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Los apuntes son para el verano

 Abiertos a estudiantes, titulados, profesionales de todos los ámbitos y a quienes buscan actualizar o profundizar en materias de su interés personal, los cursos de verano se caracterizan por su flexibilidad y una oferta diversa. Jornadas, encuentros, talleres, actividades extraacadémicas o acciones formativas sobre numerosas disciplinas configuran una oportunidad única para complementar a lo largo de los meses de verano la formación recibida durante el invierno, adentrarse en nuevos conocimientos, obtener información para despejar dudas sobre qué estudios elegir, dedicar una semana a un curso que siempre hemos querido hacer o disfrutar de la clase magistral de un premio Nobel. Los programas estivales permiten relacionarse y compartir ideas a través de un sistema de aprendizaje dinámico e innovador y, sobre todo, mucho más distendido que las clases convencionales. Prácticamente todas las universidades públicas y privadas españolas prolongan su actividad durante el periodo estival con una cuidada programación.

Pionera en la organización de actividades estivales de interés académico y cultural, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), fundada en 1932 por Ramón Menéndez Pidal, contará este año con el investigador mexicano MarioMolina, premio Nobel de Química en 1995 por el descubrimiento de la relación entre la emisión de gases de efecto invernadero (CFC ) y el agujero en la capa de ozono, para dictar la lección magistral con motivo de la inauguración oficial de sus cursos de verano. “Hemos hecho un esfuerzo para plantear un programa que esté a la altura de la tradición de esta institución y dotarlo de la máxima actualidad e interés”, afirma César Nombela, rector de la UIMP desde diciembre de 2012. Ponentes del máximo nivel abordarán un amplio abanico de materias, tanto en el ámbito de las humanidades y las ciencias sociales como en el biosanitario o el tecnológico. “Cubrimos una temática variada que nos permite tomar el pulso a la actualidad tratando cuestiones que están en el centro de las preocupaciones de la sociedad, pero también presentar los temas científicos de vanguardia o debatir sobre la educación del siglo XXI o el futuro de Europa”, añade Nombela. Más de 5.000 alumnos acuden cada verano a las aulas de la UIMP, además de unos 2.000 ponentes, conferenciantes y profesores.

Otro centro de larga trayectoria y reconocido prestigio, la Universidad Complutense de Madrid (UCM), cumple este año la XXVI edición de su programación veraniega que, según su directora María José Comas, tiene un sentido transversal. “Es un programa académico de calidad, multidisciplinar, enfocado hacia el análisis histórico pero con una idea de futuro”. La oferta, que abarca todas las áreas del conocimiento, casi se ha duplicado con respecto al año pasado. “Hemos programado más actividades precisamente para tratar de paliar la situación gris y depresiva que existe en la sociedad; y esperamos tener éxito”, subraya Comas.

José Carrillo, rector de la UCM, dijo en su presentación: “Nos mueven la curiosidad científica, la vocación académica, la misión de progresar en el conocimiento y extenderlo, así como el ánimo de practicar la tolerancia en un mundo cada vez más necesitado de esta virtud”. Además, se congratuló de la pervivencia de los cursos de verano en medio de la actual crisis económica. La conferencia El milagro de los trasplantes”, impartida por el presidente de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, inaugurará la temporada de verano de la Complutense.

Más de 5.000 alumnos acuden cada año a las aulas estivales de la UIMP

Un programa de 16 seminarios muy vinculados a la actualidad conforman la oferta de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), repartida en el campus de Cantoblanco, en las localidades de Miraflores y Colmenar Viejo y en el centro cultural La Corrala, en el madrileño barrio de Lavapiés. Antonio Álvarez Osorio, vicerrector de la UAM, señala que los cursos profundizan en asuntos que preocupan e interesan en estos momentos. “Por ejemplo, tenemos un seminario dedicado a la proyección de las empresas españolas en Latinoamérica, varios vinculados a la economía de la crisis, el malestar social, la morosidad y solvencia económica en el contexto actual… Son cuestiones que no se pueden abordar monográficamente durante el año académico regular y el verano es una oportunidad para organizar foros abiertos para debatirlas”. La UAM también ha primado este año actividades enfocadas a las posibilidades de conseguir empleo y a la inserción laboral.

Las universidades buscan aunar la calidad con el entretenimiento

Para Pere Gifra, coordinador del programa de actividades académicas especiales de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), con sede en Barcelona, el objetivo es complementar la formación que reciben los estudiantes durante los años de grado. “Tratamos cuestiones en las que los profesores no se pueden concentrar durante el curso académico y también organizamos talleres de habilidades transversales que puedan ser útiles para cualquier alumno”. Un ejemplo son las clases para hablar en público, que tienen mucho éxito, u otro de Excel como herramienta de gestión para emprendedores o cualquiera que quiera profundizar en ello.

Las clases para aprender a hablar en público o de Excel tienen mucho éxito

Más que exhibir un escaparate con grandes nombres, lo que pretende la institución catalana es aportar conocimientos y habilidades transversales, no solo a sus alumnos, sino también a la sociedad, puntualiza Gifra: “Tiramos de lo que tenemos aquí y de la imaginación. Los cursos se autofinancian con las matrículas y nunca hemos tenido problemas, pero con la crisis queremos evitarlos aún más y, por eso, hemos reducido el programa. Somos una universidad pequeña”.

Las escuelas de negocios imparten programas que ayudan a actualizarse

También la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) tiene propuestas para el periodo de vacaciones. Se trata de seminarios multidisciplinares impartidos online y de manera gratuita mediante la plataforma Collaborate, una herramienta de uso habitual en el campus virtual. Habrá también cursos de emprendimiento, uso de redes sociales profesionales para buscar trabajo, novedades fiscales, laborales, etc. “Buscamos propuestas estrechamente relacionadas con la actualidad académica y social. Por tanto, van destinadas tanto a los alumnos de grado y másteres que se forman con nosotros, como para aquellos interesados en alguna materia concreta aunque no estén cursando ningún programa con nosotros”, señala Arturo de las Heras, gerente de UDIMA. Más de 9.000 alumnos se apuntaron el verano pasado. Los cursos son gratuitos y se pueden seguir desde cualquier sitio con conexión a Internet, “y en tiempos de crisis, ésta es una premisa muy valorada”.

Para Águeda Benito, rectora de la Universidad Europea, “con la programación de los meses de verano se trata de seguir aprendiendo de una forma más práctica, en un entorno global y multicultural que reúne a estudiantes de distintas procedencias y que favorece un ambiente más distendido para el intercambio de opiniones y experiencias, algo que puede resultar muy enriquecedor a nivel profesional”.

 

Las escuelas hacen su agosto

Los programas de verano que imparten las escuelas de negocios también se consolidan como una buena ocasión para refrescar conocimientos y, de paso, mejorar el currículo. El perfil de los asistentes a estos seminarios comprende desde profesionales que buscan actualizar sus carreras, hasta personas que deciden dar un vuelco a su profesión o que se prepararan para incorporarse al difícil mercado laboral y apuestan por más formación con la esperanza de tener mayores oportunidades.

Nicole Comotti, directora general del European School of Economics (UESE) en España, considera que los campus de verano suponen una excelente oportunidad para exprimir al máximo el periodo de vacaciones realizando cursos “concentrados”. “La UESE tiene una sólida trayectoria internacional pero está presente en España desde hace solo tres años y, hasta la fecha, el campus de Madrid no se ha visto afectado por la crisis”. De hecho, la demanda ha crecido más de un 30% en el último curso. Y eso que los programas cortos de seis semanas cuestan en torno a 5.150 euros y los monográficos entre 750 y 1500 euros. Las posibilidades de elección van desde cursos de arte y gestión cultural, especialización en diseño y programación web o gestión de moda y bienes de lujo hasta community manager o finanzas para no financieros.

También es posible combinar un viaje de placer con un seminario en el extranjero. ESCP Europe ofrece en su campus de Londres los Summer Courses. Con una duración de tres semanas, se imparten íntegramente en inglés y se dirigen a jóvenes que deseen profundizar en las áreas del marketing y la comunicación, las finanzas o la gestión desde una perspectiva internacional.

 

Por su parte, el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), adscrito a la Universidad Complutense y patrocinado por la Bolsa de Madrid, también mantiene las puertas abiertas durante el mes de julio. Este año propone varios cursos de especialización: análisis bursátil, banca y finanzas, gestión de carteras… Álvaro Rico, secretario general de este centro, afirma que no ha bajado el número de alumnos internacionales: “Muchos proceden de países donde no hay crisis, sobre todo de Latinoamérica, y tienen un poder adquisitivo alto”; tampoco se ha reducido la demanda interna: “Con una tasa de paro juvenil tan elevada como la que tenemos en España, se busca diferenciarse a base de formación”. Rico añade que la crisis está “destripando” muchas verdades que se tenían como absolutas en el sector financiero.

Esade es una de las escuelas de negocios españolas mejor posicionadas en los ranking internacionales, y esa reputación sigue atrayendo a gente de muchos países a sus aulas, tanto para sus master como para sus propuestas de verano, según Nuria Guilera, directora asociada de marketing del centro. “Más que la crisis, lo que nos puede afectar más es la imagen que estamos proyectando en el mundo. En este momento España, como país, echa un poco para atrás”. Para este verano, la institución ha diseñado varias propuestas, un de ellas es el International Summer Program destinado a alumnos extranjeros que deseen desarrollar su perspectiva global y ampliar su experiencia internacional. Los participantes profundizarán en el marco legal e institucional de Europa, además de empaparse de la historia y cultura de España.

Sin duda, Barcelona es un polo de atracción para estudiantes internacionales. EADA, con sede en esta ciudad, inició la programación de verano hace cinco años con la idea de captar alumnos de los últimos años de carrera y ha tenido gran eco en Latinoamérica. “Es muy importante que los estudiantes vean otra metodología, muy diferente a la universitaria; la diversidad de nacionalidades en las aulas es otro atractivo”, apunta Nina Hofmann, directora de relaciones internacionales. Este año, por primera vez, la escuela imparte un módulo de actualidad financiera, aunque “la demanda está un poco estancada”.

El Instituto Madrileño de Formación (IMF) también ha enfocado el programa de este año hacia la formación para conseguir un empleo. “Otros años nos centramos más en el reciclaje, en la enseñanza continua, pero este hemos buscado nichos donde todavía se crea empleo para captar alumnos; hemos cambiado la estrategia y bajado los precios”, apunta Carlos Martínez, director general de la institución.

Los programas de verano que imparten las escuelas de negocios también se consolidan como una buena ocasión para refrescar conocimientos y, de paso, mejorar el currículo. El perfil de los asistentes a estos seminarios comprende desde profesionales que buscan actualizar sus carreras, hasta personas que deciden dar un vuelco a su profesión o que se prepararan para incorporarse al difícil mercado laboral y apuestan por más formación con la esperanza de tener mayores oportunidades. Nicole Comotti, directora general del European School of Economics (UESE) en España, considera que los campus de verano suponen una excelente oportunidad para exprimir al máximo el periodo de vacaciones realizando cursos “concentrados”. “La UESE tiene una sólida trayectoria internacional pero está presente en España desde hace solo tres años y, hasta la fecha, el campus de Madrid no se ha visto afectado por la crisis”. De hecho, la demanda ha crecido más de un 30% en el último curso. Y eso que los programas cortos de seis semanas cuestan en torno a 5.150 euros y los monográficos entre 750 y 1500 euros. Las posibilidades de elección van desde cursos de arte y gestión cultural, especialización en diseño y programación web o gestión de moda y bienes de lujo hasta community manager o finanzas para no financieros. También es posible combinar un viaje de placer con un seminario en el extranjero. ESCP Europe ofrece en su campus de Londres los Summer Courses. Con una duración de tres semanas, se imparten íntegramente en inglés y se dirigen a jóvenes que deseen profundizar en las áreas del marketing y la comunicación, las finanzas o la gestión desde una perspectiva internacional.

Por su parte, el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), adscrito a la Universidad Complutense y patrocinado por la Bolsa de Madrid, también mantiene las puertas abiertas durante el mes de julio. Este año propone varios cursos de especialización: análisis bursátil, banca y finanzas, gestión de carteras… Álvaro Rico, secretario general de este centro, afirma que no ha bajado el número de alumnos internacionales: “Muchos proceden de países donde no hay crisis, sobre todo de Latinoamérica, y tienen un poder adquisitivo alto”; tampoco se ha reducido la demanda interna: “Con una tasa de paro juvenil tan elevada como la que tenemos en España, se busca diferenciarse a base de formación”. Rico añade que la crisis está “destripando” muchas verdades que se tenían como absolutas en el sector financiero. Esade es una de las escuelas de negocios españolas mejor posicionadas en los ranking internacionales, y esa reputación sigue atrayendo a gente de muchos países a sus aulas, tanto para sus master como para sus propuestas de verano, según Nuria Guilera, directora asociada de marketing del centro. “Más que la crisis, lo que nos puede afectar más es la imagen que estamos proyectando en el mundo. En este momento España, como país, echa un poco para atrás”. Para este verano, la institución ha diseñado varias propuestas, un de ellas es el International Summer Program destinado a alumnos extranjeros que deseen desarrollar su perspectiva global y ampliar su experiencia internacional. Los participantes profundizarán en el marco legal e institucional de Europa, además de empaparse de la historia y cultura de España.Sin duda, Barcelona es un polo de atracción para estudiantes internacionales. EADA, con sede en esta ciudad, inició la programación de verano hace cinco años con la idea de captar alumnos de los últimos años de carrera y ha tenido gran eco en Latinoamérica. “Es muy importante que los estudiantes vean otra metodología, muy diferente a la universitaria; la diversidad de nacionalidades en las aulas es otro atractivo”, apunta Nina Hofmann, directora de relaciones internacionales. Este año, por primera vez, la escuela imparte un módulo de actualidad financiera, aunque “la demanda está un poco estancada”. El Instituto Madrileño de Formación (IMF) también ha enfocado el programa de este año hacia la formación para conseguir un empleo. “Otros años nos centramos más en el reciclaje, en la enseñanza continua, pero este hemos buscado nichos donde todavía se crea empleo para captar alumnos; hemos cambiado la estrategia y bajado los precios”, apunta Carlos Martínez, director general de la institución.

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