Llegó la popularización de la Bolsa española
En tres décadas se ha pasado de las voces de los corros a la operativa online
El desarrollo digital y la evolución tecnológica han sentado las bases de la transformación integral experimentada en el parqué durante este periodo. Son los años de la entrada de España en la Comunidad Europea, el incremento de la inversión extranjera, la adopción del euro o la revolución de internet.
Durante 2012, el volumen medio de contratación diaria registrado en la Bolsa fue de 2.730 millones de euros, casi diez veces más, en un solo día, que lo negociado durante todo el año 1978.
La Ley de Reforma del Mercado de Valores de 1988, exponen desde BME, “ponía fin a siglo y medio de sólida tradición para abrir una nueva etapa en la que los mercados españoles estaban en condiciones de competir con los más avanzados en el nuevo contexto de una economía abierta y globalizada”. Solo un año después, con el inicio del Mercado Continuo en 1989, “la Bolsa española sería una de las primeras del mundo en disponer de un sistema electrónico y la tecnología sería un factor vital en el desarrollo de las Bolsas”, apuntan desde BME. La negociación electrónica, con la adopción del sistema SIBE, sustituyó al tradicional mercado de corros, a viva voz.
Soledad Pellón, estratega de IG Markets, considera que “la tecnología y la facilidad para operar han sido claves para acercar al ciudadano de a pie el mundo de las finanzas bursátiles; como la accesibilidad de la información a nivel global, que permitió ver oportunidades a los inversores más allá del plano doméstico”.
José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, califica dicho proceso como “la popularización de la inversión en Bolsa”. La aparición de internet resultaría decisiva. “Ha posibilitado tener información en tiempo real y accesible para todos. Esto es lo que necesita un mercado”, reflexiona Campuzano.
Las carteras nacionales daban paso a una cesta de valores global. Según Natalia Aguirre, directora de análisis y estrategia de Renta 4, la tecnología “ha facilitado la contratación, llegar a un mayor número de personas y hacerlo de forma directa, lo que se traduce en mayores volúmenes de negociación y más diversificados por clientes”. Las cifras del volumen de contratación son elocuentes: de los 280 millones de euros de 1978 a cerca de 700.000 millones en 2012.
Invertir hoy en la Bolsa española, donde cotizan más de 3.000 valores con una capitalización de un billón de euros, no es solo comprar o vender acciones. Además de renta variable hay renta fija, warrants y certificados, futuros y opciones, ETF (fondos cotizados) y CFD, entre otros.
Solo los activos del sector europeo de los productos cotizados superarán los 900.000 millones de dólares en 2017, frente a los 387.000 millones que registraban a comienzos de este año, según estimaciones de iShares, la plataforma de fondos cotizados de BlackRock. “Las posibilidades son enormes. Y se sigue avanzando”, concluye Campuzano.