Golpe de Estado en Egipto
Las Fuerzas Armadas egipcias derrocaron hoy al presidente del país, el islamista Mohamed Mursi, suspendieron la Constitución y anunciaron que el presidente del Tribunal Constitucional, Adli Mansur, asume provisionalmente la Jefatura del Estado.
El anuncio de la destitución de Morsi, que calificó de “golpe de Estado” el movimiento militar, lo hizo el jefe del Ejército y ministro de Defensa, mariscal Abdel Fatah Al Sisi, en un discurso televisado al país.
Al Sisi compareció junto a un grupo de personalidades políticas, sociales y religiosas, como el ex premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei, el jeque de la institución del Al Azhar (la más importante del islam suní), Ahmed Al Tayeb, y el papa copto Teodoro II.
La actuación de la Fuerzas Armadas, que ha contado con el apoyo de un amplio sector de la población de Egipto, pone fin al mandato de Mursi, quien apenas llevaba un año en la presidencia del país árabe, y a quien los militares dieron un ultimátum de 48 horas, que expiraba hoy, para reconducir su política, que había generado un clima de fuerte división social.
El Baradei calificó de un “paso hacia la reconciliación nacional” el movimiento y la hoja de ruta presentada por el Ejército como plan de actuación para los próximos tiempos.
El premio Nobel de la Paz, la figura más conocida de la oposición a Morsi, afirmó que con lo ocurrido hoy “se corrige la Revolución del 25 de Enero”, que derrocó al presidente Hosni Mubarak (1981-2011), y se responde a las demandas del pueblo egipcio.
Por su parte, el jeque Al Tayeb consideró que con esta iniciativa el dividido pueblo egipcio podrá “tender puentes”, mientras que el papa copto, Teodoro II, señaló que la hoja de ruta se ha aprobado para “resolver el actual callejón sin salida”.
Tras anunciar la suspensión temporal de la Constitución egipcia, Al Sisi manifestó que el presidente de la Corte Constitucional administrará la etapa interina y convocará elecciones presidenciales anticipadas, de acuerdo con lo establecido en la hoja de ruta acordada por el Ejército con las fuerzas del país.
El presidente tendrá todo el poder para hacer declaraciones constitucionales y para designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas, dijo Al Sisi.
Además, se formará un comité de expertos para enmendar la Constitución, según el plan trazado por Al Sisi.
Al Sisi dijo que el discurso a la nación que ofreció ayer Mursi “no respondió a las demandas del pueblo”, después del ultimátum de 48 horas.
Una explosión de júbilo inundó la cairota plaza Tahrir tras el anuncio del Ejército egipcio.
Cientos de miles de personas se concentran en la plaza (punto neurálgico de los opositores a Mursi, como ya lo fue en las jornadas de enero y febrero de 2011 que acabaron con el régimen de Mubarak) flameando banderas de Egipto y bajo el ensordecedor ruido de los fuegos artificiales.
La multitud entona el himno nacional egipcio y canciones patrióticas en señal de alegría, mientras algunos apuntan con rayos láser hacia los helicópteros militares que sobrevuelan la plaza.
Entretanto, Mursi dijo que las medidas anunciadas por el jefe de las Fuerzas Armadas son un “golpe” de Estado y que continúa siendo el presidente de Egipto, al tiempo que pidió a los mandos militares y a los soldados que cumplan con la Constitución y la ley y no se impliquen en esta acción.
La escena es radicalmente distinta en la plaza de Rabea al Adauiya, en el barrio cairota de Ciudad Naser, y considerado un feudo de los islamistas partidarios de Mursi.
Allí los simpatizantes de Mursi que habían acudido para expresar su apoyo al presidente deambulan en silencio y han dejado de levantar banderas.
También se escuchan gritos de “ilegítimo”, en alusión a la decisión de las Fuerzas Armadas de sustituir a Mursi por el presidente del Tribunal Constitucional.