Y esta semana comienza la cuenta atrás para la supervisión única
Cajamar presentará el próximo día 17 de septiembre su conversión de rural a banco con el nombre de Banco de Crédito Social Cooperativo
Parece que no hay vuelta atrás. La supervisión única bancaria por parte del Banco Central Europeo (BCE) se convertirá en una realidad el próximo año. ¿Cuándo y cómo exactamente? Pues puede que gran parte de esas dudas se despejen mañana, 10 de septiembre, fecha en la que está previsto que se apruebe la norma que da el pistoletazo de salida a esta supervisión única europea.
En esta norma se recogerá el inicio de este complicado, pero necesario y reclamado por todos los banqueros y expertos objetivo y la estructura final del BCE y su coordinación con el resto de los bancos centrales nacionales europeos. De la nueva estructura dependerá la supervisión de todos los bancos europeos con un volumen de activos de hasta 30.000 millones de euros. En España supondrá el control de casi toda la banca a excepción de las cooperativas de crédito, salvo de Cajamar, cuyo balance es ligeramente superior.
Coincidiendo con esta supervisión única, Cajas Rurales Unidas, o lo que es lo mismo Cajamar tras absorber a otras cooperativas, ha decidido dar el salto y transformarse en banco. Su presentación oficial será el próximo 17 de septiembre. La nueva entidad se denominará Banco de Crédito Social Cooperativo (BCSC), aunque cada una de las rurales que lo integran conservarán en sus zonas de origen su marca.
Cajamar es un referente en el sector. Es un gigante dentro del mundo de las cooperativas. De ahí que su cambio jurídico pueda desembocar en una transformación progresiva de este segmento de las entidades de crédito para que gran parte de estas rurales se conviertan en bancos, como ha ocurrido en las cajas de ahorros. Esta modificación es bien vista por el Gobierno y el Banco de España, pese a que las cooperativas de crédito han sido alabadas por Europa. Y es que ninguna cooperativa española ha necesitado ayudas públicas, ni ha pasado por el rosario de la crisis financiera, aunque sí ha sufrido, como es lógico, la económica.
Retomando el tema de la supervisión única, en los dos próximos meses la primera remesa de posibles voluntarios que quieran dejar sus respectivos bancos centrales nacionales para desarrollar su carrera en el BCE deberán dar una respuesta definitiva en este periodo. Claro siempre que hayan obtenido antes el visto bueno de sus respectivas instituciones de origen.
De momento, parece que el voluntariado no ha tenido mucho éxito en algunos países como Italia, donde, hasta el momento, ningún empleado del Banco de Italia quiere irse destinado al BCE. El problema no es el trabajo, es el sueldo. Parece que no les compensa el cambio, ganan igual o más en Italia. En España las diferencias son mayores, aunque tampoco son muy elevadas. Depende del rango que se tenga en el Banco de España. Al inicio del verano llegó a la institución que encabeza Luis María Linde una delegación de inspectores del BCE como primer acercamiento a esta unión de supervisiones.
Coincidiendo con esta visita algunos empleados del Banco de España se trasladaron a Fráncfort para ir calentando motores. La experiencia ha debido de ser más positiva de lo previsto inicialmente, porque entre los que han decidido quedarse en el BCE está un jefe de supervisión que previsiblemente debe ser sustituido.
Por cierto, uno de los problemas logísticos de la supervisión única ubicada en el Banco Central Europeo es que no hay espacio para situar a los más de 500 nuevos empleados que acogerá el próximo año el BCE.
El Banco de España tendrá, como es lógico, un sillón en el BCE, como lo tendrá el resto de los bancos centrales nacionales. El subgobernador Fernando Restoy será el representante español en este nuevo órgano de supervisión. Pero la presencia española podría perder a un histórico, Antonio Sáinz de Vicuña. El director de los servicios jurídicos del BCE tiene previsto jubilarse de su cargo en unos meses al cumplir 65 años de edad. Si es España perderá a un ejecutivo muy representativo en Fráncfort.
Y cambiando de tercio informativo. En los próximos días se iniciará la subasta de Novagalicia (NCG), una vez que BNP Paribas haya entregado su informe sobre la situación de la firma gallega. Antes, esta misma semana, Novagalicia comunicará el adjudicatario de la subasta de Evo Banco, filial de NCG, una vez que el viernes se decidió el comprador.
Sabadell inicialmente no participará en estas pujas, pese a ello nunca hay que perder de vista al grupo que preside Josep Oliu. Unas semanas después de que Bankia vendió su filial estadounidense en lo que se consideró una muy buena operación de venta, tras ingresar 683,3 millones de euros, Sabadell consultó a seis bancos de inversión americanos el precio que podría alcanzar su filial estadounidense. Tras tantear al mercado, el grupo ha descartado cualquier posible venta de su filial. El grupo ha estudiado otras vías para recapitalizarse y sorprender al mercado. Oliu siempre tiene un as bajo la manga. Cuando se inició la crisis su objetivo fue aprovechar las oportunidades para crecer en España. Ahora busca reforzar su capital con un reto, Latinoamérica.