La revolución de la elegancia
Cocó Chanel convenció al mundo de que la sencillez es sinónimo de refinamiento El gran imperio de la moda fue construido por una mujer humilde de origen campesino
Las mujeres tenemos mucho que agradecer a una francesa llamada Gabrielle Chanel. Coco, la figura legendaria detrás del gran imperio de la moda, persuadió a las damas de principios del siglo XX para que abandonaran los corsés y adornos excesivos en beneficio de la comodidad y la libertad de movimiento. Esa revolución de los guardarropas puede parecer hoy un cambio de sentido común, algo que llegaría inevitablemente con, o sin, la mítica modista. Pero si su nombre ha pasado a la historia no es por casualidad.
Hay algo que es notable y revelador de la singularidad del personaje detrás de la marca. Esa gran transformación del vestuario femenino no se generó dentro de la alta sociedad, que entonces marcaba las pautas de la moda. La mujer que convenció a la élite francesa de abandonar las blusas con mil pliegues y los sombreros recargados era una joven de origen campesino educada por la caridad. La humilde Chanel construyó una empresa exitosa de la nada gracias a su gran descubrimiento: que la simplicidad es el mejor camino para conseguir la elegancia. En sus propias palabras: “El lujo es lo que no vemos”.
Quienes han estudiado la historia de esta ambiciosa costurera coinciden en que el rechazo de su propio pasado fue una constante en su vida. Coco Chanel mentía sobre sus orígenes y ocultaba varios hechos de su biografía: haber nacido de una relación extramatrimonial, el abandono de su padre y su crianza en un orfanato de monjas. Quienes conocen esa historia, sin embargo, no dudan de la influencia que tuvo en el estilo Chanel. La admiración por la “perfecta armonía” que hallaba en la combinación del blanco con el negro suele atribuirse al hábito de las monjas que la educaron.
Los años alemanes y una polémica aventura en Madrid
Durante la ocupación nazi de París, Gabrielle Chanel se enamoró de un alemán. Edmonde Charles-Roux, autora de la biografía Descubreindo a Coco, señala que fue su relación con Von D la que condujo a la diseñadora a una aventura por la que muchos la acusan de colaborar con el espionaje nazi. De sus años de noviazgo con el segundo duque de Westmister, la modista conservaba una relación personal con el primer ministro británico, Winston Churchill. Charles-Roux afirma que en los últimos años del conflicto, Coco se había obsesionado con la idea de hablar con Churchill y convertirse en una suerte de mediadora. Con la excusa de promocionar la marca Chanel en España, los alemanes le facilitaron un salvoconducto para viajar a Madrid. El plan era solicitar una audiencia en la embajada de un país neutral. Aunque no la consiguió, los días de Coco en el hotel Ritz del Paseo del Prado siempre han dado que hablar.
Sus aventuras comenzaron en los primeros años del siglo XX en Moulins, una ciudad que hacía de guarnición militar en medio de Francia. Chanel soñaba con ser cantante. La biógrafa Edmonde Charles-Roux afirma que su canción amuleto era Quién ha visto a Coco en el Trocadero. El público de un cafetín le dio su apodo. Su voz no la llevó a ningún sitio, pero su gran capacidad de seducción le abrió muchas puertas. Allí conoció a un militar rico que la introdujo en el mundo de la alta sociedad. En su tiempo libre diseñaba sombreros, pero la moda no fue una pasión desde el principio.
El británico Arthur Capel, su siguiente novio, la alentó y financió sus primeras tiendas de París y Deauville. Gabrielle Chanel dudó mucho antes de abocarse al oficio que la haría millonaria. Charles-Roux afirma que solo se decidió cuando comprendió que no tenía otro medio de abrirse camino. Que era la única manera de conseguir su independencia ante unos hombres que la protegían pero, por su pasado, no le ofrecían más que el papel de amante secreta.
En 1916, Gabrielle Chanel era ya la jefa de unas 300 costureras. Había logrado devolver el dinero a su amante y su independencia estaba asegurada. La Primera Guerra Mundial fue una gran oportunidad. Sus diseños funcionales encajaban a la perfección con una generación de mujeres que, por primera vez, tenían que hacerse cargo de sus vidas. “En 1919 me desperté y era famosa”, afirmó la modista.
Las dos décadas siguientes consolidaron el mito. Chanel creó el perfume Nº 5, una de las primeras fragancias de autor, y el pequeño vestido negro se impuso en una sociedad que hasta entonces reservaba ese color a las viudas. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial decidió cerrar su atelier. “No son tiempos para la moda”, explicó.
Su regreso se hizo esperar 14 años. Según la propia Coco, lo que la motivó fue el ascenso de nuevos diseñadores. Christian Dior había lanzado su New Look en 1947. Aunque la prensa francesa la recibió con críticas, el público de Estados Unidos la llevó a la cima. En tres años construyó tres iconos: la chaqueta Chanel, el pequeño bolso de piel con cadena y los zapatos a dos tonos.
En 1963, la modista cumplió ocho décadas. Ese año, Jackie Kennedy vestía uno de sus trajes cuando asesinaron a su esposo en Dallas. Entonces, la más famosa de las supuestas amantes del presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, ya había hecho de su perfume una leyenda. Cuando le preguntaron qué vestía a la hora de dormir, Marilyn Monroe respondió: “Solo unas gotas de Chanel Nº 5”.
Cronología
1883. Gabrielle Chanel nace en Saumur, Francia.
1910. Coco abre la tienda parisina de la calle Cambon en el número 21. Sus diseños sencillos ganan fama muy pronto entre las mujeres de la alta sociedad francesa.
1918. Traslada la tienda al mítico edificio del número 31 de la misma calle de París, donde permanece hasta hoy.
1921. Lanza su primer perfume, el Nº5 .
1926. Crea el pequeño vestido negro, al que la edición estadounidense de Vogue llamó “el Ford” de los vestidos.
1935. Chanel está en su apogeo. Emplea a 4.000 personas y es dueña de cinco edificios en la calle Cambon.
1939. Cierra su atelier por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En la tienda de la calle Cambon continúan en venta el perfume y los accesorios de la casa.
1954. Es el año del gran regreso de Gabrielle Chanel, a sus 71 años.
1955. Lanza su emblemático bolso de piel para colgar con una cadena.
1956. Nace la chaqueta Chanel. Uno de los iconos de su marca.
1957. Lanza los zapatos a dos tonos. La diseñadora obtiene un Oscar de la Moda por ser considerada la diseñadora más influyente del siglo XX.
1971. Coco Chanel muere en París. Su colección póstuma se convierte en un gran éxito.
1983. La empresa nombra al alemán Karl Lagerfeld director artístico de todo el diseño de moda y accesorios de la firma.
1987. Chanel lanza una línea de relojes.
1988. Lagerfeld, apodado el Kaiser de la moda, se encarga por primera vez de filmar una publicidad de Chanel, una práctica que mantiene hasta la actualidad.
2000. Es el año del lanzamiento internacional de las gafas.
2005. Abre sus puertas una exposición sobre la casa de moda en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York.