Dos hermanos sevillanos reinventan el patinete
El año pasado Raúl Juanatey se quedó a las puertas de ganar el premio a la innovación de la Fundación Altrán. Presentó un proyecto pensado para facilitar la movilidad en estaciones de autobuses, con un lugar determinado para aparcar bicicletas. “De ahí me dio por pensar que es mucho más práctico moverse en patinete que en bicicleta, que es más fácil de guardar…”, recuerda.
Este año Raúl Juanatey, con ayuda de su hermano Jesús –“yo soy el inventor, Juan el empresario”, explica– , ha ganado el premio de la fundación presentando un modelo de patinete del que ya existe un prototipo y que, a pesar de la sencilla solución planteada, parece innovadora. “He repasado patentes de patinete de hasta el siglo XIX”, dice Juanatey, “pero no he visto de momento nada parecido a esta idea, he visto patinetes con motor, con pedales, pero no como este”, dice señalando al patinete que él mismo ha construido y con el que viaja para mostrarlo a inversores interesados.
La idea de este sevillano de 45 años, que trabaja ahora en una empresa de instalaciones de energía solar, ha sido la de añadir al patinete una rueda supletoria en un lateral. Para impulsarse no es necesario poner un pie en el suelo, sino que basta con hacer rodar esa rueda supletoria, que gira en sentido contrario al del patinete, pero que con un engranaje interno cambia el giro y dobla la velocidad. “Cuando llevas media hora montando en patinete te das cuenta realmente de lo que cansa ir haciendo fuerza al poner el pie en el suelo”, comenta. “Además, acabas destrozando el calzado, y el ejercicio de subir y bajar constantemente una pierna para desplazarse supone un gasto considerable de energía, las articulaciones sufren”, indica.
En el año 2000 el patinete se convirtió en España en el regalo estrella de aquellas Navidades, un patinete de aluminio, plegable y fabricado en China y Taiwán. Hasta algunos periódicos lo vendieron con sus ejemplares en papel. Ese año la empresa catalana Monty, fabricante de bicicletas, adquirió 400 patinetes para venderlos en el mercado español: en 24 horas los vendieron todos y adquirieron otros 3.000. Otra compañía española, Almacenes Carmeral, de bicicletas y motos, vendió ese año más de 10.000 patinetes. En 2001 el inventor estadounidense Dean Kamen desveló el invento en el que había trabajado durante todo un año y que levantó tremendas expectativas (una editorial pagó 260.000 euros a Kamen por escribir un libro sobre el artilugio sin ni siquiera saber de qué se trataba): el transportador humano Segway, se llamó, que no era otra cosa que un patinete eléctrico con dos grandes ruedas y que avanza cuando el usuario se inclina hacia delante y retrocede al inclinarse hacia atrás. Hoy el patinete de Kamen es empleado en grandes almacenes por personal y en ciudades por turistas.
El inventor del nuevo patinete español le da vueltas estos días al nombre de su invento. “Llevo un año pensando, pero no me convence ninguno”, dice. En todo caso, más importante que el nombre del nuevo patinete es todavía conseguir un prototipo más desarrollado –la rueda supletoria, por ejemplo, debería estar cubierta por neumático y ser más blanda– y convencer a inversores de que apuesten por el artilugio. Para ello Raúl Juanatey va a contar con el apoyo que le brinda la Fundación Altrán que pondrá a disposición de Raúl un equipo de ingenieros para mejorar su invento durante seis meses.
20.000 empleos
Altran España es una compañía perteneciente al Grupo Altran, líder global en consultoría tecnológica e innovación, con una red internacional de 20.000 profesionales y 500 grandes clientes en todo el mundo, presente en España desde 1992. La compañía, que factura en España 130 millones al año (en total la multinacional facturó el año pasado 1.456 millones) creó en 1996 la Fundación Altrán para la Innovación con los objetivos de promover ideas creativas, innovadoras y desarrollar proyectos presentados. Cada año la fundación convoca los premios Altran para la Innovación en los países en los que está presente, en los que los premiados logran un equipo de expertos a su disposición durante seis meses, y la oportunidad de participar en una final internacional