Los mejores retiros del mundo para hacer yoga
El yoga es una de las disciplinas que sobresalen a la hora de ayudar a las personas a desconectar de las preocupaciones y el estrés del día a día. Pero un par de sesiones a la semana no bastan para compensar la carga de la rutina de trabajo, el constante incremento de los estímulos, la comida poco saludable y la escasez de sueño. Convencida de ello, la editora Angelika Taschen ha compilado en un libro (Yoga, Great Retreats, Editorial Taschen) los mejores sitios del mundo para pasar algunos días de vacaciones en un retiro especializado en yoga. Son lugares en donde enseñan los mejores maestros y que, además de la práctica diaria, ofrecen alimentación sana, la oportunidad de una relajación total y un entorno natural que sirve de inspiración.
Las opciones son variadas. El libro descubre 34 sitios de América, Europa y Asia e incluye desde ashrams con una orientación espiritual a retiros sencillos con un ambiente más social, pasando por complejos hoteleros de cinco estrellas que ofrecen clases de yoga a diario. Aquí nos adentramos en algunos de ellos.
Ananda, en el Himalaya
El palacio de Ananda, ubicado a 250 kilómetros al norte de Nueva Delhi, se eleva en medio de la niebla y está rodeado de unas colinas verdes próximas al Himalaya. Uno de sus rincones con mayor encanto para practicar yoga es un jardín sobre las montañas desde el que puede verse, más abajo, un valle cercano por el que serpentea el Ganges, el río que atraviesa el noreste del país. Arriba se vive como en las épocas de los maharajás. El hotel cuenta con 70 habitaciones de lujo, cinco suites y tres villas, también de gran categoría.
Los maestros, por regla general, proceden de Rishikesh, la ciudad conocida como la capital mundial del yoga, muy cercana al hotel. La comida es siempre ecológica y de las variedades india, asiática y occidental. Página web: www.anandaspa.com.
Huzur Vadisi, Turquía
Su nombre, Huzur Vadisi, significa valle de la paz. Es un pequeño y encantador retiro al sudoeste de Turquía, ubicado a 40 kilómetros del aeropuerto de Dalaman. Edificado en el centro de un olivar, está gestionado firmemente por británicos y turcos. Casi todos los maestros proceden de Triyoga, la célebre escuela de yoga londinense de Primrose Hill; el Bikram College, también de Londres, y Juvamukti, de Berlín. El hotel dispone de 12 yurts, una casa pequeña y otra para un máximo de 30 huéspedes. En su gastronomía predomina la comida turca y vegetariana. www.huzurvadisi.com.
Schloss Elmau, Múnich
Es un palacio ubicado 140 kilómetros al sur de Múnich. El Elmau se erige en solitario al pie del macizo de Wetterstein. Este refugio, rodeado de ondulantes praderas de suave inclinación, fue edificado entre 1914 y 1916 y entre 2006 y 2007 fue remodelado por completo. Pero el silencio que lo caracterizaba a principios de siglo sigue reinando en la actualidad, al igual que buena parte del entarimado cruje como antaño.
Practicar yoga en una piscina climatizada al aire libre es una de sus opciones más tentadoras. El hotel tiene 110 habitaciones y 20 suites. Sus cuatro restaurantes ofrecen desde gastronomía para sibaritas con una estrella Michelin hasta cocina rústica, platos mediterráneos y especialidades asiáticas. www.schloss-elmau.de.
Amansala Eco Chic Resort, México
Amansala significa agua tranquila, un nombre acertado para un establecimiento ubicado justo en frente de las playas de Tulum, México, a dos horas del aeropuerto de Cancún. El complejo funciona con energía solar y cuenta con 25 cabañas. Yoga de relajación o power, excursiones en bicicleta o en kayak y tratamientos con arcilla maya son algunas de las actividades que destacan. Su oferta gastronómica incluye platos vegetarianos y especialidades mexicanas como ceviche, mango, tacos, papaya, jícama y jalapeños. Recomiendan comenzar el día con una vigorosa caminata por la playa y acabarlo bajo unas sábanas confeccionadas con lino de Frette.
Kamalaya Wellness, Tailandia
En este rincón de Tailandia las flores de loto en un tono rosa claro, que para los yoguis es un símbolo de transformación, son siempre parte del paisaje. En medio del recinto de Kamalaya, a 45 minutos del aeropuerto de Koh Samui, entre madreselvas y formaciones irregulares de rocas, hay una cueva en la que los monjes budistas meditan desde hace siglos. Las impresionantes vistas cambian sin cesar y en el hotel aseguran que eso hace que cambie la perspectiva de nuestra propia importancia.