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Columna
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Un regulador intimidante

El organismo que se encarga de la regulación de la energía en Estados Unidos está intentando dar miedo. La Comisión Federal Reguladora de Energía (FERC, por sus siglas en inglés) parece decidida a imponer dos multas record por manipulación en un solo mes –435 millones de dólares para Barclays y una cantidad todavía mayor para JPMorgan. Gobernar así, a través del miedo, es apropiado para los mercados ilíquidos que son fáciles de manipular. Mientras que las multas simbólicas no pueden evitar que los operadores sobrepasen los límites, las sanciones que reducen los beneficios mantendrán limpio el sector.

La soprendente sanción al banco del Reino Unido, que está impugnando los cargos, podría haber parecido una revancha regulatoria contra una institución extranjera. Pero una multa aún más importante contra el nacional JPMorgan sugiere que la FERC está intentando conmocionar e intimidar a todo el sector.

Los reguladores a menudo trabajan con la vergüenza –las empresas reguladas quieren evitar titulares embarazosos. La FERC va a hacer daño, con sanciones punitivas en lugar de costes al hacer negocios. La multa de Barclays ha sido de más de 10 veces el beneficio estimado que ha conseguido con el fraude. En el caso de JPMorgan no se conoce esta relación, pero no será baja.

Las sanciones que reducen los beneficios mantendrán limpio el sector de la electricidad

La intimidación financiera está justificada. Los mercados eléctricos son un espacio natural para los comerciantes sin escrúpulos, ya que son pequeños, locales y, a menudo, se caracterizan por tener volúmenes de negociación reducidos.

Los operadores a menudo tienen dificultades para entender quién pierde cuando ellos ganan. En este caso, está claro: millones de clientes están obligados a pagar cuando los precios están distorsionados al alza, mientras que las empresas públicas y sus accionistas no tienen dinero si cotizan a la baja. Los operadores deberían temer a la FERC.

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