Emprendedores treintañeros
Emprendedores e investigadores destacan su dominio de las nuevas tecnologías La voluntad de arriesgarse, otra de sus fortalezas Sus redes de contactos les permiten triumfar
Emprender es algo que se puede hacer a cualquier edad, siempre y cuando se tenga iniciativa. Pero ¿hay alguna década que sea mejor que otra? Parece que los treinta son la etapa idónea para desarrollar un negocio. El miedo al fracaso es menor, se asumen más riesgos, apuntan los expertos. Y además se tiene cierta experiencia y muchas ganas de innovar. La elevada tasa de paro juvenil –del 33,29% para quienes tienen entre 25 y 29 años, y del 24% para aquellos de entre 30 y 44 años, según datos del INE– hace que crear una compañía sea una alternativa que muchos eligen.
Emprendedores y profesores de escuelas de negocios aseguran que los treintañeros están en la mejor edad para montar una empresa. Aportan la frescura de la juventud, además de la capacidad para concebir nuevos modelos de negocio, tienen dominio de las tecnologías de la información y la comunicación, y van libres de carga, ya que no tienen demasiadas obligaciones familiares. A todo esto se añade la experiencia de una trayectoria laboral más extensa que la que se tiene a los 20 años y, por tanto, una red de contactos profesionales, además de la serenidad de quien ya ha trabajado y ha aprendido de los errores.
La coordinadora de los premios del Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef) para jóvenes emprendedores, Natalia Dañobeitia, asegura que el emprendedor, a partir de la treintena, está en su momento más dulce.
Dañobeitia alega que quien crea una empresa a esta edad “ya ha aprendido de los fracasos” y, por tanto, su proyecto está mejor planteado. Diagnóstico en el que coincide la profesora de iniciativa emprendedora del IESE Julia Prats, quien comenta que estos emprendedores aúnan experiencia y serenidad, aptitudes que les permiten afrontar el “tiovivo” que supone la tensión emocional de crear una empresa.
El 70% de las empresas que crecen las crean personas con conocimiento del sector
También acceden más fácilmente a la financiación, porque aquellos que se lanzan a montar un negocio ya han tejido una red de contactos. Sobre todo si emprenden dentro del mismo sector en el que trabajaban como empleados: “El 70% de las empresas que crecen las han creado personas con un conocimiento previo del sector”. Asimismo, conocen a los proveedores, a los distribuidores, en definitiva a todo aquello que compone una empresa. Pero no todo son ventajas. Dañobeitia matiza que “es una época de mayor riesgo a nivel personal”, frente a emprendedores más jóvenes, por la existencia de cargas familiares. Prats ahonda en el tema: “Hay gente que no soporta la pérdida de seguridad, especialmente cuando hay algo que perder, como un buen salario”.Riesgos que se agudizan al llegar a los 40 años. La profesora de Cunef María José Rivero asegura que “con la madurez y las cargas familiares, quienes inician un negocio son un poco más prudentes”.
Por este motivo, Dañobeitia afirma que “aquellos que crean una empresa en esa franja de edad suelen ser personas que disponen de los recursos necesarios”. Y eso aporta cierta seguridad.