La Asociación del Pulmón Libre paraliza Eurovegas
El pasado viernes el presidente de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional, Eduardo Ortega Martín, mantuvo un encuentro informal con periodistas en la sede del organismo en Madrid. En una animada charla en la que de forma entusiasta Ortega (nombrado presidente en mayo) trasladó a los presentes motivación informativa, se trató el papel que podría jugar el órgano judicial que preside en el caso de que llegara a sus manos una demanda contra el Ministerio de Sanidad por permitir fumar en los casinos que contempla construir en Madrid el grupo Las Vegas Sands. “No les quepa duda”, vino a decir Ortega, “que si, por decir algo, la Asociación del Pulmón Libre demanda a Sanidad por permitir fumar en los casinos y la Sala de lo Contencioso da la razón a la asociación, su decisión se ejecutará”.
Es decir, que si después de que Sanidad cambiara la ley para que se permitiera fumar en los casinos de Adelson, y después de que entonces Las Vegas Sands iniciara la construcción de su macrocomplejo en Alcorcón alguien demandara al ministerio que dirige Ana Mato ante la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional y esta diera la razón al demandante, se impediría fumar en Eurovegas. Un proceso judicial que se alargaría como mínimo durante año y medio.
Con lo cual, si Las Vegas Sands pretende disponer en España de un “marco legal adecuado” para su proyecto que se perpetúe en el tiempo, mejor que no cuente con ello: la Asociación del Pulmón Libre puede frustrar sus pretensiones.
El grupo fundado por Sheldon Adelson lanzó la pasada semana un comunicado en el que exactamente decía: “Este tipo de inversión [refiriéndose a Eurovegas] requiere garantías de que habrá un marco legal adecuado para permitir el proyecto y para que las condiciones bajo las que la compañía ha aceptado desarrollar y operar dicho proyecto no cambien con el tiempo”.
Es normal que una inversión como la planeada por Sheldon Adelson en Madrid, 18.000 millones de euros, un proyecto como Eurovegas, que contará con las mayores instalaciones de congresos del mundo, tenga altibajos. Que haya momentos en los que parezca que no se va a construir nada y otros en los que de la impresión de que ya está todo listo.
Es innegable que Sheldon Adelson, que el próximo mes de agosto cumplirá 80 años, quiere levantar Eurovegas en Madrid. Así lo demuestra el hecho de que el hombre lleve 12 años estudiando el proyecto, que haya visitado Madrid en múltiples ocasiones y que haya invertido ya más de seis millones de euros sólo en valorar la posibilidad de construir Eurovegas.
Por estas mismas razones no resulta creíble que Las Vegas Sands condicione que Eurovegas sea algún día realidad a que se pueda o no fumar en sus locales, entre otras medidas legales requeridas. Porque después de 12 años estudiando el proyecto y de seis millones de euros gastados el grupo debe conocer de sobra la idiosincrasia legislativa española, no tan distinta de otros países democráticos. Lo extraño sería que Las Vegas Sands hubiese pensado alguna vez que en España, u en otro país europeo, las cosas iban a ser tan fáciles como en Singapur o Macao (los otros lugares, además de en Estados Unidos, donde la compañía tiene sus complejos turísticos, construidos y abiertos entre 2004 y 2010).
La pasada semana, en una jornada organizada en Las Vegas por los bancos UBS y Deutsche Bank, el primer ejecutivo de la multinacional estadounidense, Michael Leven comentó, al referirse a su proyecto en Madrid, lo complicado que resulta negociar con el gobierno local, el regional, el nacional y el europeo. ¿De verdad que a estas alturas alguien como el señor Michael Leven, lector, atención, de don Miguel de Unamuno, se extraña de cómo funcionan las cosas por aquí?
En su comunicado de la pasada semana la compañía decía: “No existen barreras financieras para que la empresa pueda iniciar o completar el proyecto propuesto en Madrid. Nuestro balance financiero es sólido y la capacidad de la compañía para asegurar la financiación necesaria es excepcional”. Es verdad que Las Vegas Sands pasa ahora por un momento dulce, con sus acciones disparadas en Bolsa y alcanzando trimestre tras trimestre cifras récord de facturación y beneficio, gracias en buena parte a su negocio en Asia.
Pero una cosa es tener capacidad para solicitar un crédito multimillonario y otra haberlo recibido ya. “Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá”, que escribía Miguel de Unamuno.