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BBVA se opone a ser penalizado

Restoy prevé reunir al FGD el 4 de junio para abordar su derrama

El Banco de España podría evitar que la banca vote sobre las exenciones fijadas

Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España.
Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España. Pablo Monge

Ya hay fecha para que la comisión gestora del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), en la que están representados los principales bancos del país, el Banco de España y las cooperativas de crédito, se reúna para intentar aprobar el calendario y otros flecos importantes pendientes para que sea este organismo financiado con la derrama de las entidades de crédito, quien dé liquidez a las preferentes de Novagalicia y Catalunya Banc.

Aunque no se ha convocado oficialmente, el día que está marcado en las agendas de las entidades financieras es el 4 de junio, si bien podría retrasarse un día más y llevarse al día 5 o incluso algo más tarde, pero no mucho más, explican varias fuentes bancarias.

Esta reunión es clave para conocer la posición de la banca sobre las aportaciones extra que deben hacer al FGD para amparar a los preferentistas de las entidades intervenidas que no cotizan. En total, y según cálculos de Economía, la banca sana debe pagar una derrama de unos 2.000 millones de euros para comprar estos híbridos.

Pese a que el Gobierno aprobó el pasado 22 de marzo en un decreto ley la norma –fijando esta derrama articulada en varios años–, dejó abiertas posibles exenciones para las entidades más pequeñas, las más débiles o para las que fuesen accionistas de Sareb antes de cierre del presente ejercicio. Es decir, para toda la banca con la excepción de BBVA, única entidad que decidió no invertir en el banco malo. Guindos fijó estas rebajas en el 30%.

Los representantes de la banca expresarán con sus votos su decisión en esta reunión. Lo mismo sucederá con el Banco de España, institución que cuenta con seis representantes en el FGD, lo mismo que la banca.

Se da la circunstancia de que el subgobernador, Fernando Restoy, es el presidente del FGD, y es contrario a esta solución para las preferentes. No compartía el proyecto de Guindos, luego transformado en norma, de que se penalizara más a la banca sana con otra derrama.

Varias fuentes financieras aseguran que, pese a la oposición del supervisor y de la banca en general y de BBVA en particular, la idea es que al final se apruebe todo como Guindos propuso, aunque la decisión aleje aún más al sector del Gobierno.

Esas mismas fuentes apuntan, además, que la oposición del Banco de España es tal que cada vez que la banca se interesaba por la fecha prevista para celebrar la reunión del FGD, Restoy aseguraba que su idea era retrasarla lo más posible.

Además, pretendía y parece que aún pretende no dar lugar a un debate sobre los puntos que están aún abiertos, sobre todo el relativo a la rebaja de la derrama para los socios de Sareb. “Quiere evitar esta polémica y si puede intentará no someter a votación este punto y dejarlo como está, pese a que BBVA sea el perjudicado”, señala otra fuente bancaria. BBVA ha vuelto a insistir en varias ocasiones en que no tiene intención de participar en Sareb. Pero también ha asegurado que el banco no puede ser “partidario” de ningún tipo de “discriminación”. Su consejero delegado, Ángel Cano, afirmó en la presentación de resultados del grupo del primer trimestre que al estar en un Estado de Derecho, BBVA tendrá que actuar “de acuerdo a ello”.

Una norma con muchos detractores

La posición del banco que preside Francisco González, de negarse a aportar más dinero al FGD que el resto del sector por no ser accionista de Sareb cuenta con un poderoso apoyo, el BCE, aunque su dictamen no es vinculante. La institución que preside Mario Draghi considera que “no es necesario eximir” del pago de la aportación extra al FDG a los bancos que hayan invertido en Sareb, ya que esta sociedad prevé “dar beneficios razonables”. A BBVA le corresponde una aportación por la derrama al FGD de 302 millones de euros brutos por su cuota sobre sus depósitos computables de 101.000 millones (la cuota se abona en función de la cartera de depósitos). El presidente de Santander, Emilio Botín, fue el primero en criticar la derrama. “¿Me pregunta usted si me gusta que aportemos los bancos la cantidad que hay que dedicar para las preferentes?, pues no”, aseguró al aprobarse la norma.

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