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Pescanova pone a prueba a las grandes consultoras

Presionado por la Justicia, por familiares, por los acreedores, por los inversores que habían destinado su dinero a pagarés de sus compañías, por la prensa y por tantos otros José María Ruiz-Mateos comentaba hace un par de años a un periodista: “¿Y a las auditoras quién las audita?” Descargaba así el fundador de Rumasa su responsabilidad en la quiebra de sus empresas, presuntamente por una gestión delictiva, sobre la firma que las auditaba.

Salvando las distancias, la solicitud de revocación de BDO como auditor de Pescanova por parte del presidente del grupo, Manuel Fernández Sousa, un caso inédito en España, parece otro intento de depurar responsabilidades al que se agarra precisamente el primer responsable de lo que ocurre en cualquier compañía privada, su presidente.

El 4 de abril Pescanova informó de que había decidido solicitar concurso de acreedores y la revocación de su auditor; la compañía no explicó los motivos hasta cinco días después, cuando en un hecho relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el grupo indicó que BDO había tenido acceso a toda la documentación contable y que había presentado al consejo de administración, el 26 de febrero, una opinión preliminar sobre el ejercicio 2012 sin salvedades. BDO se defendió enviando una carta a la CNMV en la que recordaba que la opinión sobre las cuentas presentadas era, efectivamente, “preliminar” y que esta estaba condicionada a la obtención de información que le fue negada.

No tiene mucha lógica que una empresa acuse a su auditor de no haber detectado las aparentes trampas contables que ella misma estaba llevando a cabo. Pero sí parece del todo lógico que los inversores no presentes en el consejo de administración del grupo, fondos de inversión internacionales, pidan cuentas al auditor: ¿Por qué no me dijiste que Pescanova guardaba un elefante en el armario? (de los 1.522 millones de euros que Pescanova decía tener de deuda en el tercer trimestre de 2012 se habla ahora de unos 3.500 millones).

BDO, que según el informe complementario del informe anual de Gobierno Corporativo de la empresa presidida por Fernández Sousa del ejercicio 2011 recibió por su labor en el grupo 749.000 euros (742.000 euros en 2010), afronta por el caso Pescanova un daño reputacional cuyas consecuencias pueden ser desastrosas para la firma.

Deloitte, KPMG y Ernst & Young también juegan un papel fundamental en la crisis de la multinacional gallega.

Realmente, ¿no pudo BDO lanzar una alarma sobre lo que estaba ocurriendo en Pescanova, uno de sus mayores clientes en España y cuyas cuentas auditó entre 2002 y 2011? ¿no tenía ninguna razón para dudar de las cuentas que presentaba el grupo?

El simple hecho de que el comité de auditoría de la empresa estuviera presidido por una sociedad, ICS Holdings, controlada por Fernández Sousa, y que entre sus miembros no hubiera ningún experto en contabilidad no aportaba mucha confianza. 

Ernst & Young auditó las cuentas de Pescanova entre 1990 y 2001 y siguió trabajando para filiales extranjeras del grupo hasta el año 2011. Entre ellas Novanam, la filial de Pescanova en Namibia. Tras el estallido de la crisis de Pescanova, diversas fuentes sostienen que el agujero contable de Pescanova se encuentra en sus filiales extranjeras. 

Durante la década que auditó a la matriz, Ernst & Young apuntó una salvedad “relativa a la aportación de cada sociedad del grupo a las reservas consolidadas y los resultados consolidados”. Aun así, la consultora que durante una década había firmado las cuentas del grupo y que hasta 2011 se encargó de auditar a sociedades extranjeras de Pescanova, ¿tampoco atisbó nada raro en los informes presentados por la empresa?

Deloitte ha sido designado por la CNMV como administrador concursal de Pescanova. El futuro de la compañía gallega pasa por las decisiones que vayan tomando los dos profesionales de la consultora que han asumido las facultades de administración suspendidas al consejo del grupo. De Deloitte, entre otras muchas cosas, dependerá que sea BDO la consultora que finalmente audite el ejercicio 2012 de la empresa. El informe concursal que redacte Deloitte sobre Pescanova servirá para aclarar las causas del concurso de la empresa, posiblemente la mayor suspensión de pagos de un grupo de alimentación español.

KPMG está realizando una auditoría forensic sobre Pescanova para detectar posibles irregularidades. La Fiscalía Anticorrupción, la CNMV y otros organismos reguladores esperan que este informe aclare el desbarajuste contable de Pescanova. De acuerdo a las fuentes consultadas fue la CNMV quien instó a Pescanova a contratar una auditoría forensic.

Manuel Fernández Sousa es el primer responsable de haber convertido a Pescanova en una compañía líder en el sector mundial de la alimentación. Pero también de que ahora inversores extranjeros se lo piensen dos veces antes de apostar su dinero en una compañía española “no vaya a ser que tenga escondidos elefantes en el armario”. No obstante, teniendo claro quién es el primer responsable del caso Pescanova, no está de más analizar y cuestionar el papel que juegan las grandes consultoras en la crisis del grupo.

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