Twitter sale a Bolsa: tres motivos para su éxito y uno para el fracaso
En la recta final de su debut en Bolsa, Twitter no quiere dejar nada al azar y busca cómo tener éxito en la que, sin duda, será la salida a Bolsa más mediática de una empresa tecnológica desde que Facebook dio el salto al parqué en 201
Poco a poco se van conociendo detalles de colocación de la compañía de microblogging que, con 218,3 millones de usuarios mensuales activos y la friolera de 300.000 millones de tweets enviados en su plataforma desde su creación, espera lograr 1.000 millones de dólares, unos 736 millones de euros, de los nuevos accionistas a los que dará entrada en su capital.
El folleto de colocación, enviado a la SEC estadounidense, da una idea de cómo la red social ha evolucionado desde su creación en 2006 de ser una start up de internet a convertirse en un prometedor negocio de explotación publicitaria: los 253,6 millones de dólares ingresados en el primer semestre de este año así lo hacen intuir.
De momento, la compañía tendrá que superar un primer obstáculo no poco importante: pasar de ser solo eso, un prometedor negocio publicitario, a convertirse en un verdadero negocio publicitario. Y es que los cientos de millones de dólares ingresados no son nada comparados con los 418,6 millones de dólares de números rojos que acumula desde su creación, según sus propios cálculos. Solo en el primer semestre, las pérdidas ascienden a 69,3 millones.
Más aún pueden surgir incógnitas sobre la capacidad para mantener el crecimiento. Aunque la cifra de facturación ha aumentado exponencialmente, desde los 28,3 millones de 2010 (año en que comenzó a introducir publicidad como vía de ingresos) hasta los 316,9 millones de 2012, la misma empresa reconoce que “la tasa de crecimiento de los ingresos se reducirá” en el futuro entre otros factores por “el freno gradual en el incremento de la base de clientes”.
Es decir, que el número de usuarios no crecerá, obviamente, al mismo ritmo que lo hace hasta ahora y, además, la red social tendrá que buscar fórmulas para aumentar el compromiso o grado vinculación o interactuación con ellos (engagement en la jerga de internet) para poder seguir aumentando los ingresos y convertir la compañía en un negocio verdaderamente rentable.
Es precisamente en este punto donde llega el meollo de la salida a Bolsa de Twitter y donde otros rivales, como Facebook o LinkedIn, han encontrado el mayor escollo en su aventura bursátil: la publicidad.
Twitter obtiene en 2013 un 87% de sus ingresos de la publicidad, en especial de sus tres productos “promocionados”: tweets, cuentas y tendencias. La aspirante a debutante en Bolsa reconoce que la competencia es feroz, no solo por parte de empresas pequeñas (cita a Sina Weibo), sino también y muy especialmente por parte de “compañías con mayores recursos financieros y sustancialmente mayores bases de usuarios”, entre ellas, “Facebook (incluida Instagram), Google, LinkedIn, Microsoft y Yahoo”, cita en la documentación dirigida a los potenciales accionistas. La tarta publicitaria, dice Twitter, también la tiene que compartir con los medios “tradicionales” como la televisión, radio y medios impresos (prensa y revistas).
Twitter cuenta, en cualquier caso, con una clara ventaja clara respecto a sus más directos competidores: el móvil, que precisamente fue el talón de Aquiles de la salida a Bolsa de Facebook. La red de microblogging recibe un 75% de los usuarios mensuales desde un dispositivo móvil (smartphone o tableta) y un 65% de sus ingresos publicitarios son también en movilidad.
La empresa especifica que cada vez que un usuario visita, refresca o hace una búsqueda en la cronología (timeline) ha obtenido 0,80 dólares de publicidad en el primer semestre del año, un 26% más.
A la espera de confirmarse datos sobre la operación, la valoración de Twitter será otra de las claves que mirarán los accionistas. Según Bloomberg, la empresa maneja un valor de 12.800 millones de dólares, lo que supondrá una valoración de 28,6 veces los ingresos del último año. Un precio que podría resultar elevado si se compara con el ratio de 26 veces que tuvo Facebook en su debut bursátil o de LinkedIn, que fue de 14,5 veces.