La ópera 'Brokeback Mountain' deja fría a la taquilla
El estreno mundial en el Teatro Real levanta expectación entre la crítica de numerosos países pero no cuelga el cartel de completo. La mayoría de butacas que quedan por vender se sitúan entre 64 y 213 euros.
Nunca una ópera en el Teatro Real ha tenido tanta repercusión mediática. El estreno mundial de la versión del relato y película Brokeback Mountain ha atraído a decenas de periodistas de todo el mundo. La novedad de ver un amor homosexual en su versión lírica, igual que ocurrió en el filme de Ang Lee, ha atraído la curiosidad de la crítica. Pero no tanto del público.
Hoy martes es el estreno mundial de la ópera con música del compositor Charle Wuorinen, cuyo libreto ha escrito Annie Proulx, autora del afamado relato. Todos los grandes periódicos del mundo han hablado de esta ópera, que ha costado alrededor de 200.000 euros, según fuentes del teatro. Pero la respuesta del público no ha sido tan entusiasta. A las 18:00h de la tarde del estreno, quedaban por vender más de 350 entradas, de un aforo de 1.700. Pero incluso las cifras son peores para la función del jueves (quedan más de 500 localidades), el próximo lunes (450) o para la del domingo 9 de febrero (615 tiques, un 36% del aforo).
Si bien es cierto que todavía quedan días para comprar entradas, la demanda se muestra fría. En otras ocasiones, con los grandes clásicos como Wargner o Mozart, las localidades desaparecen rápidamente de la taquilla. Parece que confluyen dos razones para que esto ocurra: el gusto del público madrileño por lo más tradicional y las dudas que despierta cualquier estreno mundial.
Desde el teatro se relativiza la respuesta porque suele ocurrir en todos los estrenos mundiales, en los que el público no conoce la obra. Además, el estadounidense Wuorinen es un compositor poco conocido para el melómano europeo. De hecho, quedan días, si la obra gusta, para que se anime la taquilla gracias a críticas y el boca a boca.
A Gerard Mortier, director artístico del Real hasta hace unos meses e impulsor de esta obra, le gustan las apuestas arriesgadas. Ha querido que el joven teatro, reabierto en 1997, haga sus propios encargos, como este de Brokeback Mountain. Probablemente es el director más respetado de la escena mundial y ha dinamizado la oferta del coliseo madrileño, que se ha puesto a la vanguardia operística del mundo.
Uno de los problemas es que al público de Madrid, tradicionalmente, no le han gustado los experimentos y la ópera contemporánea no cuenta con tantos aficionados. A ello se suma que cualquier estreno mundial retrae a espectadores que no conocen la obra. Ocurrió también en la capital con El perfecto americano o La página en blanco, que también dejaron sin vender localidades. No ha ocurrido con Tristan und Isolda, de Wagner, que vendió rápidamente las entradas y que, gracias a su éxito, puede compensar económicamente las obras más arriesgadas.
Además, no hay que obviar los altos precios de las entradas. Aunque con el anterior equipo del gerente Miguel Muñiz, que fichó a Mortier, se redujo el precio de entradas dirigidas al público joven. De hecho, las localidades más baratas sí se han vendido. La mayoría de butacas que quedan por vender se sitúan entre 64 y 213 euros (en el patio de butacas).