Hagan juego, Madrid ya tiene casino 90 años después
La nueva Ley de Acompañamiento de Medidas Administrativas y Económicas de diciembre de 2011 permite la apertura. Esta semana ha sido inaugurada finalmente una sucursal del Gran Casino de Madrid en la capital.
Después de 90 años de rumores, de tiras y aflojas, las ruletas, el black jack y el póker vuelven a Madrid. La ciudad podrá decir por fin que tiene un lugar para el gran juego. El Casino Gran Madrid abrió sus puertas en 1981... pero en la localidad madrileña de Torredolones. Esta semana ha sido inaugurada finalmente una sucursal en la capital, hecho que ha facilitado la nueva Ley de Acompañamiento de Medidas Administrativas y Económicas de diciembre de 2011.
Se ha elegido una ubicación de excepción para ello, la plaza de Colón, en el céntrico paseo de Recoletos. Ocupa el espacjo que anteriormente acogía a Banca Cívica, un edificio que ha sido rehabilitado por Rafael de la Hoz entre 2007 y 2009, el inmueble cuenta con más de 17.000 metros cuadrados (1.000 de ellos habilitados para el juego). Del diseño interior se ha ocupado Ignacio García Vinuesa, que ha optado por desarrollar atmósferas diferenciadas en las que priman los grandes espacios. El color y las geometrías asimétricas mandan también en un espacio que no deja indiferente al recién llegado. Entres sus elementos más llamativos se cuentan los árboles interiores y el jardín vertical situado en la planta de calle.
Los responsables del establecimiento esperan que el nuevo casino atraiga a turistas, preferentemente rusos y chinos, nacionalidades que se cuentan entre los que más se gastan cuando están de viaje y más querencia tienen por el juego. El de Torrelodones ha captado a lo largo de los más de 30 años que lleva abierto unos 18 millones de visitantes. La firma que lo gestiona cuenta también con filiales en Torrequebrada, Málaga, y en Cartagena.
Otro de los atractivos del flamante templo del juego será sin duda el restaurante Columbus, regentado por los hermanos Sandoval (que regentan además Coque en Humanes), que han traído a su aventura en la capital su aclamado cochinillo y una de las cartas más completas de champanes.