FCC apuesta por los servicios ciudadanos
Más de un siglo de historia dan para mucho. El grupo que controla Esther Koplowitz ha diversificado en los últimos años su cartera de negocios y afronta varias desinversiones
Más de un siglo de actividad contempla los gérmenes del hoy conocido como grupo FCC. Para sobrevivir a dos guerras mundiales, una civil y otra fría hace falta tener una gran capacidad de adaptación a los cambios. FCC es hoy una compañía en transición.
Estrenó equipo ejecutivo en febrero, moldeado por Esther Alcocer Koplowitz, de 39 años, que sustituyó ese mes a Baldomero Falcones como timonel. Su misión: rebajar deuda y desprenderse de negocios no estratégicos para recuperar la senda del beneficio.
El plan estratégico 2013-2015 prevé la desinversión de 2.200 millones
Fundada en 1900, sus primeras obras tuvieron que ver con puertos y ferrocarriles, pero ya en 1911 complementó esos trabajos con la prestación de servicios ciudadanos: se hizo con la limpieza de las calles de Barcelona y con el mantenimiento de su alcantarillado.
Se inicia una nueva etapa
Esther Alcocer Koplowitz, hija de Esther Koplowitz, tomó las riendas del grupo en febrero. “Iniciamos una nueva etapa, contamos con un equipo joven y renovado. De esta crisis saldrá una empresa algo más pequeña, en términos de cifra de negocio, pero mucho más grande en su capacidad para generar beneficios”, dijo en la última junta de accionistas (23 de mayo).
La búsqueda de nuevos negocios y la diversificación de la cartera han estado históricamente muy presentes en la filosofía corporativa de FCC. El nombre de la compañía surge de la fusión en 1992 de Construcciones y Contratas con Fomento de Obras y Construcciones.
Tras experimentar un gran crecimiento orgánico en los años noventa y a principios de este siglo, FCC, como el resto de sus competidoras españolas, ha enfrentado el estallido de la burbuja inmobiliaria y la llegada de la crisis económica confiando el negocio de la construcción al extranjero (opera en más de 50 países) y abriéndose a nuevos negocios.
El grupo cosecha hoy el 56% de su ebitda fuera de España, y las energías renovables y el negocio del agua son ya dos áreas de mucho peso en la compañía, que sigue teniendo su fuerte en los servicios medioambientales (está presente en más de 5.000 municipios, así como en Reino Unido y Europa Central).
Del lado de los sacrificios, el plan estratégico 2013-2015 del grupo contempla desinversiones por 2.200 millones de euros. “Vivimos una de las situaciones más difíciles de los últimos años. Las empresas que continuarán no serán las más fuertes ni las más grandes, sino las que tengan la capacidad de adaptarse a la nueva situación”, comentó la presidenta en la última junta de accionistas. FCCcamina adelante convencida de ello.