Las estaciones de metro no tienen por qué ser inhóspitas o frías. Hay ejemplos que las convierte en lugares no solo de paso, sino que invitan a disfrutar de su arquitectura o sus valores artísticos.
Estación T-Centralen, en EstocolmoEstación de Komsomólskaya, en la línea Koltsevaya del Metro de MoscúEstación de Yonggwang, metro de Pyongyang, Corea del NorteEstación de Zoroti Volota, en el metro de Kiev (Ucrania)Estación de Westfriedhof, Munich, AlemaniaEstación de la Universidad, Santiago de Chile