Incubadora de empresas y también de ideas
El vivero tecnológico de Zamora facilita el desarrollo de proyectos empresariales
Apesar de ser considerada una ciudad pequeña, Zamora, con unos 65.300 habitantes, tiene el privilegio de contar con dos viveros de empresas. Uno de ellos está promovido por la diputación provincial y el otro por la Cámara de Comercio.
Sin embargo, no parece que entre ellos se hagan la competencia. Mientras las instalaciones de la diputación se sitúan a las afueras de la localidad y cuentan con grandes naves, el centro gestionado por la Cámara, y que forma parte de la red de la Fundación Incyde, es más pequeño y se encuentra cerca del centro urbano. La naturaleza de la mayoría de las empresas que alberga ha hecho que este último sea denominado como vivero tecnológico.
En este espacio, que lleva en marcha desde enero del año pasado, ya se han constituido 11 pymes: ocho permanecen en sus instalaciones y tres continúan funcionando, pero ya se han independizado del lugar en el que dieron sus primeros pasos.
Esa es la intención a medio plazo del diario digital Zamora3punto0, una de las empresas que se ha creado dentro de este centro. Sin embargo, uno de los socios fundadores del medio, José Luis Cabrero, asegura que tampoco hay prisa. “El vivero es una solución muy cómoda ya que tienes a tu disposición todo tipo de facilidades: internet, salas de reuniones, vigilancia...”, explica Cabrero.
Para el secretario general de la Cámara de Comercio de Zamora, Francisco Javier Díaz Rincón, los despachos de la incubadora no dejan de ser “algo transitorio hasta que la nueva empresa se consolida”.
Igual que en todos los espacios de la red Incyde, nacida para apoyar la creación de empresas y que ha contado con aportación económica de los fondos Feder, la función de la Cámara va más allá de la de proporcionar un espacio físico a unos precios competitivos para los emprendedores. El asesoramiento y la formación a quienes se deciden a poner en marcha su proyecto abarcan, no solo la creación de los negocios, sino también el antes y el después.
El vivero tecnológico de Zamora es un claro ejemplo. Sus responsables ofrecen la posibilidad de ocupar un despacho en él sin que el plan empresarial esté cerrado. “Acogemos a emprendedores en el paso previo. Estos pueden disponer de un espacio durante tres meses para diseñar su proyecto, al que ayudaremos a dar forma”, dice Díaz Rincón.
Una vez que el plan se empieza a poner en marcha, los nuevos empresarios se pueden dirigir a la ventanilla única de esta organización para realizar todos los trámites necesarios para poner en funcionamiento la empresa. Finalmente, tal y como dice el secretario general de la Cámara de Comercio de Zamora, el círculo se cierra con la instalación de los nuevos negocios en el vivero.
Eso sí, la relación con la incubadora no termina una vez que estos abandonan el edificio: el contacto sigue existiendo y la labor de información y asesoramiento continúa.
Arco Ingeniería es otra de las pymes que ha nacido entre las paredes del semillero zamorano. Tres ingenieros de caminos, canales y puertos con una dilatada experiencia previa en empresas del sector decidieron poner en marcha esta consultora especializada en la gestión de proyectos de obras públicas y que también ofrece sus servicios de asesoramiento a empresas privadas.
Arco echó a andar en el vivero tecnológico en noviembre del año pasado y José Ángel Pino, uno de sus creadores, afirma que la experiencia allí ha sido muy positiva.
La única pega que este emprendedor encuentra es que, socialmente, la labor que se realiza en estos espacios parece no estar todavía plenamente reconocida. “El mayor defecto de crecer aquí es que a la mayoría de la gente le parece que el proyecto es algo más provisional que si se hubiera realizado una gran inversión”, considera Pino.
A pesar de ello, él y sus socios están contentos con su estancia y su objetivo es crecer y ampliar su empresa, el mismo que tienen todos los emprendedores, hayan nacido en una incubadora o fuera de ella.
En busca de vocaciones y nuevos empresarios
El objetivo del vivero tecnológico de Zamora es albergar a emprendedores que quieran sacar adelante sus proyectos, y para ello, la Cámara de Comercio intenta acercar su labor a la población que, con más probabilidad, puede optar por el autoempleo.
Por ello, en su agenda son frecuentes las visitas de estudiantes de formación profesional de institutos de toda la provincia y de alumnos de centros de adultos.
Con la intención de acercarse a estos colectivos y de animarles a crear sus propias empresas, la Cámara realiza sesiones informativas que se completan con una visita a las instalaciones de la incubadora situada en el centro de la ciudad.
En 2012, un total de 122 personas pasaron por estas charlas, una cifra que ya se ha superado en lo que va de este año. Francisco Javier Díaz Rincón, secretario general de la Cámara, asegura que quieren “captar vocaciones”. “Es importante incentivar el emprendimiento desde la juventud”, añade.
El secretario añade que, aunque todavía en menor medida, también están comenzando a acercar su labor a centros de educación primaria.
También en la red
18 empleos se han creado ya a raíz de la actividad de las pymes que alberga la incubadora de la Cámara de Comercio de Zamora. A los puestos de trabajo de los socios emprendedores se unen también otros de algunas empresas que han necesitado contratar personal.