El futuro en unas décimas
Cuando no se consigue la nota de corte, algunos estudiantes optan por aprender idiomas o prepararse para mejorar la nota de acceso a la universidad
Apenas unas décimas en una nota deciden cada año si un estudiante podrá o no ser médico, ingeniero, arquitecto. También en esto interviene “la ley de la oferta y la demanda”, como explica Fernando Suárez Bilbao, rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), “ya que la nota de corte o acceso la fijan, en definitiva, los mejores estudiantes”.
Luis Martín estudió el año preuniversitario en Irlanda. Al terminar realizó en julio el examen internacional (Leaving Certificate) cuya nota máxima es un 10. Conoció la nota en agosto, un 7, lo que no le dio opción a Ingeniería Industrial, que en la Politécnica madrileña requiere un 11.
En ese momento no pudo cursar las asignaturas específicas que le hubiesen permitido elevar esa nota del 10 al 14. Entonces decidió pasar un año profundizando su nivel de alemán y preparándose en física y química, matemáticas y dibujo en el Centro de Estudios Mirasierra de Madrid.
En junio siguiente se presentó a la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) y alcanzó el 11,09, lo que le permitió estudiar Ingeniería Industrial en la Carlos III. Solo le faltó un 0,25 para entrar en la Politécnica.
Cuando no se consigue la nota de corte algunos optan por aprender idiomas, repasar asignaturas específicas o de los primeros cursos
CAE, Dario Estudio y Nuevo Futuro son algunos centros que preparan para la PAU y las asignaturas específicas, así como para las materias troncales de las carreras técnicas o sanitarias. Una opción para mejorar la nota y poder optar a la carrera soñada.
Otros, como Jorge Martil Castellano, que no consiguió en junio la nota deseada para entrar en Veterinaria (10,6) en la Complutense de Madrid, prefirió hincar codos en verano y presentarse en septiembre a las específicas. Lo que elevó su nota del 7,8 obtenido en junio al 10,82 en septiembre.
Como en junio se habían acabado las plazas de Veterinaria en la Complutense, se matriculó en la Universidad Alfonso X el Sabio. Con todo el primer curso aprobado, solicitó el traspaso a la Complutense en junio. Acaba de ser admitido en segundo año este mes de septiembre.
Aunque es en las titulaciones de la rama sanitaria donde se libran las mayores batallas para conseguir una plaza, no son precisamente estas las que cuentan con mejores salidas profesionales.
Según un estudio elaborado por la empresa de recursos humanos Randstad, actualmente los perfiles más demandados en el mercado laboral y con mejores perspectivas son: Administración y Dirección de Empresas (ADE), Químicas e Ingeniería Industrial (especializada en la rama de mecánica), seguidas de Económicas, Electrónica y Bioquímica.
Así y todo, grados como Enfermería, Fisioterapia u Odontología, detrás de Medicina, son las preferidas por los jóvenes españoles y sobre todo por las mujeres. Esta rama, donde las notas de corte de las pruebas de Selectividad (PAU) exigidas son precisamente las más elevadas, está copada por las féminas españolas, que representan más del 70% del alumnado.
Medicina es la que provoca las mayores frustraciones entre todas las profesiones sanitarias. En la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid este año han conseguido plaza solo 140 personas de los 2.500 aspirantes, al igual que en el resto de las universidades públicas, donde la nota de corte (PAU) exigida no ha bajado del 12,3 (fase general más fase específica). En las privadas ocurre casi lo mismo.
Leopoldo Abad, vicerrector de Alumnos de la Universidad CEU San Pablo, asegura que “en este centro únicamente podrá estudiar Medicina este curso uno de cada nueve aspirantes”, al igual que en la Universidad Europea, donde tan solo uno de cada tres consiguieron plaza.
Pero los aspirantes a estas profesiones siempre “se buscan las vueltas para no renunciar a su vocación”, recuerda la rectora de la Universidad Europea, Águeda Benito. Muchos se van a estudiar Medicina a Hungría, Rumanía o a Costa Rica, por ejemplo; otros entran en carreras de la misma rama para luego cambiarse, u optan por la universidad privada, donde el sistema de acceso para todas las carreras es diferente.
En la Universidad Europea, además del expediente académico, los aspirantes tienen que superar un test competencial, una prueba de inglés, similar al First de Cambridge, y una entrevista. Lo mismo ocurre en el CEU o la Universidad Nebrija, donde realizan un examen de ingreso sobre conocimientos específicos de la materia y otro de inglés.
¿No sería este un sistema más justo que dejarlo todo en manos de unas décimas? “Introducir otras variables como el idioma en los centros públicos podría romper el principio de igualdad”, explica Suárez. “En los exámenes de la PAU, todos los aspirantes se examinan de las mismas asignaturas y en el mismo momento”.
En los dobles grados también hay tortas para entrar dada la escasez de plazas. En la Complutense de Madrid, Derecho y ADE y Derecho y Ciencias Políticas, donde la nota de corte ronda el 9, al igual que en la Autónoma de Madrid con Derecho y ADE o Derecho, Ciencias Políticas y Administración Pública, o en algunos dobles grados impartidos por la URJC (como Economía y Periodismo), la demanda es muy alta.
En esta rama de las Ciencias Sociales y Jurídicas, donde también las mujeres representan más del 60% del alumnado, los centros privados están haciendo un gran esfuerzo por diferenciarse. Para Abad, “no hay tantas diferencias en las ingenierías impartidas en las universidades públicas o en las privadas, pero en ADE sí se puede aportar más valor añadido”.
Hacer el último curso en el extranjero o hacer un grado bilingüe implica más salidas profesionales. Precisamente en ADE es donde más ha aumentado la demanda de profesionales este año en España. Así, de enero a julio las contrataciones han crecido más del 10% respecto a 2012, confirman en Randstad.
Aunque las ingenierías actualmente están un poco de capa caída, sobre todo las vinculadas con la construcción y obras públicas, señala Victoria Vivancos, vicerrectora de la Universidad Politécnica de Valencia, siguen siendo carreras con empleabilidad. Industriales, en la rama de mecánica, es una de las que despuntan, recuerdan en Randstad, al igual que las relacionadas, como el sector del automóvil.
Este año “ha sido un boom”, dice Juan Antonio Escarabajal, director de planificación estratégica de Nebrija. En este centro, que cuenta con un grado en Ingeniería del Automóvil, los dobles grados Industriales más Ingeniería del Automóvil o Ingeniería Mecánica más Ingeniería del Automóvil son muy demandados por los estudiantes.
Asimismo, titulaciones como Biotecnología, Ingeniería de la Energía o Ingeniería Biomédica también tienen una fuerte proyección en el mercado laboral.