que opera BME, una opa por parte de una compañía europea como la alemana tendría todo el sentido. “Ya lo hizo en su día el Nasdaq con la Bolsa de Londres. En el caso europeo el hecho de contar con el mismo sistema de liquidación (Iberclear), la misma divisa y el mismo lenguaje de archivos informáticos, facilitaría el proceso”, apunta.

Repsol: en un sector como es el de las petroleras, dominado por grandes compañías, Repsol parece encontrarse en una situación de desventaja tras la expropiación de YPF. La pérdida de la filial argentina ha reducido el tamaño de la compañía, que a día de hoy cuenta con una capitalización de 23.300 millones de euros, frente a los más de 161.000 millones que vale la estadounidense Chevron. A su reducido tamaño, Navarro señala otras características que en su opinión hay que tener en mente a la hora de una eventual compra: que genere caja suficiente y que cuente con una deuda reducida. A todo lo anterior habría que añadirle el hecho de que Repsol presenta un alto valor debido a su presencia en determinados mercado y como apuntan desde Inversis si se produce una opa y el precio ofrecido es atractivo, algunos de sus principales accionistas como Sacyr, que ostenta el 9,5% del capital de la compañía, o CaixaBank, con el 12,9%, podrían aceptarla con el objetivo de obtener liquidez.

NH Hoteles: en un entorno de crecimiento del turismo español, la cadena hotelera se convierte en uno de los candidatos perfectos. El único pero, su elevado nivel de deuda, algo que según Navarro ha sido el motivo por el cual la china HNA no ha aumentado su presencia y se limita a controlar el 24%. No obstante, desde XTB no descartan la opción y más después del nuevo ere anunciado por el grupo y la venta 40 hoteles. Ambas medidas van encaminadas a reducir deuda “lo que le otorgaría un nuevo incentivo para ser objeto de inversiones extranjeras”, indican.

Tubos Reunidos: esta compañía al igual que Tubacex presenta grandes atractivos para otros competidores. “Mantienen negocios interesantes y su capacidad de producción podría ser aprovechada por empresas más grandes que quieran mejoran sus ratios de eficiencia y beneficiarse también de su capacidad tecnológica en nuevos productos relacionados con los tubos de acero”, afirman desde XTB. Como incentivo a todo ello se encuentra el hecho de que cotizan a precios muy descontados.

Gamesa: el fabricante de autogerneradores es una de las eternas candidatas a ser compradas, según explican desde Link Securities. Su principal inconveniente que presenta la renovable española es la fuerte revalorización registrada en 2013 (+356%). El cambio del equipo gestor y la confianza que genera el nuevo plan presentado por los ejecutivos ha devuelto la confianza a los inversores y esto podría motivar la entrada de inversores extranjeros en el capital de la compañía.

Acerinox: su posición de liderazgo en el proceso de fabricación de acero inoxidable, la eficiencia de su negocio y su atomizado accionariado, hacen de ella el caramelo, según Inversis. Con una capitalización cercana a los 2.600 millones, desde Banco Sabadell consideran que la compañía cotiza con prima frente a sus comparables de manera justificada, dada su mayor rentabilidad operativa, su privilegiada posición en EE UU, sus márgenes superiores en Europa, su estrategia clara y su mayor rentabilidad por dividendo.

Liberbank. Es el banco más pequeño de la Bolsa española, tiene una capitalización de unos 1.160 millones de euros y ha más que duplicado su precio desde su debut a 0,4 euros por acción. El departamento de análisis de Bankinter señala que Liberbank podría ser una compra interesante para CaixaBank. Aunque puntualiza que “el mejor momento para plantear una operación de este tipo sería después del test del BCE cuando tal vez sea menos difícil alcanzar un acuerdo en el precio de la transacción”. Eso sí, una operación de este tipo siempre tendría que contar con el beneplácito de las cajas de ahorros propietarias (Cajastur, Caja de Extremadura y Caja Cantabria), que controlan un 70,8% del capital.

 Cie Automotive: El fabricante de componentes para automóviles es una de las compañías que siempre suenan como susceptibles de recibir una oferta de compra, explica Paula Sampedro, de Link Securities. La experta comenta, sin embargo, que sería apetecible para un grupo industrial, si bien ahora mismo no está en la diana. El consenso de analistas recopilado por Bloomberg es muy optimista con la compañía: el 62,5% de los expertos recomienda comprar y el 37,5%, mantener. Ninguno aconseja vender las acciones. El precio objetivo medio de Cie Automotive es de 8,65 euros por acción.

Natraceutical. La compañía de componentes nutricionales es un referente en Francia, donde opera a través de la marca Laboratoires Forté Pharma, de venta en farmacias y parafarmacias. Surgió en 2002 como una escisión de determinados activos de Natra, que es el primer accionista con el 46,9% del capital. Un informe de Link Securities del pasado octubre ya señalaba que Natra se encuentra muy endeudada y que “teniendo en cuenta eso y que entre los dos negocios no hay sinergias, no descartamos que Natra decida desinvertir en el futuro”. Si el eventual comprador se hace con más del 30% del capital, sería obligatorio lanzar una opa.

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