La vela cobra impulso como medio de integración social
Mapfre renueva dos años más su apoyo al Centro Nacional de Vela Adaptada de Sanxenxo
Como el baloncesto y el atletismo en su momento, la vela adaptada se está convirtiendo en un deporte muy popular entre las personas que tienen algún tipo de discapacidad gracias al apoyo económico que grandes empresas como Mapfre e Iberdrola están prestando a esta actividad.
La eléctrica auspicia el Campeonato de España Iberdrola de Vela Adaptada y patrocina al equipo que representa a España en los Juegos Paralímpicos, mientras que la Fundación Mapfre creó hace dos años el Centro Nacional de Vela Adaptada, que funciona en las instalaciones del Real Club Náutico de Sanxenxo, en Pontevedra.
“En los últimos 10 años, la vela ha recibido un impulso muy importante, lo que le está permitiendo llegar a un grupo de población que había estado totalmente excluida de su práctica”, corrobora Anxo Queiruga, presidente de la Confederación Gallega de Personas con Discapacidad (Cogami).
El Centro Nacional de Vela Adaptada ha impartido desde su inauguración en noviembre de 2012, más de 1.000 cursos semanales que han beneficiado a 450 personas.
“La vela fomenta las relaciones y rompe la monotonía del día a día. Al verse capaces de navegar como cualquiera, la autoestima de estas personas mejora y se sienten útiles”, destaca Queiruga, cuya organización atiende en Galicia a 30.000 discapacitados.
El jueves pasado, la Fundación Mapfre renovó el acuerdo con el club pontevedrés para mantener la escuela en Sanxenxo dos años más. “Estamos muy contentos de poder seguir trabajando con ellos para que cada vez más personas con algún tipo de discapacidad puedan acercarse al mundo de la vela como cualquier otra”, comenta Pedro Campos, presidente del club.
Regata
Los alumnos del Centro tuvieron ocasión de competir en una regata de verdad durante el Campeonato de España Iberdrola de Vela Adaptada, que este verano incluyó por primera vez una categoría para iniciados.
Ante el éxito de la prueba, el Centro espera repetir la experiencia el año que viene.
La fundación decidió ubicar el Centro en Sanxenxo porque los amarres del club están ubicados dentro de la ría de Pontevedra, cuyas condiciones climatológicas (vientos habitualmente estables y oleaje tranquilo) son ideales para el aprendizaje de la vela. Además, las instalaciones del club están adaptadas para facilitar el acceso de personas con cualquier tipo de minusvalía.
Los alumnos del Centro aprenden a navegar en cinco Dam 5.5, un velero ideado por el diseñador gallego Javier Cela en el que pueden ir un máximo de cinco personas, con o sin discapacidad.
Estos barcos, que Mapfre compró especialmente para la escuela, cuentan con asientos especiales para personas en silla de ruedas y tienen una quilla de plomo que los hace insumergibles. “No pueden volcar, por lo que son embarcaciones muy seguras”, señala Campos.
El Centro utiliza también dos barcos que el club mandó construir hace 10 años a imagen y semejanza de los antiguos galeones que usaban los pescadores de la ría de Arosa. En estos pueden ir un máximo de 12 personas.
“Los alumnos suben abordo desde el primer día. A pesar de que pueden marearse, en general, les encanta, todos quieren volver y los más entusiastas han repetido varias veces”, cuenta Campos.
De la costa de Galicia a toda España
Hace poco, el Centro recibió la visita de la infanta Elena, directora de proyectos sociales y culturales de la Fundación Mapfre, quien agradeció el apoyo de todas las personas, instituciones y empresas que, como Iberdrola, están colaborando con el proyecto.
Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, en cuyas instalaciones funciona el Centro, señala que el desafío en los próximos dos años será traer a alumnos de otras comunidades autónomas, empezando por las más próximas que son Castilla y León y Madrid.
“Hemos empezado en Galicia, aunque la voluntad de la Fundación y del club es extenderlo poco a poco al resto de España, para lo cual estamos colaborando con Cogami que nos está ayudando a organizar y traer a los alumnos y monitores”, precisa.
Como muchos de los regatistas procede del interior de Galicia y los cursos duran normalmente una semana –de lunes a viernes–, el Centro brinda alojamiento a los alumnos en Sanxenxo, de modo que no tengan que desplazarse todos los días.
De hecho, Anxo Queiruga, presidente de Cogami, recuerda que a los cursos han asistido personas de Lugo y Orense, que nunca antes habían visto el mar.
“La vela adaptada está rompiendo barreras sociales y haciéndonos visibles, como ciudadanos con derecho a las mismas oportunidades”, recalca.
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