“Es necesario bajar impuestos para crear empleo”
Es uno de los diez banqueros más influyentes de Europa, según 'Financial Times' Manuel Falcó gestiona 54 países en Europa, Oriente Medio y África de Citi Es hijo del bodeguero Carlos Falcó.
Vive en Londres desde hace tres años, la ciudad de las finanzas por excelencia, ambiente en el que se desenvuelve bien. Manuel Falcó nació en Woodland (California) hace 49 años y en 1998 comenzó a trabajar en Schroders, perteneciente a Citigroup. Anteriormente, había estado en SG Warburg Dillon. En 2008 accedió al puesto de director de Citi en España, donde sustituyó a Sergio de Horna. En 2009 fue ascendido a su actual cargo por sus resultados en España.
Pregunta. ¿Qué papel han jugado los bancos en la actual crisis económica?
Respuesta. Los bancos hemos tenido un papel estelar, como hilo conductor y como fallo de la regulación, con riesgos excesivos que soportaban los balances bancarios. El futuro pasa por unos riesgos controlados en los balances. Si la economía está en fase de desaceleración o existe una crisis aguda, un riesgo excesivo no ayuda. Los bancos somos el centro del problema pero también somos la solución. De aquí no se sale si el crédito a la pequeña y mediana empresa no fluye. También influirá la nueva regulación de Basilea III, donde va a haber una penalización por la toma de riesgos excesiva. El futuro va por ahí. Tanto en España como en Europa, los mercados de capitales seguirán el modelo americano, donde el private equity [capital riesgo] o las aseguradoras tienen más diversificados los riesgos, y eso ayudará.
P. ¿Cuando volverá a fluir el crédito?
R. Se trata de un círculo vicioso complicado porque lo que se busca son balances más saneados. El riesgo corporativo es mayor por la falta de crédito, y las empresas necesitan de esa ayuda para encontrar esa seguridad. Se necesitan medidas macroeconómicas para el fomento del crecimiento.
P. ¿Qué medidas son necesarias?
El sector público no ha hecho ningún ajuste fuerte como lo ha realizado el sector privado. Para ello es necesario que haya unidad política. Nos jugamos mucho como país
R. Bajar impuestos para crecer, para crear empleo, y organismos europeos que fomenten este tipo de medidas. Por ejemplo, el ICO [Instituto de Crédito Oficial] tiene dificultades importantes, y pone de manifiesto que los bancos no pueden dar crédito a cualquiera. También serán muy importantes los resultados de las elecciones en Alemania, que se celebrarán el 22 de septiembre, para el futuro de Europa. Y será Alemania quien marque la hoja de ruta. Estamos ante un momento importante.
P. ¿Se dan las condiciones para volver a invertir en España?
R. Depende del sector. Hay condiciones favorables para el turismo y el ocio, porque además, competidores en el Mediterráneo, como Egipto o Siria, están teniendo poca estabilidad. Existe interés, por parte de los fondos de capital, por comprar con descuento, pero interesa que la economía empiece a tirar. En el tercer trimestre comenzará a mejorar la situación. Es un buen momento para invertir en España. Hay interés, pero sobre todo por los activos bien gestionados. No es fácil comprar gangas en España porque no hay oportunidades para invertir en activos triple A. La segunda mitad de año, y con un Gobierno sólido en Alemania, será una buena temporada.
En la banca se aprende
P. ¿Qué ha aprendido de su experiencia internacional? R.Lo que he vivido asesorando a clientes para ser más competitivos a nivel internacional. España ha tenido 20 años de crecimiento increíble y una expansión que ha hecho que aprendamos mucho. Somos tierra de conquistadores, estamos bien preparados.
P. ¿Qué consejo daría a un joven que quiera trabajar en la banca? R.El número de currículos que nos llega sigue creciendo. La banca es un sector fantástico para crear buenos profesionales de gestión financiera, es una escuela importante. Es un nivel de intensidad, de gestión de clientes, se recibe una enseñanza buena si se quiere dedicar a otra actividad. Recibimos más currículos y de mayor calidad. La banca es un buen lugar para aprender.
P. ¿Hay mucho ego en el sector? R.Tengo 200 directores generales, todos listos y preparados, y mi labor es sacar lo máximo de ellos, y que se sientan parte del equipo lleva tiempo.
P. Habla de solidez en el Gobierno alemán cuando en España está en entredicho por un caso de corrupción, como el asunto Bárcenas.
R. Sería mejor que no hubiera sucedido. Estamos ante un periodo de regeneración, que España necesitaba, pero también necesita de una mayor unidad política en la toma de decisiones. Por ejemplo, el sistema educativo requiere de un pacto de Estado entre PP y PSOE a 20 años vista. O tomar decisiones sobre el tamaño del sector público, que no ha hecho ningún ajuste fuerte como el que ha realizado el sector privado, y que ha repercutido en la cifra del pro. El sector público, que se nutre de nuestros impuestos, debe ajustarse en la medida en que lo ha hecho el privado. Para ello es necesario que haya unidad y que se llegue a mucho más. Nos jugamos mucho como país.
P. ¿En qué medida los casos de corrupción afectan a la marca España?
En España hay interés por invertir en activos bien gestionados
R. La corrupción afecta menos a la economía, que está más en sintonía con la crisis que ya dura años. Los políticos deberían dar ejemplo, y aunque en España puede haber la misma corrupción que en otros países, lo cierto es que ahora todo esto no ayuda en nada. Es tiempo de otras reformas, como por ejemplo ver cómo damos empleo a nuestros jóvenes y a los que vienen detrás.
P. ¿Tenemos una crisis de valores?
R. Sin duda, y es importante. Sin educación, nuestros jóvenes no pueden competir en el mundo. En este sentido, en los países anglosajones, la preparación de los jóvenes es extraordinaria. El objetivo debe ser que tengan valores y una infraestructura educativa, además de una apuesta por el inglés. Y ahí tienen una labor los medios de comunicación para ayudar a extirpar lo peor y sacar lo mejor.
P. ¿Qué sectores pueden apuntalar el crecimiento en España?
R. El mundo es más complicado de lo que parece, no es oro todo lo que reluce. China crece en exportaciones pero su Gobierno no es el ideal y en este país los valores son mínimos. Luego está India o México, donde el valor de la ley es diferente. En Europa tenemos parecida historia y complejidad. Tenemos activos como el valor de la ley, la educación, un sistema público... A la mayoría de los habitantes del mundo le gustaría vivir en Europa, ir a Madrid, a Londres, a Roma, retirarse aquí o en Grecia. Se pone en duda la unidad de Europa, pero es la clave para lo que le puede suceder a España. Si tiene una deuda adecuada y actividad exportadora, las empresas pueden tener un posicionamiento fantástico y sentar sus bases aquí, siempre y cuando seamos competitivos, y tengamos un buen tejido de servicios, además de talento. Tenemos que ser un país que apueste por fortalecer el ocio, los servicios, la sanidad y la cultura. No debemos centrarnos en proyectos que no son competitivos, que no producen más beneficio que el crédito que los acompaña.
P. ¿En qué no somos competitivos?
R. Probablemente no lo éramos en el coste de mano de obra, pero todos, incluidos los sindicatos, han entendido que era necesario un pacto, de manera que, por ejemplo, el sector de la automoción, como Ford o Volkswagen, invierte en España. Son multinacionales que consideran a España como un país de futuro. Habrá más empresas que quieran venir aquí si tenemos infraestructura y precios adecuados. España, dentro de una Europa fuerte, puede ser un gran país para inversiones.
P. Hablaba de adecuar la mano de obra para ganar en competitividad, ¿los sueldos de la alta dirección están en sintonía con estas necesidades?
R. Creo en el libre mercado y que una empresa debe pagar en función de lo que considere justo y del mercado. Debemos ir hacia modelos económicos actuales y no hacia aquellos que han llevado a países a crisis más profundas. Creo que España tiene una gran alta dirección y que se debe remunerar, ya que debemos evitar la fuga de talento. El mercado busca a los mejores y estos tienen trabajo, siempre y cuando se les pague lo que valen. Hay fórmulas para que haya control y los consejos de administración juegan un papel importante.
P. ¿Lo peor ya ha pasado?
R. Depende de lo queramos ser. A mí me gustaría que España fuera un país puntero a largo plazo, con un sector público que no nos ahogue, con unas reglas para que las empresas vengan aquí. Para ello son necesarias más reformas. Soy partidario de hacer un gran cambio, y creo que el Gobierno no lo ha hecho todavía a la espera de saber hacia dónde va Europa. Son necesarias las reformas con inversión porque es lo que nos llevará a la solidez.
P. ¿Cómo recuperará su reputación la banca?
R. Con años, con trabajo, con resultados balanceados, cuando el crédito fluya, con honestidad y sacrificio. Hace años, nosotros crecíamos más que Alemania, que vivía una profunda crisis y tomó decisiones duras. Necesitamos pasar por esa fase, y hacer un último esfuerzo para entrar en un grupo que sea el de los sólidos, y eso incluye a la banca. Habrá un modelo bancario con cinco o seis bancos que tengan la mayor cuota de mercado.
P. ¿Es peligrosa la fuga de talento?
R. Hay dos tipos de fugas, la del joven que se va porque no tiene futuro, y la del que tiene una edad, como es mi caso. Yo estoy encantado porque considero que no soy fuga de talento sino exportación de talento. España, con mi marcha a Londres, es clave para Citi. Todo profesional con una oportunidad y una remuneración mejor tomará la decisión de irse. No por pagar menos a un directivo vamos a arreglar algo. Para un joven es bueno trabajar fuera.