Los bancos no ceden y mantienen a Roldán para presidir la AEB
A excepción de Bankia, las entidades que componen el elenco de la gran banca ya han descubierto sus cartas sobre lo que ha sido el ejercicio de 2013. El balance final podría ser positivo. Todos los bancos han presentado sus resultados con una declaración común. El saneamiento del sector ha finalizado, ahora se inicia una nueva etapa en la que prima la rentabilidad y la concesión del crédito, incluso hipotecario.
Ese es el mensaje prácticamente común expuesto por los presidentes de estas grandes entidades. Los banqueros también han aprovechado la ocasión para enviar mensajes al Gobierno. Y, curiosamente, coinciden. Todos aseguran que la economía del país ha entrado en un nuevo ciclo, que lo peor ya ha pasado. Pero también aseguran que los mimbres de ese cambio son aún muy débiles y pueden torcerse solo con un ligero giro del viento.
Otra coincidencia es que todos han alabado las reformas emprendidas por el Gobierno, pero piden más. Ahondar en la reforma laboral, el “gran éxito” del Ejecutivo, como ha sido definida, es uno de los deberes que los banqueros han puesto al equipo de Rajoy. También han reclamado reformas en la Administración pública y fiscales.
La preocupación del sector, como la de todos los españoles, es la elevada y preocupante tasa de desempleo, que para la banca se traduce en una escasa o nula demanda de crédito solvente y en un continuo incremento de la morosidad, que ya está por encima del 15% si se tienen en cuenta los activos inmobiliarios traspasados por la banca nacionalizada a Sareb. Porque, como han señalado los banqueros estos días, esos activos también suman morosidad, aunque no se contabilice en los datos públicos que presenta el Banco de España mes a mes.
En casi todos los casos, menos Popular, el resultado final de 2013 ha superado al del año anterior. Todos han presentados crecimientos espectaculares de su cuenta de resultados. Incluso de aquellos, como el caso de CaixaBank, que anunció el viernes un beneficio negativo en la línea de sus resultados antes de impuestos, y que ha sido esta línea de la cuenta, precisamente, la que ha conseguido que pasara de presentar números rojos a duplicar beneficios.
Popular ganó 325 millones de euros, frente a unas pérdidas de 2.461 millones de un año anterior. Pese a ello, el banco que preside Ángel Ron no ha logrado cumplir los objetivos plasmados en su plan estratégico a tres ejercicios en el que se fijó un beneficio de 500 millones para 2013. La razón es que Popular, muy vigilado por los mercados, ha decidido obedecer al pie de la letra al Banco de España y ha optado por la prudencia, es decir, por sobreprovisionar sus créditos morosos o los que sin serlo ahora pueden llegar a convertirse en impagados.
Santander, BBVA, Sabadell y CaixaBank tampoco han conseguido normalizar su cuenta de resultados, y las provisiones, aunque menores que las de 2012, siguen comiéndose una parte importante de los beneficios, según reconoció Emilio Botín, presidente de Santander, hace unos días ante 4.000 directivos.
Hoy BFA-Bankia ha presentado unos resultados ligeramente superiores a lo fijado en su plan estratégico. Ha ganado 818 millones de euros, mientras que su plan establecía un resultado de 800 millones para 2013. Ese era el compromiso que ha reiterado en varias ocasiones su presidente, José Ignacio Goirigolzarri. Estos beneficios llaman la atención si se tiene en cuenta que Bankia es una entidad nacionalizada, que ha necesitado más de 22.000 millones de euros de fondos públicos, y que en menos de un año ha logrado dar la vuelta a su situación. Más aún si se compara con su gran rival, CaixaBank, cuyas ganancias se situaron en 503 millones de euros.
Pero hay que señalar que todos o casi todos los bancos españoles que han presentado resultados han impulsado, por no decir salvado, su cuenta de pérdidas y ganancias con unas importantes plusvalías por la venta de activos y por la partida de resultados por operaciones financieras, conocida como ROF. La venta de cartera de deuda ha sido clave en este caso.
Al margen de la cuenta de resultados, otro asunto que los grandes bancos tienen que resolver es el de la confirmación oficial del candidato a presidir la AEB, tras las trabas puestas por el ministro de Economía, Luis de Guindos, al nombramiento de José María Roldán, ex director general de regulación del Banco de España.
Los grandes bancos, aunque aseguran públicamente que hasta marzo no anunciarán al candidato (la sustitución de Miguel Martín debe producirse el 3 de abril), mantienen el pulso con Guindos y su único candidato sigue siendo Roldán. Y muchas vueltas tienen que dar las cosas para que el exdirector del Banco de España no sea elegido presidente de la patronal bancaria aun a costa de Guindos.
Los políticos tienen que hacer su trabajo y los empresarios el suyo. “No me gusta que la política se mezcle con el empresariado”, “lo privado tiene que discutir sus decisiones”, fueron algunas de las frases que el presidente de BBVA, Francisco González, dedicó al veto de Guindos a Roldán. Dadas así las cosas, todo apunta a que la banca no se dejará influenciar por Economía.
Eso sí. Si Guindos logra su objetivo de ser candidato para presidir el Eurogrupo, todo puede ser más sencillo. Lo lógico es que Economía se olvide del veto a Roldán.