Eroski se reforzará con tiendas de barrio en cinco comunidades
La enseña de Eroski es líder en distribución en el País Vasco, Navarra, Galicia, Cataluña y Baleares. En estas cinco autonomías centrará gran parte de su crecimiento futuro y solo en el ámbito de los supermercados, que ahora aportan el 60% de las ventas del grupo. Una ratio que la cooperativa que preside Agustín Markaide quiere incrementar.
El establecimiento de cercanía sigue ganando clientes por la crisis, en detrimento de las grandes superficies, que muchas veces requieren del uso de un vehículo. Es más barato ir a pie a hacer las compras.
La fórmula del supermercado la utilizará Eroski en toda España. Hasta 2016 prevé abrir más de 300 centros, entre propios y franquiciados, “en todas las regiones” del país. En paralelo, el grupo de distribución, integrado en Corporación Mondragón, continuará con el saneamiento de su red comercial, iniciado hace un lustro, cuando la crisis provocó la caída del gran consumo (para 2014 se prevé el primer repunte al alza, tras ese periodo negativo).
Esa estrategia de optimización, iniciada en 2008, prevé el cierre de tiendas que no son rentables y la venta de activos no estratégicos. Los inversores siguen sin estar animados por un sector que no muestra síntomas de recuperación, aunque las citadas previsiones para el próximo año son positivas. De hecho, Eroski tiene que remontarse a 2011 para recordar la última operación de venta de una de sus instalaciones.
El grupo de Elorrio (Vizcaya) negocia ahora con los 22 bancos, con los que mantiene una deuda de 2.500 millones, la refinanciación de su pasivo. Una de las bases de las conversaciones es precisamente la de las desinversiones, que ha sido el instrumento clásico de apalancamiento de la cooperativa. Buscaba la venta a terceros de los centros para seguir con su explotación en régimen de alquiler. El dinero así generado servía para nuevas inversiones en la red.
Amortizaciones
En estos momentos, las más de treinta gasolineras del grupo pudieran ser los activos con una venta más inmediata, según fuentes del mercado. Eroski cerró en enero pasado la anterior refinanciación de la deuda, unas conversaciones ahora retomadas por la caída del consumo y el citado parón a la venta de activos. Además, tiene pagos inmediatos para el próximo enero. Unos 37 millones para amortizaciones de créditos, según el anterior calendario pactado con las entidades, y 21 millones más para el pago de intereses de las aportaciones que emitió en su día.
Desde Eroski recordaron ayer que la cooperativa “está cumpliendo con los plazos” de amortización. En el primer semestre del ejercicio ha recortado su deuda en 60 millones. Pero es que durante el periodo 2008-2013 se ha quitado de encima préstamos por 1.200 millones, “una de las mayores reducciones realizadas en el conjunto de las empresas españolas”.
Las entidades acreedoras “comparten” la estrategia de la empresa hasta 2016 y “ratifican su firme voluntad de apoyo al proceso de transformación” de la cooperativa, según fuentes de la misma. Eroski confía en su nuevo formato de establecimiento, la “tienda contigo”. Los ha implantado en 12 centros y ha conseguido aumentar un 9% las ventas.
La crisis de Fagor llega al Parlamento de Vitoria
El Gobierno vasco se situó ayer en medio de dos de las cooperativas de Corporación Mondragón que más están de actualidad, pero por motivos diversos. Sobre Eroski, el portavoz del Ejecutivo de Vitoria, Josu Erkoreka, dijo que no tiene dudas de que solucionará la refinanciación de su deuda sin problemas.
En el caso de Fagor Electrodomésticos, representantes de la plataforma Ordaindu (pagad en euskera), integrada por trabajadores del grupo de línea blanca, comparecieron ayer en la Comisión de Desarrollo Económico y Competitividad del Parlamento de Vitoria. Están preocupados no solo por sus empleos sino también por sus ahorros. Compraron las aportaciones voluntarias (deuda perpetua) que emitió Fagor y realizaron préstamos a la propia empresa (a cambio de intereses de hasta dos dígitos, en algunos casos).
Los miembros de Ordaindu, que próximamente se entrevistarán con Txema Gisasola, presidente de Corporación Mondragón y que antes lo fue de Fagor Electrodomésticos, reclaman a la multinacional vasca la creación de un fondo a través del cual puedan rescatar parte de su dinero.
Ordaindu agrupa no solo a empleados, también a jubilados de Fagor que dejaron en la empresa sus ahorros para obtener un rendimiento. Dicen que la compañía les debe 87 millones y que son unos 800 afectados. La sociedad matriz y las filiales de Basauri (Vizcaya), Polonia e Irlanda, así como la participada gala, están en concurso de acreedores. Si los administradores del proceso lograran pactar un convenio, estos socios-trabajadores serían los últimos en cobrar (y eso, con una quita previa sobre un pasivo consolidado de más de 1.000 millones).
El grupo no paga ya ni los intereses de los préstamos ni los de las aportaciones voluntarias.